Cuerpo erguido, mirada al frente y a marchar. El movimiento fluye en cada pisada que coge impulso. Un baile de equilibrio y coordinación destaca bajo la sombra de los árboles. Al aire libre, un grupo de jóvenes de entre 12 y 17 años caminan de un lado a otro con unos bastones en sus manos. Concentrados, siguen las instrucciones que marcan el ritmo del entrenamiento. La marcha nórdica ha llegado a las vidas de los miembros del club Asodena de La Barca de la Florida para quedarse. Frente al puente de hierro, en el parque fluvial, practican una nueva modalidad que llegó a oídos de los monitores de esta Asociación de deportes en naturaleza gracias a la inquietud de Curro Orozco.
El seleccionador gaditano y árbitro de la Federación española de Montaña se movilizó y, un año antes de la pandemia, contó a Miguel Ángel Robles y a Manuel Castillo los entresijos de la actividad. Coincidieron en las carreras de atletismo en las que participaban y el villamartinense les abrió la puerta a otra forma de bienestar. “Ha sido nuestro mentor, el enlace, él nos lo ha descubierto”, comenta Miguel, licenciado en Educación Física y técnico de deportes del Ayuntamiento barqueño. La idea de Curro era expandir la marcha nórdica entre los más jóvenes para formar un grupo juvenil inexistente en la provincia de Cádiz hasta el momento.
Sin más dilación, los entrenadores les plantearon la ocurrencia a los menores y estos se sumaron a la iniciativa. Con práctica y curiosidad por aprender, pronto constituyeron el primer grupo de marcha nórdica en categoría escolar que nacía en la provincia. Un equipo pionero que rompe los esquemas sobre un deporte originalmente asociado a personas adultas. “Los hemos enganchado, les ha gustado y se han motivado”, dice Miguel frente a los chavales, que se preparan para la sesión. “Estuvimos a piñón unas semanas practicando todos los días, algunos se compraron hasta su propio material”, explica el barqueño. La novedad no fue lo único que despertó el interés de los atletas. La idea de poder participar en el Campeonato de Andalucía (CADEBA) celebrado en Almería era un plus.
“Es una herramienta más en las carreras de montaña”
Fue la primera prueba específica de España que acogía la categoría de escolares. “El viaje que hicimos fue un aliciente”, confiesa Marcos, que le acabó cogiendo gusto a la modalidad. “Nos dijeron que había una prueba y nos enseñaron qué eran los bastones, cuando empecé no sabía cómo hacerlo, pero cuando le pillé el tranquillo, era bastante entretenido, no es tan difícil”, cuenta el barqueño de 15 años.
Al club no le fue nada mal en la competición. Lograron el tercer puesto y una experiencia diferente. El esfuerzo había merecido la pena. Para Curro, a estas edades, los campeonatos son el detonante para que los jóvenes se marquen objetivos. “Ya se está hablando de hacer otra prueba”, dice el deportista de alto rendimiento que observa como la marcha nórdica empieza a profesionalizarse.
Es un deporte joven pero federado que cada vez suma más adeptos desde que tuviese lugar el primer campeonato de España en 2015 en Santa Ana La Real, pueblo de Huelva convertido en “la cuna de la marcha nórdica a nivel nacional”. Según Curro, “antes había pruebas extraoficiales a través de videos de competiciones de Francia, es una herramienta más en las carreras de montaña y eso hace que los clubs quieran introducirlo”.
La modalidad coge carrerilla y despega en esta ELA donde los jóvenes hacen historia atraídos por una actividad que ya había aterrizado en Jerez hace cuatro años. El villamartinense decidió iniciar un grupo en 2017 con el fin de extender la práctica. “Empezamos con personas mayores, enfocado al tema salud y a hacer actividades físicas relacionadas con el senderismo, se apuntó gente que había hecho muchas rutas”, explica Curro, que también se instaló en la ciudad “con ánimo de captar a deportistas para hacer cantera”.
Todo surgió por una pasión. El deportista perteneciente al club de montañismo de Prado del Rey –“somos subcampeones de España”- quiso compartirla con más personas y, con paciencia, va calando en los rincones de la provincia incluso llegando a los escolares. Curro descubrió la marcha nórdica allá por el 2012 y desde entonces no se ha separado de ella.
Durante su etapa como militar fue destinado a la alta montaña, donde conoció los bastones ligados al esquí de fondo. En cada carrera, “llevaba los bastones por si algún día me hacían falta” pero nunca los usaba, hasta que un día optó por indagar su uso correcto. “Estaba agotado para una prueba de ultradistancia y pensé, o no participo o cambio el chip, y me acordé de los bastones. Me levanté al día siguiente totalmente recuperado”, cuenta el monitor.
“En Alemania se facilitan los bastones en las farmacias”
Con el agradable sonido del río de fondo, el grupo comienza a calentar mientras Miguel y Curro explican los beneficios de este nuevo deporte que, a priori, parece no tener complicación. Es muy utilizado como terapia de rehabilitación, de patologías óseas y, sobre todo, para pacientes con cáncer de mama. “El bombeo de la mano les ayuda a evitar la linfedema”, apuntan.
De hecho, el gran auge de la marcha nórdica surgió cuando se empezó a prescribir en el sistema de salud alemán. “Allí se facilitan los bastones en las farmacias. Los primeros llegaron a España a través de alemanes que venían de veraneo o por las grandes superficies alemanas”, dice Curro que señala a Alemania como la impulsora principal de esta modalidad en Europa.
Para realizar el ejercicio tan solo hacen falta dos bastones, uno para cada mano, que llevan una dragonera incorporada para facilitar ciertos movimientos. Los jóvenes se desplazan demostrando que la marcha nórdica no es solo “caminar rápido” sino que va más allá. “Los bastones se utilizan como impulso, pero no como un simple apoyo, como ocurre en el senderismo”, explican los entrenadores. Aquí prevalece la técnica sobre la fuerza y la dificultad reside en hacerla bien. “Aunque parezca fácil, no lo es, en las competiciones el jurado controla que vas cumpliendo con la técnica de la carrera. Por eso, la idea es que un especialista te enseñe a sacarle el máximo rendimiento”, comenta Miguel. El barqueño observa a los menores que marchan a la vez intentando completar los movimientos con energía y “respetando la biomecánica del cuerpo”.
Otra de las virtudes es que se trata de un deporte muy completo en el que se mueven muchas partes del cuerpo. “Es aeróbico y no solamente se centra en el tren inferior sino también trabaja los brazos y ayuda a corregir tu postura”, comentan. Pero lo más llamativo de la marcha nórdica es que la sensación de cansancio es menor. Según exponen, “es engañoso por el gasto calórico es mayor al activar un gran número de músculos”. A Andrea, de 16 años, le encanta practicarla porque “cuando termino un entrenamiento, me siento menos cansada”.
Para la joven, “es más divertido que correr, aunque es más difícil adelantar a las personas” y, además permite socializar durante las rutas. “Como no vas ahogado, puedes ir hablando”, añaden los adolescentes con entusiasmo.
Miguel considera que una de las mayores ventajas de esta modalidad es que se puede disfrutar en cualquier espacio. En asfalto, en tierra, en la playa o en la ciudad y “al no ser muy exigente permite realizarla sin tener un gran nivel físico”. Un aspecto que, según él, puede ser un atractivo para los estudiantes que nunca han practicado deporte. “A lo mejor no eres bueno para correr detrás de una pelota, pero aquí te sientes a gusto al no requerir el esfuerzo físico que demandan otros”, dice.
Una veintena ya ha probado la marcha nórdica que aporta “más beneficios que tan solo caminar” y es “muy inclusiva”. Viene pisando fuerte y con ganas de llegar a otros municipios de la provincia. De momento, la llama ya se ha prendido. Muchos colegios e institutos andaluces ya la incluyen en sus planes de educación física. “Es económico y ayuda a aprender a caminar”, dice Curro, defensor de inculcar hábitos saludables a este sector de la población.
El club Asodena está motivado y ya planea nuevas pruebas para un futuro, esperan, no muy lejano. De momento siguen entrenando y explorando este deporte recién llegado que ya se ha colado en los pasillos de Decathlon. La ruta acaba de arrancar desde La Barca. “Talón, punta, talón, punta”.