La lucha de las 'kellys' de Sevilla por sus derechos: "Duele tanto la espalda que ni hablamos de salarios"

Kellys Unión Sevilla pone en marcha la elaboración de una lista con los 'hoteles éticos' de la ciudad que cumplen con determinadas condiciones laborales; lavozdelsur.es habla con la portavoz de la organización y con la directora de uno de estos hoteles

Esther Salinas es la portavoz de Kellys Unión Sevilla.
Esther Salinas es la portavoz de Kellys Unión Sevilla. CANDELA NÚÑEZ

Mientras muchos turistas disfrutan por las calles de Sevilla sus habitaciones son limpiadas y ordenadas minuciosamente por las camareras de piso. Hasta hace no demasiado eran figuras invisibles. Ahora, tras algunos años de lucha y reivindicaciones, lo son menos. El colectivo de las camareras de piso, también conocidas como kellys está formado casi al completo por mujeres. Algo que, indudablemente ha influido en tantos años de discriminación.

Si la situación está cambiando, aunque lo hace poco a poco, no tiene otro motivo que la organización que se está produciendo en el colectivo. Uno de los casos más significativos es el de Kellys Unión Sevilla (AKUS), una asociación que forman 85 camareras de piso y que está logrando avanzar en los derechos de todas.

"Vimos que había una problemática que solo nosotras entendíamos"

"Surge por la necesidad de una defensa en la ciudad de los derechos de las camareras de manera específica y fuera de los sindicatos mayoritarios. Porque vimos que había una problemática que solo nosotras entendíamos". Son palabras de Esther Salinas, portavoz de esta organización y camarera de piso desde hace 20 años.

Ella misma explica que el colectivo lo componen mujeres con un perfil de "necesidad económica". Una necesidad que muchas veces provoca que el trabajador deje de ver los derechos que tiene. Un día ella se cansó de esta situación y decidió comenzar a formarse y estudiar cada una de las normas que regula la actividad para conocer los derechos. Unos derechos que intenta transmitirle al resto de kellys.

Hay quien pueda pensar que la organización colectiva no sirve para nada, pero no es así. Y si no que se lo digan a ellas. Una de las iniciativas que han puesto en marcha y que ha tenido un mayor éxito en cuanto a visibilidad ha sido la publicación de una lista con hoteles "éticos". Es decir, aquellos que cumplen un mínimo de las condiciones laborales que reclaman. La principal para estar no es otra que tener a las camareras de piso en la plantilla del hotel en lugar de externalizar el servicio y mermar derechos.

La lista, actualmente, la componen 59 hoteles de Sevilla. La cantidad podría ser aceptable si no fuera porque el total en la capital hispalense es de 227. Una cifra que significa que tan sólo la cuarta parte de estos alojamientos cumplen las mínimas condiciones que exigen las trabajadoras. Algunas formaciones como Izquierda Unida y Podemos ya han hecho un llamamiento público a los turistas para pedirles que se hospeden en aquellos incluidos en la lista.

También se traduce en que el móvil no pare de sonar. En muchas ocasiones para presionar y preguntar por qué no se ha incluido determinado hotel. Algo que por otro lado significa que la iniciativa ha cumplido su misión.

Esther Salinas, camarera de pisos desde hace 20 años.
Esther Salinas, camarera de pisos desde hace 20 años. CANDELA NÚÑEZ

Esta forma de denunciar a aquellos establecimientos que no cumplen lo que se reclama es una novedad. Hasta ahora estábamos acostumbrado a ver que se señala lo negativo. Sin embargo, Kellys Unión Sevilla ha decidido darle la vuelta al concepto. Salinas lo tiene claro. "Yo no le voy a dar una publicidad a ningún hotel para que suene su nombre. Decidimos hacerlo al contrario para que suenen los hoteles que al menos nos tienen contratadas".

Este requisito es el mínimo, pero desde la asociación dejan claro que muchos de estos alojamientos aún están lejos de llegar al punto óptimo. "La sobrecarga laboral está en muchos de los hoteles, en casi todos", afirma la portavoz. Estar en la plantilla no es baladí. Normalmente significa tener una jornada completa, con vacaciones y descansos reglamentarios. "En definitiva, tener más derechos".

Una de las principales batallas con la que tienen que lidiar desde Kellys Unión Sevilla es con el miedo de muchas trabajadoras. Un miedo que en algunos casos ha provocado que se interiorice la idea de que tienen que cumplir un número mínimo de habitaciones y, por lo tanto, estén obligadas a un esfuerzo físico fuera de lo común cuando en realidad lo que tienen que cumplir es su jornada horaria. "Cambiar el chip de que trabajan por jornadas y no por habitaciones cuesta meses de formación".

"No es que no tengamos derechos, es que hay un incumplimiento mercantil de esos derechos por nuestro desconocimiento"

"No es que no tengamos derechos, es que hay un incumplimiento mercantil de esos derechos por nuestro desconocimiento"señala Esther. Estos incumplimientos suponen un desgaste físico excesivo. "No he visto nunca a una camarera de piso jubilarse, sino que llegaban a cierta a edad y comenzaban con bajas largas hasta que llegaba un tribunal médico y le daban una incapacidad", confiesa la portavoz de la organización. La falta de derechos les ha llevado a dejar a un lado la pelea por las subidas de sueldos, "nos duele tanto la espalda que ni hablamos de salario".

En el colectivo tienen claro que no van a dar facilidades para entrar en esta lista de hoteles éticos, "si tú le estás robando al trabajador, si no le estás dando su salario, si no le estás dando sus vacaciones y no cumplen el horario, ¿cómo te voy a meter ahí?"

La lucha de hoy terminarán siendo los derechos de mañana y eso se va a traducir en cambios. "En esta profesión hay una segregación sexual. Me recuerda al caso de las enfermeras. Ningún hombre quería ser enfermero y sólo empezó a haberlos cuando las enfermeras ya habían tenido una lucha muy grande por sus derechos y habían mejorado sus condiciones laborales".

Los hoteles que cumplen

Este medio se ha puesto en contacto con varios de los hoteles que cumplen el mínimo que Kellys Unión Sevilla exige para estar dentro de la lista de hoteles éticos, sin embargo la mayor parte de ellos no ha respondido a la petición para ofrecer la visión que tienen sobre la iniciativa.

Quien sí ha querido participar ha sido Andrea Martínez, directora del Hotel Kivir en Sevilla. Tanto este como el Hotel Bécquer pertenecen a la misma 'familia'. Ambos están en la lista. La responsable de este hotel se ha sentado en varias ocasiones con esta organización para escuchar las reivindicaciones, según explican desde Kellys Unión Sevilla. 

"Las camareras de piso son un colectivo que pasa desapercibido pero que es vital para un hotel"

En uno de estos encuentros Esther Salinas les mostró los problemas que suponía la eventualidad para muchas de estas mujeres porque "no podían acceder a una vivienda, a un coche o, ni siquiera, a un frigorífico a plazos porque no tenían un contrato indefinido que aportar. Eso perpetúa la pobreza femenina". Salinas señala que desde estos dos hoteles entendieron la situación y procedieron a cambiar la forma de contratación. "Creo que tienen un compromiso real de calidad laboral. Tienen buenas ideas y van un poco más allá de los convenios".

Andrea Martínez atiende a lavozdelsur.es para explicar la visión del hotel. "Las camareras de piso son un colectivo que pasa desapercibido pero que es vital para un hotel", cuenta Martínez, quien además reconoce que hacen un trabajo "muy duro" con unas condiciones "muy precarias". "Como siempre hemos querido cuidar mucho a nuestro personal y ellas son una parte súper importante, hemos intentado escuchar todo lo que tengan que decir y que estén lo más cómodas y felices posible trabajando con nosotros".

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Esther Salinas lleva 20 años como camarera de piso y ahora lidera la iniciativa.   CANDELA NÚÑEZ

Desde el hotel definen como un "orgullo" estar en la lista de hoteles éticos elaborada por las camareras de piso, aunque afirma que la auténtica satisfacción son "los comentarios propios que te puedan decir personas que trabajan aquí".

Ante la pregunta de por qué hay tantos hoteles que incumplen un requisito tan básico como tener a una camarera de piso en plantilla, desde Kivir creen que se debe a que "al final so negocios y en los negocios tienen que hacerse cuentas y que salgan los números adelante y muchos aprietan donde pueden apretar". "Nosotros intentamos preocuparnos por cada persona que trabaja con nosotros", añade.

En este sentido, Martínez cree que es fundamental "escucharlas" para mejorar la situación. La relación en este hotel, por ejemplo, ha llevado a buscar una solución para unas camas que son "muy pesadas". En este sentido, las kellys y la dirección han llegado a un acuerdo para implementar elevadores que suavicen el trabajo físico.

Sobre el autor:

Emilio Cabrera.

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