"Obscuro para que atiendan; claro como el agua, claro para que nadie comprenda". La cita de Antonio Machado es la puerta de entrada a uno de los rincones culturales que viven y sobreviven en el Casco Histórico de Sevilla. A pocos metros de la Alameda se encuentra La Fuga, una librería que nació en 2004 de la mano de Luis Gallego, un jerezano que por entonces ya estaba afincado en Sevilla, pero que, sin embargo, durante años anteriores se había dedicado a la hostelería.
"Con 27 años tiré con la idea de recuperar el oficio de librero frente al supermercado del libro", comenta a lavozdelsur.es pocos días después de haber sido reconocido por la Feria del Libro de Sevilla por su trayectoria profesional y como reconocimiento al veinte aniversario que la librería celebra esta misma semana. Y es que para Luis Gallego el oficio de librero no es solo regentar un negocio literario, sino "seleccionar los libros, que sean coherentes y que participe en actividades que sigan esa línea" frente a las librerías generalistas que a principios de los años 2000 podrían juntar en el mismo escaparate a Marx con Aznar.
Si algo caracteriza a La Fuga es tener una selección muy marcada de los ejemplares que se pueden encontrar entre sus paredes. Luis Gallego no huye cuando se hace referencia a la selección que tiene. "Me dicen que es muy política, sí, pero es que todo es político. Una librería que venda a Milton Friedman o determinadas cosas que se suponen que son de sentido común, también son política". En sus estanterías lo habitual es encontrar libros de anarquismo, marxismo o feminismo. "Todas las librerías son políticas, pero aquí la selección es esa", defiende.
Uno de los éxitos del negocio es, precisamente, haber tenido claro qué quería ser y para qué quería existir. "La fuerza de la librería no es crear comunidades, sino insertarse y ser útil para comunidades que ya participan y existen", dice Luis. En este sentido, cree que le ha beneficiado, además de recuperar el oficio de librero, "tener claro que la librería tenía que ser útil para comunidades políticas, artísticas y literarias. La librería ha funcionado cuando esas comunidades la han hecho propia".
Esa idea, con la que La Fuga acumula 20 años, también estará presente en la celebración de tan marcada fecha. Además de una fiesta en el local el sábado 16, la librería también participará en la presentación del último número de El Topo y organizará un bingo salvaje con la Peña Flamenca Asalvajá. A ello hay que sumarle que por las compras de esta semana la gente tendrá una consumición gratis en El Vizcaíno, otro de los negocios míticos del barrio. "Ser parte de la comunidad es saber qué puedes aportar a ellas", explica Luis Gallego.
En los últimos años, este librero ha tenido que enfrentarse a los cambios que se han producido en Sevilla. Sin embargo, no se ha desviado de la idea inicial. "'La Fuga' es hija de su tiempo, se montó hace 20 años y la Alameda entonces no era lo que es ahora". Luis Gallego se refiere a que en aquella época era el "foco político" de la ciudad. "La librería tiene un espíritu de lo que era el barrio hace 30 años. Que el rodillo de la gentrificación y la turistificación haya pasado y arrasado con casi todo no significa que la idea no sea seguir dando cabida a todos esos espacios y movimientos", asegura.
El objetivo es que ni la celebración del veinte aniversario, ni el premio de la Feria del Libro sean un epitafio. "Espero jubilarme con la librería. El premio puede sonar a que estamos amortizados, pero no quiero pensar eso. Quiero pensar que es por los 20 años y no porque vaya a cerrar en dos o tres años", afirma. De momento, a pesar de que otras librerías sevillanas han dicho adiós en los últimos meses, las cuentas salen desde la pandemia. "Los números han subido y suben todos los años". Todo ello a pesar de que Andalucía no es el lugar más sencillo donde vender libros. La población roza el 20% del total nacional, pero el número de ejemplares que se venden apenas llega al 5%.
En cualquier caso, los pies de Luis Gallego siguen en el suelo. "Todos pensamos en el futuro, pero, como decía Agustín García Calvo, pensar en el futuro es administrar la muerte. Cuanto menos pensemos en él, mejor porque hay muchas cosas que no dependen de nosotros".
Uno de los retos al que ya han tenido que enfrentarse las librerías tradicionales ha sido al de hacer frente a la inmediatez de los grandes almacenes. "La forma de competir o posicionarse contra ellos no es con más internet", comenta Luis Gallego, quien defiende el nacimiento de Todostuslibros.com, una web donde ver qué librerías tienen determinados ejemplares. "La fuerza de esa herramienta es que la gente venga a los sitios físicos, que la gente vea que a 200 metros está el libro y vaya a conocer esa librería". Antes de esta 'amenaza', el librero de la Alameda ya vivió el boom de los ebook. "Iba a ser un apocalipsis", apunta. Sin embargo, La Fuga vende más desde la pandemia, algo que tiene consecuencias positivas. "Hemos podido meter a gente a trabajar con condiciones dignas, algo que antes era difícil planteárselo".