Si alguna vez ha hecho en coche el trayecto entre Cádiz y Sevilla o viceversa, es posible que en una de las salidas a Dos Hermanas le haya llamado la atención un edificio de color rojizo. El único problema que presenta esta construcción es que lleva años abandonada. la Hacienda Ibarburu ha sido durante los últimos siglos uno de los emblemas del sector agrícola de este municipio sevillano. Sin embargo, desde hace unos años nadie sabe a quién pertenece ni a quién reclamar para evitar que su deterioro sea irreversible.
Lo que impone por fuera, lo deja que desear por dentro. Sus patios vivieron épocas mejores. Ahora los matojos llegan por la rodilla. En los salones el escombro se acumula en cada esquina. Los desconchones protagonizan las paredes y parte del tejado no existe por un incendio en 2019. En realidad fueron dos, no en cada extremo de la Hacienda. Eso sí, tuvieron lugar el mismo día, aunque en momentos diferentes. Cuando los bomberos acabaron con uno de los focos, recibieron el segundo aviso.
El panorama parece desolador y seguramente muchos se habrían dado por vencidos. Un enorme dibujo situado en una de las vallas que separa el edificio de la carretera deja claro que se sigue luchando por recuperar este emblema. Un grupo de vecinos de Dos Hermanas ha decidido no rendirse ante el abandono de la Hacienda bajo el lema de "Salvemos Ibarburu".
Al frente de este movimiento se encuentra Antonio Alcántara. "El deterioro y el expolio empieza a partir de 2017, cuando echan a los guardas", comenta a lavozdelsur.es. Tras el incendio, el Ayuntamiento de Dos Hermanas lo declaró en ruinas. Poco después ya entró en la Lista Roja de Hispania Nostra, que señala el patrimonio español que está en peligro. Estos vecinos temen que entre en la Lista Negra. Significaría que los daños ya son irreversibles.
Ibarburu es una hacienda de olivar construida en el siglo XVIII. Seguramente la más importante de la zona por sus características puras, explica Rosa María Muñoz, una historiadora integrada en el grupo. Este tipo de haciendas son propias de Sevilla y apenas hubo unas 300 entre los siglos XVIII y el siglo XX.
"Todas las haciendas de esta época tenían una parte destinada al cultivo de olivar, otra parte fundamental que esta prácticamente mantiene intacta como la almazara y la tercera parte era el señorío. Eran entes prácticamente autosuficientes. Había una parte económica dedicada a la agricultura e industria y otra parte que era la vivienda de los dueños con lujos de palacio", comenta sobre la riqueza de este edificio histórico.
Uno de los problemas a los que se enfrenta este grupo de valientes, seguramente el principal, es que no saben a ciencia cierta quién es el dueño que debe hacerse cargo de la restauración. La finca la compró Lorenzo Ignacio de Ibarburu de Bilbao en 1702 para construir el edificio bajo el nombre de San Lorenzo de Miravalles. Sus descendientes lo heredaron y fue en 1901 cuando cayó en manos de Guillermo Pickman y Pickman.
Durante todo el siglo XX perteneció a esta familia. Sin embargo, el rastro se pierde. Ahora los documentos oficiales señalan que la propiedad está bajo el mando de la Junta de Compensación SPN 18. No obstante, y pese a los intentos de estos ciudadanos por conocer quién se encuentra detrás, nadie sabe quién es esa Junta de Compensación. "Eso es lo que estamos intentando averiguar", señalan.
Este abandono y derrumbe paulatino activó la lucha de varios vecinos nazarenos. "La plataforma nace para unificar sentimientos individuales de este respeto y amor que tenemos muchos a nuestro pueblo. Estamos viendo que hay muchas cosas que conocimos de niños que se han ido deteriorando. Nos han ido destruyendo espacios y lugares emblemáticos de nuestro pueblo", lamenta Antonio. Una asociación de vecinos próxima a esta hacienda comenzó incluyendo entre sus reclamaciones la restauración del edificio hasta darle un uso. A ello se les sumó el Ateneo de Dos Hermanas y el interés por el patrimonio.
"A raíz de ese sentimiento convocamos un encuentro artístico que se realizó en los alrededores de la Hacienda y tuvo bastante aceptación. Ese éxito nos hizo dar un paso adelante", añade Antonio.
Jaime García es el más joven del grupo y se está encargando de toda la parte legal. "Estamos investigando pero nos ponen trabas. Incluso desde el Registro de la Propiedad nos piden datos registrales para pedir la nota simple, pero es que esos datos aparecen en la nota simple", denuncia. Terreno aledaño se está vendiendo para uso terciario industrial. "Esto se está vendiendo", completa Antonio.
"Queremos que le den una solución y que no dejen que se hunda. Esto es lo que tenemos y es la historia de Dos Hermanas. La mayoría de las personas han vivido del olivar y esto es lo que había", dice María José. La principal propuesta de esta plataforma es construir un museo etnográfico, "además hay una parte que ya estaría montada", afirman en referencia a la espectacular almazara
"No conozco ninguna almazara de esa época que esté tan bien conservada como está esta a pesar de lo que está pasando a su alrededor. Eso sólo ya debería servir de interés cultural", expresa Rosa María. No obstante, el grupo tampoco se opone a cualquier otro uso que conserve lo que hay. La Hacienda de Quintos, también en Dos Hermanas, es el mejor ejemplo de una restauración similar.
El monumental edificio, pese a su decadencia, sigue llamando la atención de propios y extraños. Los miembros de esta plataforma cuentan anécdotas con una familia francesa que quedó impactada y les hizo llegar una pintura. Una chica inglesa, estudiante en Cambridge, también indagó sobre esta Hacienda en su tesis sobre las trabajadoras de la aceituna en Sevilla. La joven se interesó y la plataforma le dio información para que siguiera con sus investigaciones.
Los miembros de esta plataforma cuentan recuerdos de su infancia. Todos desde el exterior porque hasta hace pocos años la Hacienda era inaccesible y aún conservaba vida en su interior. Una vida que se ha ido perdiendo con el paso de los años y que, si nadie hace nada, en poco tiempo se perderá para siempre. De momento, hay varios vecinos de Dos Hermanas que no pierden la esperanza.