Un hilo musical de fondo y una pantalla con videoclips ambientan una tienda virtual en Jerez que ha causado furor en TikTok. De las perchas cuelgan vestidos de fiesta con brillantes, chándales, conjuntos, vaqueros y todo tipo de prendas que se le antojen a Mercedes Viloita Granados. Esta jerezana, con tan solo 18 años, decidió montar su propio negocio de moda, accesorios y calzado para mujer, y por lo que se ve y lo que cuenta, no le va nada mal.
La clave de su éxito es Tik Tok, la red social que aterrizó en España hace dos años y que, pronto, se ha convertido en un medio para dar a conocer iniciativas y dar un empujón al comercio local. Pero la marca Mercé Style no ha despegado por arte de magia. Todos los días, su creadora se las ingenia para subir vídeos mostrando “casi todo” lo que llega al local.
Delante de un photocall o en el interior de la tienda, Mercedes coloca un trípode con aro de luz para sujetar el móvil, se planta frente a la cámara y se graba a sí misma mostrando sus últimos outfits. “Los hago aquí en medio y a veces pongo a mis primas de modelos”, explica la jerezana que, con ilusión, se embarcó en esta aventura el pasado diciembre del año de la pandemia de covid.
“La gente me pregunta dónde me compro la ropa”
Cuando acabó su FP Administrativo, optó por iniciarse en la venta textil. “Mi tutora me apoyó un montón”, comenta la joven que también empezó dando cursos de maquillaje y peluquería a otras chicas. Según comenta, “siempre me ha gustado y me fue muy bien, pero lo dejé cuando monté esto”. Ahora, la joven está centrada en su tienda a la que no le falta detalle. Un espacio habilitado en el porche de su casa donde barandas y perceros están perfectamente repartidos dejando unos pasillos para que las personas que entren puedan explorar la ropa.
Entre espejos y luces, se le ve encantada, y más, cuando se prepara para los vídeos. “Siempre me ha gustado vestir bien, la gente me pregunta dónde me compro la ropa”, cuenta a lavozdelsur.es desde el interior del local.
Al principio ofrecía muy pocos artículos —los inicios no son fáciles—, pero pronto, las clientas empezaron a curiosear su armario y pudo convertir su inquietud en su primer empleo. Después llegó TikTok —la app más descargada en España a finales de julio, con 5,7 millones de descargas,según Statista— y lo revolucionó todo. En septiembre de este año a la jerezana se le ocurrió transformar su cuenta personal en una auténtica pasarela online y la idea dio sus frutos. Se ganó al público bailando con mucho arte. “Me empezó a seguir mucha gente, muchas visualizaciones y ahora todos los días lo hago”, añade con sorpresa. En apenas dos meses acumuló más de 10.000 seguidores que se interesaron por sus prendas. Un bombazo que ni ella misma se esperaba. “Yo no sabía que esto iba a llegar tan lejos”, confiesa con una sonrisa de oreja a oreja.
Además de subir vídeos, Mercedes realiza directos en los que “hago sorteos y suelo vender más”. Para ella, probarse los conjuntos es el secreto para enganchar a potenciales clientas. “A la gente le gusta ver cómo queda puesto. Algunas vienen a la tienda y no ven la prenda, luego me la ven puesta y me pregunta, ¿pero esto estaba allí?”, comenta. Y a ella le encanta ponerse de punta en blanco para la ocasión.
Gracias a su repercusión en las redes sociales, los pedidos para clientas de fuera de la ciudad han aumentado. Desde que sus vestidos atraviesan fronteras, la joven se ha planteado ir más allá y su próxima meta es habilitar una página web para la venta online. En los últimos años, el mundo textil ha experimentado un cambio importante provocado por el auge del comercio electrónico. Incluso las grandes firmas como Inditex han reorientado su estrategia hacia internet llegando a cerrar tiendas físicas en todo el mundo y la jerezana no piensa quedarse atrás.
Paso a paso, aprovecha los recursos de estos tiempos y, con un toque de carisma y dedicación se abre un camino en el que le acompañan el Cristo del Prendimiento y su familia. Su madre Mercedes la mira orgullosa. “Ella sola se defiende bastante”, dice la mujer que le dio la vida. Al otro lado de la tienda, su tía Encarni expresa ese apoyo incondicional con el que cuenta. “Ella lo lleva en la sangre, su abuelo tenía el mejor puesto de fruta de la plaza de Abastos”, añade. A todas le brillan los ojos. Para que luego digan que la juventud no sabe buscarse las papas.