A Gandhi, el histórico líder indio -también cuestionado-, se le atribuye una de esas frases célebres de carpeta y agenda: "La grandeza y el progreso de una sociedad pueden juzgarse por la forma en que trata a los animales".
Si esa máxima se toma como premisa -y se aparta el debate taurino- resulta que la Bahía de Cádiz -sin El Puerto de Santa María ni Rota- tiene serias dificultades con la grandeza y el progreso. La forma en la que trata a sus animales más vulnerables, a los perros y gatos abandonados que nadie quiere, es un bochorno.
Así lo aseguran todas las fuentes posibles: administraciones públicas de distinto ámbito -Mancomunidad de la Bahía y cuatro ayuntamientos-, sindicatos -Comisiones Obreras-, trabajadores y ex trabajadores, cuerpos de seguridad del Estado, colectivos de animalistas o ecologistas y portavoces de tres formaciones políticas distintas: PSOE, Izquierda Unida y Partido Popular.
Estas denuncias públicas se suceden sin pausa desde hace dos años. Las primeras quejas de trabajadores y activistas que encendieron las alarmas, las informaciones periodísticas iniciales en esta nueva etapa de reivindicación, datan de mediados del año 2022.
La situación permanecería inalterada de no ser por un solo cambio: todo empeora. Cada semana que pasa, más de 160 animales permanecen hacinados en la perrera que da servicio a toda la comarca, en pésimas condiciones de salubridad, cuidado y alimentación según denuncian todas las fuentes, sin excepción.
Los actuales responsables del recinto -bajo una concesión administrativa de la Mancomunidad de Municipios de la Bahía a la empresa Athisa- aseguran a lavozdelsur.es que "no tienen declaraciones que hacer". Así se pronunciaron durante una visita realizada este pasado jueves 25 de abril.
Todo comenzó, de nuevo, cuando un grupo de voluntarios que colaboraba en el Centro de Bienestar Animal de Chiclana, antiguo Canicen, denunció graves irregularidades. Decenas de perros encerrados sin iluminación en un espacio diminuto, agrediéndose hasta la muerte, contagiándose enfermedades.
Graves carencias en higiene, en alimentación, con apenas rendijas por las que ver la luz del sol y sin margen para el menor. Algo muy parecido a un infierno si los animales tuvieran uno.
En los últimos 15 meses se han reproducido, al menos, otras tantas denuncias públicas en este sentido. En cambio, ninguna actuación concreta, ningún avance aparece recogido en ese tiempo. Todo pronunciamientos y promesas de mejoras venideras.
El Ayuntamiento de San Fernando, uno de los cuatro que paga, ha sido el primero en amagar el plante: "El centro nos cuesta dinero y no cumple"
La posible vergüenza colectiva está ubicada en el recinto conocido como la perrera de Chiclana. Presta servicio de teórica acogida, de presunto auxilio, hasta la posterior adopción a las ciudades de San Fernando, Puerto Real y Cádiz. Las necesidades chiclaneras también están incluidas.
Los calificativos que hablan de "penosa situación" son unánimes y tienen diversa procedencia. El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil habla de "panorama desolador" y "condiciones miserables". En marzo abrió expediente tras una inspección.
El Ayuntamiento de San Fernando, uno de los cuatro que mantiene económicamente el centro, habla de trato "indignante, degradante, inmoral e irregular".
La concejala isleña de Bienestar Animal, María José Foncubierta, toca la tecla esencial en el largo debate sobre la gestión de la perrera comarcal, sobre el trato público de la Bahía de Cádiz a sus animales.
La Mancomunidad que forman y financian los gobiernos locales mencionados, "tiene que dar explicaciones y adoptar medidas inmediatas para prestar el servicio".
Resulta llamativo que los propios ayuntamientos que pagan la perrera (300.000 euros al año según los ecologistas), los que deben velar por el cumplimiento del acuerdo de concesión, denuncien que es un desastre. Aunque de forma indirecta, a través de la Mancomunidad de la Bahía, es responsabilidad municipal.
Ayuntamientos e instituciones se culpan unos a otros: "El Centro de Bienestar Animal es casi la única gestión que afronta la Mancomunidad, le cuesta dinero a los ayuntamientos y no cumple", dicen desde San Fernando.
San Fernando incluso ha protagonizado el primer amago de plante: "Este ayuntamiento no tiene ninguna intención de seguir con este servicio porque se presta mal y no hay ninguna certeza de que se vayan a producir mejoras en las condiciones laborales de la plantilla, las instalaciones o el trato a los animales".
Esas amenazas no han tenido confirmación práctica hasta el momento. Ayuntamientos como el de Chiclana también se quejan de aportar más dinero que cualquier otro a la actividad del centro, además de ofrecer el espacio para la sede física, sin recibir más que denuncias alarmantes.
El Ayuntamiento de Cádiz anunciaba el 16 de abril que la Mancomunidad ha obtenido un crédito para comprar el suelo de Puerto Real en el que se ubicará un nuevo Centro de Bienestar Animal, en el Barrio Jarana.
Por solidaridad o a la desesperada, el alcalde Bruno García ofrece incluso los servicios de los técnicos municipales de Urbanismo "para agilizar al máximo los plazos".
David Moreno Massa, presidente de la asociación Toniza y dirigente de Ecologistas en Acción, pone algo de perspectiva al anuncio: "Llevan 20 años hablando de un nuevo refugio animal. El actual, el de Chiclana, es el antiguo Canicen y está obsoleto".
"Necesitamos que el proyecto de Puerto Real acelere, que dejen de darnos coba con que las instalaciones de Chiclana son provisionales. Hay espacio para mejorarlas mientras se construye de una vez el nuevo. Que dejen de vender humo".
Ecologistas en Acción cree que los ayuntamientos denuncian con la boca pequeña porque temen que la concesionaria se harte "y el servicio quede desierto, no hay más aspirantes"
Con todo, Moreno Massa entiende que mejorar perreras no es la única solución: "Está muy bien que la nueva Ley de Protección Animal prohíba sacrificar animales sanos pero eso tampoco puede provocar que estos centros sean cárceles masificadas. Hay que buscar una mejor relación entre empresa concesionaria, administraciones públicas y voluntarios".
Otras medidas imprescindibles, considera, pasan por "la inversión en recursos humanos para esas instalaciones, por fomentar las campañas de adopción y esterilización pero también por empezar a sancionar el abandono de animales, que ahora no se hace".
Respecto a la incoherencia de que los propios responsables municipales critiquen un servicio que está bajo su responsabilidad, a través de la Mancomunidad, Moreno recuerda que los gobienos municipales "temen que la empresa concesionaria, Athisa, se harte y lo deje porque entonces quedaría desierto, no hay más aspirantes a la concesión. Athisa es la única empresa que se presenta desde 2017 y antes el servicio era aún peor".
Mientras, el concejal socialista de la ciudad de Cádiz, Manuel Márquez, pide a la Mancomunidad de la Bahía que fiscalice el cumplimiento del pliego de condiciones del servicio de recogida, albergue, transporte y adopción de animales, que estudie las opciones de mejora y la solución definitivas.
"Somos cuatro los ayuntamientos involucrados directamente y no podemos permitir que la situación continúe como hasta ahora", afirma el edil gaditano.
El anuncio, el enésimo, de que a medio plazo se contará con nuevas instalaciones en Puerto Real no le consuelan: "Hasta entonces se debe velar por el cumplimiento del pliego de condiciones y garantizar que el trato que reciben los animales es el adecuado".
Gloria de la Torre, de la plataforma Dog Friendly Cádiz, se muestra "sorprendida por las reacciones de los responsables municipales porque son muchas las asociaciones que vienen denunciando la situación en la que se encuentran los animales hace tiempo".
"Hasta que el Seprona visita las instalaciones y abre expediente nadie ha reaccionado. Sin embargo los técnicos municipales, en un documento de los cuatro ayuntamientos tras la última visita, dicen que no observan animales en mal estado y aseguran que disponen de alimentación, de agua, que la capacidad del centro no ha sido sobrepasada", añade De la Torre.
Dog Friendly Cádiz: "La situación es acuciante. El centro carece de personal y hay mucho oscurantismo"
La legislación obliga a las administraciones municipales a realizar "visitas aleatorias y sin previo aviso", además deben adoptar "medidas excepcionales si observan carencias, algo que no ha sucedido hasta ahora".
"Están obligados a velar por la prestación de servicios veterinarios suficientes y sabemos que no ha sido así", señalan desde Dog Friendly Cádiz. "La situación de los animales en Chiclana es acuciante. El centro carece de personal y hay mucho oscurantismo. Los animales están en estado de abandono. Todo dicho por los voluntarios que trabajan en el centro".
Vanesa Rivera Girón, presidenta provincial de Agaden, recuerda que "hace más de una década" que el colectivo participó en una campaña de "esterilización y suelta como el mejor método de control de las colonias". Por entonces se encontró "un buen grupo de trabajo" con veterinarios y otros colectivos.
Una de las medidas adoptadas entonces fue la creación del centro que ahora recibe las denuncias para suplir las funciones que realizaba otro en Medina Sidonia. Sin embargo, diez años después, el recinto chiclanero "aún carece de una clínica veterinaria y de otras instalaciones necesarias".
"Se ha llegado a un punto en el que no se pueden recoger más animales, las policías no los recogían e incluso hubo listas de espera"
Rivera recuerda que "Chiclana se ofreció a prestar los suelos y todo tenía buena pinta pero el tema animal es de los que menos interesa a los dirigentes políticos, de los que más adolece de compromiso y responsabilidad por parte de las administraciones. Así queda demostrado".
Para la presidenta de Agaden "se ha llegado a un punto en el que no se pueden recoger más animales en lo que era Cadicen, en Chiclana". Recuerda que "por ley, los ayuntamientos tienen la obligación de recoger y retirar animales pero las policías no los recogían, incluso se ha llegado a trabajar con listas de espera. Existe una gran irresponsabilidad de los ayuntamientos. Ni PP ni PSOE pueden culpar al otro. Se han desentendido durante décadas".
Las inspecciones "se tienen que hacer y no se hacen. Al final han sido denuncias de particulares las que han vuelto a desvelar esta problemática. El centro también es responsable porque recibe un dinero para realizar unas labores concretas y sus responsables deben decir hasta dónde pueden llegar. La responsabilidad es de los dirigentes públicos que no ponen solución a todo esto. No es una prioridad para ellos. Es más de lo mismo".
Las "malas condiciones de los trabajadores" y el malestar de los voluntarios, agravantes y origen
Las condiciones laborales de los trabajadores y la relación con los voluntarios en el Centro de Bienestar Animal es otro de los reproches que los amantes de los animales hacen desde hace meses a los ayuntamientos responsables y a la Mancomunidad de la Bahía de Cádiz. El origen de las últimas denuncias está ligado, además de la "tercermundista" situación de los animales en este malestar permanente. Sindicatos como Comisiones Obreras han llegado a convocar concentraciones de protesta para exponer "las deplorables condiciones laborales e higiénicas en las que se encuentran no sólo los animales, también los trabajadores".
El contrato de concesión de 2017 (adjudicado por más de 2,3 millones de euros por diez años) incluía, además de los servicios de atención a los animales, la participación del voluntariado, protectoras y asociaciones. Estos colectivos aseguran que nada se cumple. Un grupo de vecinos de distintos municipios de la Bahía de Cádiz, bajo el nombre Plataforma sin Miedo, recuerdan las graves carencias, décadas atrás, en casos precedentes como Verde 6 o Gesser. Ahora, aseguran, "la situación no ha cambiado mucho".
Las activistas señalan que el acceso a las instalaciones está vetado para la ciudadanía a pesar de ser una actividad que se sostiene con dinero público. Cuando han podido visitar el centro y gracias al testimonio de voluntarios que han trabajado allí, afirman haber encontrado una situación "dantesca". Entre las denuncias que han trascendido a través de Sin Miedo se encuentran casos de "hacinamiento, suciedad, peligros estructurales. Aguas estancadas, perros atados por el cuello, gatos en habitaciones insalubres, un hedor insoportable o una plaga de ratas".
Comisiones Obreras destaca que las condiciones económicas de la plantilla merece crítica "aparte" pero se centran en que carecen de "cuartos de baño, aseos o duchas". El sindicato califica como "vergonzosas" las condiciones higiénicas de los trabajadores. Para un correcto desarrollo de la actividad es necesario un trabajo de 24 horas al día, pero el contar con una plantilla insuficiente los trabajadores actuales se encuentren en una situación de estrés límite, tanto por la cantidad de trabajo a desarrollar como por la situación en la que ven día a día a los animales".
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