El pitido de una máquina resuena a las 18.45 horas de un jueves cualquiera en la barriada de La Playa de El Puerto. Las obras del Tanque anticontaminación y Estación de Bombeo se han convertido en un suplicio para los más de 200 vecinos de la zona. Ya están cansados de protestar por los perjuicios que les causan estos trabajos a escasos metros de sus puertas y ventanas.
Esta obra de gran envergadura impulsada por Apemsa llegó a sus vidas en enero de 2023. Desde entonces, los obreros trabajan en la avenida de la Bajamar y el paseo José Luis Tejada, donde se ubica una estación de bombeo, para culminar la que se anunció como la obra más ambiciosa de la historia de la empresa municipal. Una actuación de con un presupuesto de 13,3 millones de euros que fue adjudicada a la empresa Gyocivil, la misma que se encargaba del polémico aparcamiento subterráneo de Pozos Dulces.
Tenían un plazo de 15 meses para instalar un gran depósito subterráneo con capacidad para almacenar hasta 10.000 metros cúbicos de agua de lluvia, equivalente a cuatro piscinas olímpicas. El tanque de tormentas servirá para evitar que la suciedad de las calles cuando hay lluvias torrenciales acabe en el río Guadalete. Además, garantizará que estas aguas lleguen limpias y no haya inundaciones.
Todavía habrá que esperar. En mayo de este año se suponía que la obra, técnicamente compleja, debía estar terminada. Pero no ha sido así. La barriada sigue llena de camiones y máquinas inmensas. Cerca de dos años de tormento. “Es un sufrimiento total, estamos con ataques de ansiedad”, comenta Pura Fernández mientras se acerca a las vallas.
Esta vecina, afincada en la zona desde 1989, es una de las afectadas por los trabajos de mayor cuantía de Apemsa. “El sofá me rebota por los golpes, es un terremoto, mi hijo teletrabaja en casa y no puede, no se lo que vamos a hacer”, expresa desesperada.
“Con el ruido ha aprobado las oposiciones mi hija, estaba de los nervios la criatura”, dice Carlos Ortega, vecino del barrio desde que nació. El trasiego de camiones y operarios no solo perturba a los residentes sino también a sus casas. Algunos balcones presentan infraestructuras de apoyo, hay grietas, las aceras y bordillos “están reventados” y “el otro día quitaron una farola porque se iba a caer”.
Esta obra titánica provoca que las hormigas y las cucarachas salgan por las vibraciones. Los vecinos también se ven obligados a limpiar con frecuencia por el polvo que genera. “Aquí va todo a base de golpes. Hemos pasado un verano de narices. No podíamos abrir las ventanas porque entra la tierra. Tenemos que estar barriendo constantemente. Mi patio lo he barrido esta mañana y ya está otra vez sucio. Esto nos está afectando a la salud, la tierra que estamos tragando. Hay vecinos con problemas respiratorios”, dice Aurora Pérez, presidenta de la asociación vecinal San Marcos Barriada la Playa.
En este tiempo, los generadores han estado encendidos todas las noches y han sucedido todo tipo de inconvenientes. Según cuentan a lavozdelsur.es, la excavadora rompió una tubería de desagüe del colegio Sagrado Corazón, ubicado en este barrio, y salieron aguas fecales que dieron lugar a malos olores. “Aquí había un kiosko, lo apuntalaron, y al final lo tuvieron que derribar”, dice Pura señalando el espacio vacío.
Durante el recorrido, transmiten su malestar por lo que está causando este gran proyecto que en mayo fue prorrogado hasta noviembre de este año. Para agilizar la construcción del tanque, en julio, Apemsa implementó un segundo turno de trabajo. “Este verano han llegado a estar hasta las doce de la noche”, comentan.
En estos meses, aseguran que han visto de todo. “La forma de trabajar que había aquí hasta hace poco era tercermundista. Los obreros no tenían ni una caseta en pleno verano. Yo he tenido que llamar la atención a trabajadores haciendo sus necesidades enfrente de las casas, sin nada que los protegiera dentro de la obra”, manifiesta Carlos, que duda de la seguridad laboral tras ver a obreros bajando a seis metros de profundidad con tan solo una escalera.
Ante esta situación, la Asociación de Vecinos San Marcos Barriada de la Playa, junto a otros propietarios decidieron crear la Plataforma de Afectados por las Obras del Tanque de la Puntilla. Su objetivo es buscar soluciones y recuperar esa calidad de vida que se ha visto mermada. Desde entonces, han compartido hasta la saciedad fotos y vídeos de las incidencias en redes sociales. Su movilización ha sido clave para ser escuchados.
Según explican, el año pasado trataron de exponer el problema ante el Ayuntamiento, “sin contestación ninguna”. Así que, tras varios intentos, decidieron reunirse y buscar apoyo en otros partidos como PSOE, Vox, Adelante o IU, que llevan todos estos meses denunciando la falta de transparencia e información existente.
“Así empezaron a hacernos caso, y desde entonces, ya hemos tenido varias reuniones con el Ayuntamiento”, explica Aurora, la presidenta.
Mientras atraviesan la barriada, los vecinos se encuentran con Milagri Brum, que vive en la casa donde nació hace 58 años. En verano de 2023 arregló su fachada. Sin embargo, las obras han ocasionado la aparición de una gran grieta. “Esto es un aburrimiento. Estando acostada antes de levantarme para trabajar, la cama se mueve. Es horroroso”, expresa mientras muestra los desperfectos que ha sufrido en el interior de su vivienda.
Uno de los azulejos de su cocina se descolgó, aunque no cayó al suelo. “Vino un obrero y lo vio, lo quitó corriendo porque se me podía caer encima mientras friego”, explica Milagri, que, además, tiene que lidiar con las ratas procedentes de una parcela abandonada colindante al inmueble.
A unos minutos, en la zona llamada “pisos de los maestros”, vive una persona que padece una enfermedad respiratoria y se encuentra conectado a una máquina. “Con frecuencia tiene crisis y tiene que venir la ambulancia. Por aquí no cabe, no hay posibilidad de entrar, y lo tienen que recoger en otra calle”, explican los vecinos.
Aunque haya una fecha prevista, dudan que los plazos vaya a cumplirse. No ven fin a esta obra que también contempla el traslado de la actual Estación de bombeo de aguas residuales situada en la calle Aurora y la modificación de los colectores de aguas fecales y pluviales. La incertidumbre marca su día a día.
“Estamos con el miedo en el cuerpo. Estamos tragando demasiado, y los que nos queda”, suspiran.
El Ayuntamiento y Apemsa están pendientes
Desde el Ayuntamiento de El Puerto, que está en constante contacto con Apemsa, trasladan a este medio que la empresa municipal está teniendo reuniones frecuentes con los vecinos y que han habilitado un correo electrónico para reportar las incidencias. "En el momento en que mandan una, los técnicos van a revisarlas y están comprometidos a arreglar, por supuesto, todos los desperfectos que se puedan estar ocasionando por la obra", explican.
"Obviamente son unas obras muy molestas, pero, al final el beneficio y lo que va a reportar a la ciudad a medio y largo plazo, es mayor", sostienen desde el Consistorio, que comenta que, actualmente, muy pocas ciudades cuentan con un tanque de este calado.
Apemsa tiene un objetivo medioambiental. "Todo el agua que cae de las lluvias va a parar al río sin ningún tipo de filtro, está muy sucia y contamina al río, y a la Bahía. Queremos es filtrar ese primer recogido de aguas para que el vertido contaminante al río sea mínimo o inexistente", añaden.
Desde el Ayuntamiento explican que los retrasos en las obras se deben a las características que presenta el terreno. "Los vecinos nos venían reclamando que, cada vez que llovía, tenían inundaciones por las condiciones del terreno. Esas condiciones son las mismas que ahora están provocando también gran parte de las molestias. Es un terreno muy delicado, muy complicado de trabajar, y las construcciones son antiguas. Según han ido avanzando en la obra, se han ido encontrando con una serie de dificultades derivadas del propio terreno, han tenido que ir apuntalando para priorizar la seguridad", sostienen.
También aclaran que el tramo que queda para finalizar la primera fase es pequeño y se espera que pueda estar terminado a finales de este año.
Piden mejoras para el barrio
Desde la plataforma de afectados reclaman al Ayuntamiento y a Apemsa que se hagan cargo de los daños ocasionados. También han elaborado una lista de planes para mejorar la barriada una vez que acabe la obra del tanque de tormentas. Entre ellos, incluyen:
-Un plan de alquitranado de todas las calles afectadas por las obras, así como aquellas que se utilizan de paso de maquinarias pesadas y están dejando la calzada rayada.
-Plan de mantenimiento de acerados de todas las barriadas, acondicionado de todos los rebajes para la accesibilidad a cota cero, existente en las barriadas y realización de rebajes nuevos donde no existan. Acerado nuevo en Calle Aurora desde Maestro Peñalver hasta Rotonda de La Puntilla.
-Reposición del hormigonado de calle Aurora desde parque infantil hasta chalets maestros.
-Reposición de todas las farolas caídas y retiradas de todas las barriadas afectadas.
-Reposición del arbolado cortado, así como el mantenimiento de todo el arbolado existente en todas las barriadas, procediendo a la poda de árboles que hace años que no se realiza.
-Reposición, mejora e instalación de nuevas señales verticales, las cuales anuncien la velocidad máxima permitida a 30 km/h.
-Plan de estacionamiento en las calles de las barriadas, además de volver a la alternancia de acerado de estacionamiento en las calles centrales de la Barriada La Playa.
-Plan de pintado horizontal y pasos de peatones.
-Plan de limpieza de barriadas, plazoletas, parking Casa del Mar, Rotonda la Puntilla, mobiliario de limpieza como papeleras.
-Plan de pintado de todas las fachadas de las viviendas afectadas por las obras.
-Arreglo de todas las incidencias producidas en viviendas particulares.
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