"Ese día yo no estaba de turno de urgencias, y tenía mi consulta completa. Viene una paciente, pide cita de urgencias y se la dan con otra compañera, y empieza a decir que quiere que sea yo quien la atienda". Así comienza M.D.C. su relato del día en que sufrió una agresión por parte de la hija de una paciente en el centro de salud de La Granja, en Jerez, el pasado mes de marzo.
"Yo, normalmente, si alguien viene a mi puerta y me dice: hola, doctora, por favor, ¿usted podría verme? Yo veo a todo el mundo. Ahora, si tú insultas a la enfermera, la haces llorar… El problema fue, y ahí empezó todo, que ella insultó a la enfermera. Luego, me paró en el pasillo y me dijo: ¿qué pasa? ¿Usted es una sinvergüenza, que no me va a ver? Ahí, la calmo y le digo: usted tiene una consulta de urgencias. Si quiere que sea yo, tengo mi consulta completa, así que va a tener que esperar a que acabe. Y ahí empieza con lo típico, que hemos escuchado tantas veces: ustedes no tienen corazón, no hacen nada...", relata.
En ese momento, la paciente llamó a su hija, que se presentó en el centro de salud. "Entra a la consulta hecha una energúmena, que se ve perfectamente en la cámara, y empieza: quiero el libro de reclamaciones, porque a esto no hay derecho, porque usted es una sinvergüenza...". La hija de la paciente salió de la consulta y solicitó un cambio de médico.
"Sigo pasando mi consulta, y nosotros de 11.00 a 11.45 tenemos programadas las llamadas telefónicas, una media de ocho al día. En ese rato también recargamos medicación. Entonces, al ver que en mi consulta no entra nadie, empieza a gritar en el pasillo que yo no estoy haciendo nada, que parece mentira lo sinvergüenza que soy, que no estoy haciendo nada… Entra de manera agresiva a la consulta, empieza a golpear la mesa, y me dice que su madre está muy grave. Yo salgo para buscar a la jefa de administración y que llamen a la Policía, y cuando voy a salir por la puerta, me agarra del pelo y me dice que me va a cortar el cuello", cuenta.
Una problemática que parece ir en aumento
En 2023, se contabilizaron 199 agresiones, tanto físicas como verbales, a personal sanitario del Servicio Andaluz de Salud (SAS) en la provincia de Cádiz, según datos del Comité Sectorial de Seguridad y Salud. Supone un descenso respecto a las 259 registradas en 2022, pero en el momento de la publicación de los datos, el pasado mes de abril, ya advertían desde CCOO que "la lacra de la violencia contra los trabajadores está repuntando" a tenor de los primeros meses de 2024. Tan solo esta semana, y solo en Jerez, han tenido lugar dos de estos episodios violentos: hacia un enfermero del centro de salud La Serrana y hacia una TCAE del Hospital de Jerez.
Las agresiones físicas representan, según estimaciones de CCOO, en torno al 20% del total de episodios violentos hacia profesionales del sector. Casi el 60% se producen en el entorno de la Atención Primaria.
Más del 70% de las agresiones notificadas en 2023 fueron perpetradas a profesionales mujeres, pero desde CCOO, en su estudio sobre este fenómeno, que comprende el periodo entre 2007 y 2023, destacan que, teniendo en cuenta la proporción de hombres y mujeres que trabajan en el SAS (29,05% y 70,95% respectivamente) no puede establecerse el género como un factor relevante a la hora de analizar los datos.
Los técnicos en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE) son el perfil más expuesto a la violencia en su entorno laboral: un 29,5 % del personal TCAE ha sufrido una agresión en algún momento, según la tesis doctoral Burnout, insatisfacción laboral y violencia de los usuarios hacia los profesionales de los servicios de urgencias hospitalarias defendida por Juan Manuel Cánovas en la Universidad Católica de Murcia en 2022.
Las agresiones físicas representan, según estimaciones de CCOO, en torno al 20% de los episodios violentos contra sanitarios
Es el caso de la técnica que sufrió una agresión a finales del pasado mes de mayo en el centro de salud Cayetano Roldán de San Fernando, y que prefiere no dar su nombre. "Vino una señora sin cita, que le había mandado el pediatra para que entregara una muestra, y quería que la atendiéramos inmediatamente. Mi compañera le dijo: entonces tendrá que esperar a que atendamos a los que tienen cita, y luego la atenderemos a usted. Y se puso en la cola, protestando: que si la mala organización, que esto cada vez está peor... La atendió mi compañera, y una vez que le cogió la muestra, empezó a insultarla, a decir que somos muy flojas, que no queremos trabajar... Que esas cosas nos las dicen a diario", relata.
"No sé por qué tenemos esa fama, cuando trabajamos... Vamos, que ni paramos", se lamenta. Y continúa su relato: "Entré yo, que estaba en una consulta de al lado. Y ya mis compañeras estaban nerviosas, y le decían: no nos tiene por qué insultar, que la hemos atendido. Y ya le dije: mira, se acabó. Entonces vino hacia mí, como para pegarme, y me dijo: porque estamos aquí, pero como te coja en la calle...".
Cuenta esta profesional que ella y otra compañera tuvieron que ser atendidas por una crisis de ansiedad tras el incidente. Ya no está de baja, "porque estaba viendo que o lo superaba o no volvía a trabajar", pero "a veces me dan crisis de ansiedad, porque aparte todos los días alguien nos dice algo; y no era la primera vez que me pasaba algo así".
"¿Toda la gente que nos aplaudía en los balcones? Eso se olvidó", se sincera M.D.C.
A los profesionales agredidos, habitualmente estos episodios les dejan secuelas. La mayoría tienen que acogerse a una baja, por ansiedad u otros problemas de salud mental.
M.D.C. decidió no hacerlo: "Si yo me cojo la baja, no vuelvo a trabajar. Llevo 30 años trabajando, y a mí esa persona no me va a estropear 30 años de mi trabajo". Para ella, "el apoyo de los compañeros ha sido estupendo y fundamental. El único problema que yo veo es que esto va a volver a ocurrir. Estamos totalmente desprotegidos. ¿Toda la gente que nos aplaudía en los balcones? Eso se olvidó".
Ella denunció la agresión, que aún está pendiente en el juzgado, según explica. Y las agresiones verbales son "el pan nuestro de cada día": "La frase más habitual es: para eso os pagamos. A mí esa frase, y la de 'no estáis haciendo nada', me duelen en el corazón".
Un plan de prevención y una comisión provincial, entre los instrumentos de Salud contra las agresiones
Desde la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, se elaboró un Plan de Prevención y Atención frente a agresiones de profesionales del Servicio Andaluz de Salud, que entró en vigor en octubre de 2020 tras acuerdo de la Mesa Sectorial de Sanidad. En él, se establece un procedimiento de actuación ante una agresión, en el cual se incluyen los pasos a seguir, como el parte de lesiones, el CATI (accidente de trabajo), la tramitación de valoración de incapacidad temporal, la intervención de los responsables del centro y de las fuerzas de seguridad si es necesario, así como el traslado de la agresión al Registro Interno de Agresiones (RIAC). También se establece un protocolo de acciones dirigidas contra el agresor y un seguimiento.
Desde la delegación de la Consejería de Salud en la provincia de Cádiz, destacan a lavozdelsur.es que la aplicación del plan está "muy activa", principalmente a través de uno de sus instrumentos: la comisión provincial contra las agresiones a profesionales de los centros sanitarios, que celebra una reunión cada trimestre en distintos puntos de la provincia. Está presidida por la delegada territorial, Eva Pajares, y cuenta con los referentes en materia de agresiones de hospitales, distritos, áreas sanitarias y del 061 en la provincia, representantes de Policía Nacional y Guardia Civil, y otros integrantes de la delegación de Salud y Consumo.
La última reunión de esta comisión ha tenido lugar este mismo mes de julio en el Centro de Emergencias Sanitarias 061, ubicado en el recinto del Hospital de Puerto Real. La próxima está prevista para octubre.
Destacan que, desde la comisión, se han puesto en marcha iniciativas "pioneras", como un proyecto piloto en el Hospital de Puerto Real que consistió en dotar a los profesionales de Urgencias y Salud Mental de alarmas individuales como medida "disuasoria y de prevención". También se ha llevado a cabo un simulacro, en junio, con la participación de la Policía Nacional, y talleres teóricos y prácticos para los profesionales impartidos por las unidades de Prevención de Riesgos Laborales, en colaboración con Policía Nacional y Guardia Civil.
Además de la comisión provincial, existen otros instrumentos que forman parte del Plan de Prevención y Atención, como la figura del 'profesional guía', la implantación de canales ágiles y rápidos para que la persona víctima de una agresión no esté sola momentos después de sufrirla, la atención psicológica y el refuerzo de medidas de seguridad, entre otros.
Para los sindicatos, que forman parte de la Mesa Sectorial de Sanidad donde se acordó de forma unánime el plan, la situación actual que atraviesa el sistema sanitario tiene parte de responsabilidad en esta problemática, especialmente en la atención primaria, donde "la demora, la sobrecarga y la falta de sustituciones y de seguridad actúan como caldo de cultivo para las agresiones", expresaba la responsable de Salud Laboral y Medio Ambiente de CCOO Andalucía, Rosa Mª Martín, respecto a la publicación de las cifras de 2023.
En la misma línea se expresan desde UGT: "El problema del plan es que, sí, el plan está diseñado, pero faltan recursos, y no se tiene mucho en cuenta al personal. Creo que hay un poco de falta de realidad de lo que es el día a día de los centros", expresa Rafa García, delegado de Atención Primaria de UGT en el distrito Bahía de Cádiz-La Janda.
Secuelas duraderas para los profesionales
Las sanitarias que han dado su testimonio a lavozdelsur.es coinciden en la reclamación principal, que también piden los sindicatos: se necesita más seguridad en cada centro sanitario. M.D.C. relata que "al día siguiente" de la agresión, "me llamó todo el mundo, porque todo el mundo está interesado en hacerse la foto. Pero el apoyo real sería que pusieran aquí seguridad. Si nosotros no queremos que nos den una palmada en la espalda; queremos seguridad".
Para la técnica agredida en San Fernando, el protocolo está "muy bien", y en su caso se activó de inmediato. Pero coincide en la misma reivindicación: "Mi hijo es universitario y va a estudiar a una biblioteca, y hay un guardia de seguridad. Siempre me dice: si estamos todos en silencio allí, no hace falta, si vamos a estudiar. Y, sin embargo, hay un guardia de seguridad. ¿Por qué no lo hay en un centro de salud, con las agresiones que tenemos? Porque no es solo a nosotras; a mis compañeras que trabajan en recepción, a los médicos... Es horroroso".
Desde Salud puntualizan a lavozdelsur.es que "con respecto al refuerzo de las medidas de seguridad en los centros, desde la comisión se ha subrayado que se trabaja en ello, pero que no es la solución definitiva, dado que algunos de los últimos episodios violentos han tenido lugar en centros de salud con vigilantes de seguridad".
Las secuelas para los profesionales agredidos van más allá del episodio violento en sí. Así lo expresa la profesional agredida en el centro Cayetano Roldán, en San Fernando: "La ansiedad, el miedo... A veces cuando estoy trabajando no quiero siquiera hablar. Me pongo con taquicardia, nerviosa, no duermo... Y estoy hasta pensando en irme de allí, cuando yo tengo mi trabajo al lado de mi casa, me ha costado mucho trabajo porque fueron unas oposiciones muy duras, he conseguido mi plaza... Y que yo me tenga que ir por ese motivo... Pero no puedo estar todo el día así, que me estén gritando, insultando...".
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