José Antonio Rodríguez, creador de la famosa marca Puerto de Indias, uno de los logros más notables en el mercado de la ginebra, no es de los que se conforman fácilmente. Tras vender su participación al fondo de inversión norteamericano HIG, la decisión lógica para muchos de los mortales habría sido jubilarse y descansar, pero eso no iba con él. “Arriesgar es parte de lo que soy. Podría haberme quedado tranquilo, pero me gusta emprender y ver qué más puedo lograr”, confiesa.
Y en medio de esa vorágine, surgió Andalusí Beverages. Corría el año 2015 cuando José Antonio decide lanzar una nueva empresa dedicada a la producción de diferentes licores y bebidas alcohólicas, manteniendo la infraestructura de Puerto de Indias, pero sin mezclar productos que pudieran afectar a la imagen de su primer proyecto. “Johnny Walker hace solo whisky, no todos los licores del mundo, ¿verdad? Teníamos que diversificar de otra manera, no usando la misma marca”, explica Rodríguez, remarcando que su visión era clara: había que mantener la exclusividad de la ginebra en Puerto de Indias, pero ampliar la oferta de licores bajo otra marca.
La capacidad de reinventarse no es algo nuevo para este carmonense. Antes de convertirse en un empresario de éxito, había trabajado en múltiples oficios: desde albañil hasta conductor de camiones, pasando por diversos empleos. “Siempre he tenido la necesidad de arriesgar, de salir adelante sin conformarme. Mi vida laboral comenzó muy pronto y siempre he sentido que había algo más que podía lograr”, relata.
Esta determinación lo llevó a adquirir una destilería en 2001, la famosa Finca de Brenes, un vergel en plena falda del escarpe carmonense, alimentada por el agua cristalina de las minas romanas subterráneas, donde, desde 1880, se fabrica el famoso anís local de Los Hermanos. La decisión fue acertada, ya que la crisis del ladrillo arrasó con muchas empresas en 2008. “Tuvimos la suerte de diversificar justo a tiempo. La compra de Brenes fue clave para salvarnos de la crisis”, admite. Fue dentro de sus muros centenarios donde nació Puerto de Indias, su primer gran éxito, y donde sentó las bases para su nuevo proyecto.
Carmona, la cuna de su proyecto
El crecimiento de Andalusí Beverages está profundamente ligado a Carmona, la ciudad que ha visto nacer y crecer la empresa. Para José Antonio Rodríguez, la milenaria ciudad es su hogar y donde ha echado raíces su proyecto empresarial más ambicioso. “Aquí comenzamos y aquí seguimos", afirma con orgullo. La ciudad, con su rica historia y ubicación estratégica en el centro de Andalucía, ha jugado un papel clave en el desarrollo logístico de su próspero negocio.
Recientemente, Rodríguez ha tomado la decisión de trasladar parte de sus operaciones al Parque Logístico de Carmona, en plena A4 y a apenas 5 minutos del aeropuerto internacional de Sevilla. Una nueva sede que le permitirá optimizar sus procesos de producción y distribución. “Compramos una nave ahí porque Carmona nos lo facilita todo y además nos permite seguir creciendo sin perder el contacto con nuestras raíces", explica. El edificio cuenta con instalaciones modernas y más de 3.500 metros cuadrados, lo que permitirá ampliar su capacidad y, así, satisfacer la creciente demanda internacional.
El renacer del anís
Uno de los proyectos más personales de Andalusí Beverages es la dejar enjundia al anís, una bebida que para Rodríguez tiene un valor emocional y cultural incalculable: “Era la bebida nacional hace solo unas décadas, pero ha ido perdiendo su lugar. Queremos devolverle el lustre que se merece”, comenta con pasión. Para él, este destilado es un símbolo de la tradición española que, con el tiempo, ha quedado relegado al consumo en festividades o eventos puntuales. Y en Carmona esta bebida tiene nombre y apellidos: Anís Los Hermanos. Ya saben, “el de los orejones”.
“La intención es que sea visto como una bebida noble, no solo para celebrar”, explica. En este sentido, Andalusí Beverages ha desarrollado un proyecto ambicioso: la creación de un anís premium envejecido en barricas de roble americano durante nueve años. Este anís especial, que se lanzará en una edición limitada de 600 botellas, representa un tributo a la historia de la destilería y una apuesta por la innovación. “Estamos hablando de un anís que, gracias al envejecimiento, adquiere un carácter que lo hace comparable a los mejores güisquis. Es un producto que no existe en el mercado actual y queremos que quien lo pruebe sienta que está disfrutando de algo único”, asegura.
Las primeras barricas se llenaron en 2015 y, tras nueve años de envejecimiento, José Antonio considera que el momento es perfecto para lanzarlo al mercado. “Es un experimento y, quién sabe, puede ser un éxito o quizá no. Pero si no arriesgas, no ganas", comenta, señalando su filosofía de vida. La edición será limitada, numerada y firmada por él mismo, añadiendo un toque personal que busca conectar con los amantes de los destilados que valoran la exclusividad y la calidad. Este anís especial se convertirá en un homenaje a la tradición española, pero con un toque moderno que lo diferencie de las opciones industriales. Para Rodríguez, el valor añadido del producto radicará en el cuidado artesanal que pone en cada paso del proceso, desde la selección de las citadas barricas hasta la numeración y firma de cada botella. “El anís merece el mismo respeto y cuidado que otras bebidas más valoradas en el mercado internacional. Con este proyecto, queremos demostrar que el anís puede ser tan sofisticado como cualquier otro destilado premium”, añade.
Un negocio familiar
Pero Andalusí Beverages no es un simple proyecto buscando productos únicos y diferentes. Para José Antonio Rodríguez es también una empresa familiar. Sus tres hijos, Basilio, Elena y José Antonio, han asumido roles fundamentales en la empresa. “Ellos son la primera generación, aunque yo haya sido el que empezó. Son quienes llevarán esto adelante”, comenta Rodríguez con orgullo.
Cada uno de ellos tiene una responsabilidad clave: Basilio dirige el área comercial y de marketing; Elena se encarga de las compras y la gestión laboral; y José Antonio, que hereda la inquietud innovadora de su padre, lidera la producción y el desarrollo de nuevos productos. “Es un proyecto nuestro y quiero que se mantenga así. Ellos tienen toda mi confianza para seguir creciendo”, afirma. El papel de la familia no termina ahí. Su mujer también tiene un lugar en este entramado familiar, aunque más en la sombra. Rodríguez menciona entre risas cómo al llegar a casa su esposa sigue influyendo en las decisiones importantes: “Es como el Pepito Grillo de la empresa. Es imprescindible en todo negocio familiar”. Esa complicidad ha permitido que Andalusí Beverages siga creciendo sin perder su esencia y manteniendo un ambiente de trabajo que, a pesar de su expansión, sigue sintiéndose cercano. “Yo he puesto los cimientos, pero ellos son quienes construirán el futuro”, puntualiza.
Innovación con sabor andaluz
Otro de los grandes hitos ha sido la capacidad para diversificar productos y expandirse en el mercado internacional. Aunque el anís sigue siendo uno de sus productos insignia, la empresa ha lanzado bebidas como ron, tequila mexicano y vodka, así como cremas de licor estacionales que añaden un toque innovador al portafolio, como la crema de torrijas. “En Andalucía es un postre muy popular, sobre todo en Cuaresma y Semana Santa, pero pensamos que este sabor podía tener una vida más allá de su tiempo”, comenta. Esta apuesta por lo diferente es uno de los sellos de identidad de la compañía. “Si eres uno más, al final eres uno más. Nosotros buscamos ofrecer productos únicos”, señala. Entre las creaciones más originales de la empresa se encuentran también la crema de arroz con leche y un licor de brownie, pensados para satisfacer a un público en búsqueda de sabores innovadores.
Además, la expansión internacional sigue avanzando, especialmente en mercados como Sudamérica, Estados Unidos y el sudeste asiático. “Latinoamerica ha sido muy receptiva con nuestros productos. Allí valoran mucho la calidad de lo que hacemos en España”, explica. Cruzando el charco, Andalusí Beverages ha logrado consolidarse gracias a la alta valoración de los productos españoles y su capacidad para adaptarse a los gustos locales. En la actualidad, la empresa produce cerca de un millón de botellas al año, una cifra impresionante considerando que partieron de solo 300.000 botellas tras la pandemia. “Es increíble cómo hemos crecido en tan poco tiempo, pero hemos tenido que adaptarnos constantemente”, afirma Rodríguez. Sin embargo, José Antonio es cauteloso. No busca el crecimiento exponencial a cualquier precio: “Prefiero que las cosas avancen con calma, sin prisa pero sin pausa”, aclara.
Un futuro sin jubilación
Aunque sigue al frente de la empresa, el papel de José Antonio ha cambiado con el tiempo. “Ya no tengo que levantarme para poner ladrillos, pero sigo madrugando y voy cada día a la fábrica”, bromea. Su visión a largo plazo no es de descanso. Quiere seguir innovando y diversificando, como lo demuestra su más reciente proyecto: una mascarilla quirúrgica que indica cuándo ha caducado para mejorar la higiene en situaciones como operaciones o estancias en lugares cerrados. Este prototipo, desarrollado junto con la Universidad Pablo de Olavide, es un ejemplo más de su espíritu inquieto. “Es una locura, lo sé, pero siempre me ha gustado probar cosas nuevas”, comenta, señalando que esta idea surgió durante la pandemia.
La mascarilla, que incorpora tecnología para alertar cuándo ha superado su tiempo útil, ha llamado la atención de varios sectores, desde la salud hasta la industria. Rodríguez ve una oportunidad más para diversificar su cartera, aunque sabe que no es fácil salir del mundo de los licores. “Es un cambio radical, pero creo que tiene futuro. Además, siempre he creído que quien no arriesga no gana”, reflexiona.
En definitiva, la jubilación no es una opción para él. “¿Qué haría si me jubilara? ¿Dar vueltas por casa? No, prefiero seguir activo y haciendo lo que me gusta”, afirma con determinación. A sus 63 años, aquel albañil que no tenía horarios y sufría por llegar a fin de mes, pero logró convertirse en un empresario de éxito no muestra señales de agotamiento. Andalusí Beverages sigue siendo su forma de mantener viva la tradición en esa mágica Finca de Brenes, regada por aguas milenarias de las famosas minas romanas de Carmona, mientras explora nuevos caminos cual alquimista de aquellos vetustos alambiques.
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