Entre Manuel, Luis y Antonio suman más de 100 años de experiencia en Airbus, aunque cuando ellos comenzaron en la empresa tenía otro nombre. CASA, el origen de la actual compañía, se incorporó al grupo aeronáutico europeo EADS en 1999, pasándose a llamar EADS CASA, para luego formar parte de Airbus Group, bajo la denominación de Airbus Defence and Space S.A.U.
Construcciones Aeronáuticas S.A. (CASA) nació en 1923, y tres años más tarde se levantó en Cádiz la primera factoría de la industria aeronáutica, para construir en un primer momento una hidrocanoa, en una fábrica única en todo el país que bendijo en 1930 el rey Alfonso XIII. Durante sus extensas trayectorias, Luis, Manuel y Antonio vivieron estos cambios de compañías, en las que dejaron su impronta.
Luis Mena, Antonio Canto y Manuel Cubo ya no trabajan en la compañía, son pensionistas, pero siguen ligados a la que durante mucho tiempo fue su casa. Ellos son tres de los más de 600 socios que tiene la asociación de jubilados de Airbus Cádiz, una entidad que es un hervidero de actividad durante todo el año. La última, una semana cultural con ponencias, exposiciones y hasta obras de teatro que tuvo muy buena aceptación.
“El grupo de empresa es una entidad en la que los trabajadores se hacen socios mientras están en activo, se organizan viajes o actividades deportivas…”, explica Antonio Canto, vocal de cultura de la asociación de jubilados. “Luego se creó un grupo de jubilados que fue creciendo”, añade, y que ahora sirve de nexo de union entre la empresa, la asociación y la ciudadania en general.
Ambos, el grupo de empresa y la asociación de jubilados comparten un local de tres plantas en la calle Alcalá del Valle de Cádiz, centro neurálgico de la vida de estas entidades. “Tenemos actividades diarias, todos los meses hacemos una visita cultural, hay charlas, conferencias…”, relata Canto. Un sinfín de acciones que mantienen a más de 600 socios, entre extrabajadores y parejas de empleados, ligados a la empresa y a su espíritu.
El presidente de la asociación de jubilados de Airbus en Cádiz es Luis Mena, quien cogió el mando en 2015. Él se jubiló en 2002, después de estar desde 1966 ligado a la compañía, entonces CASA. Muy joven estudió carpintería, con 14 años, y empezó en los astilleros dos años después, donde trabajaba su padre. “Cuando mis hermanos me vieron cargando planchas, pidieron mi cuenta y me fui”, recuerda. Entonces empezó su labor en CASA.
“En carpintería estuve tres días, luego pasé al taller o donde había boom de trabajo”, rememora Luis, quien siendo oficial de tercera participó en el traslado del CASA C-212 Aviocar desde Madrid a la factoría gaditana, donde luego fue jefe de equipo y encargado. La mayoría de su vida laboral, salvo breves estancias en Cataluña, o en países como Francia o Australia, la pasó en la provincia de Cádiz. “Luego tuve problemas de oído por las remachadoras y me pasaron del taller a oficina, para pasar a control de producción y más tarde a compras", dice.
Ahora lleva más tiempo jubilado que el que estuvo trabajando, comenta entre risas, aunque eso no significa que no tenga la agenda llena de actos y responsabilidades asociadas a su cargo. “La asociación nace para promover los valores de Airbus, que se mantenga su cultura en Cádiz y que siga habiendo convivencia entre trabajadores cuando se jubilan”, aclara Manuel Cubo, quien pertenece a la entidad. “Acercamos a los socios la cultura gaditana, visitamos museos de Cádiz y de la provincia, establecemos relaciones, tenemos un plan social para ayudar a personas que se quedan solas…”, abunda.
Manuel Cubo empezó en Airbus, antes CASA, como administrativo, “a pesar de ser tornero”, aclara. Estuvo en el departamento de material mientras estudiaba la carrera de Derecho, que concluyó gracias a las becas que le concedió la empresa. “Estuve de jefe de compras en Puerto Real y en Puntales, y luego me propusieron para ser jefe de Recursos Humanos del CBC —el Centro Bahía de Cádiz de El Puerto—", resume, muy rápido, su trayectoria.
“Queremos llevar el conocimiento de la industria aeronáutica a las nuevas generaciones, a colegios e institutos, para que pueda ser el semillero del futuro de la aviación”, dice Cubo, quien sostiene que la provincia debe “seguir teniendo peso” en una industria que tiene presencia en Cádiz desde hace casi un siglo. “Nosotros, desde fuera, queremos apoyar a Airbus para que ese espíritu continúe”, agrega. “Antes en la provincia estaba la Ford y teníamos industria textil. No vamos a permitir que desaparezca esto también, vamos a luchar por lo nuestro para mantenerlo”, dice tajante, “para no perder tecnología ni capacidades”.
“La idea es que no se pierda el conocimiento”, insiste Antonio Canto, quien entró en 1975 en la factoría. “A los dos días de empezar se murió Franco”, recuerda. Primero estuvo en control de calidad, luego como responsable de comunicación interna de Recursos Humanos, para pasar a producción, planificación y control de producción y luego a gestionar un área de montaje del Airbus A320, “el modelo más exitoso de la historia de la aeronáutica”, incide.
Canto, en cuanto al futuro de la industria en la provincia, es optimista. “No se va a perder, creo de verdad que por el nivel de conocimiento y por el avance tecnológico que tenemos, de la Bahía no se va a ir”. “Tenemos un nivel de absentismo bajo, una gran implicación y un nivel de productividad muy bueno”, aclara. Aún así, la provincia tiene el dudoso honor de contar con la única factoría caída durante la pandemia, la de Airbus Puerto Real, que se ha ido vaciando de faena a pesar de las duras protestas de la plantilla.
“Cuando hay un cambio drástico siempre duele, como cuando se dijo que cerraba Puntales…”, recuerda Antonio Canto, quien durante su vida laboral estuvo ligado sindicalmente a UGT. “Esos puntos de sierra siempre los va a haber, pero siempre que haya posibilidad de que siga viva la empresa y de que haya progreso… pues uno medio se conforma”, agrega.
“La empresa y la parte social —CCOO y UGT, no así otros sindicatos más críticos— llegaron na un acuerdo, así que nosotros lo único que podemos hacer es mantener vivo ese espíritu aeronáutico en la sociedad, en lo que podamos contribuir aquí estamos”, dice Canto, quien sí lamenta las consecuencias para la industria auxiliar. Luis Mena, por su parte, quien también tuvo trayectoria sindical (CCOO), considera que por ello, “estas cosas duelen más”, aunque se queda “tranquilo” al saber por voz de la empresa que “no se pierden empleos”.
“Hemos seguido de cerca el cierre de Puerto Real”, señala Manuel Cubo, miembro de la asociación de jubilados, quien recuerda que muchas de las instituciones que, en estos casos, se ofrecen a ayudar a los trabajadores “no tienen presencia en la compañía, solo vienen cuando surge el problema y ya hay poca solución”. Y cuenta que en otros países, como Alemania, hay un fondo de viudas que destinaron parte de sus ahorros a tener acciones de la compañía. “Durante años se habló de que España debería tener más representación, pero aquí seguimos…”. Y es que, como puntualiza Canto, España no pasa del 5% del accionariado de Airbus, pero su nivel de producción ronda el 10%.
Comentarios