Al final del Camino de Piñero de El Palmar, en el término municipal de Vejer, se pueden vislumbrar ya los primeros detalles de cómo será Valhalla, el primer macroproyecto planteado en una zona que hasta hace no muchos años pasaba por ser una de las pocas playas vírgenes que quedaban en la provincia de Cádiz.
Hace tiempo que no es así. El Palmar sigue su transformación: de paraíso de surfistas a destino de moda para veraneantes —cada vez más numerosos— procedentes de todos los puntos del país. Algún negocio de hostelería y escuelas de surf eran los primeros locales que abrieron, pero ahora proliferan los chiringuitos y, en breve, abrirá el beach club Valhalla, rodeado de polémica y de una enorme expectación.
Por delante de la valla que rodea a la finca, en la que había un chalé construido legalmente —de los pocos en la zona—, porque era anterior a la Ley de Costas de 1988, pasean vecinos y bañistas que apenas prestan atención al desarrollo de la obra. Al ser preguntados, hay división de opiniones. “Es una barbaridad”, comenta una madrileña que reside en El Palmar gran parte del año desde hace dos décadas. Otros no opinan, quieren verlo terminado.
Hay residentes, de toda la vida, que ven en Valhalla una oportunidad para comenzar la regularización de los suministros. “Al menos ahora hay luz en esta esquina, porque hace unos meses hubo un tiroteo, pero desde que están estos focos, no ha vuelto a pasar”, comenta una vecina, que prefiere no dar su nombre. Su pareja no ve con muy buenos ojos el proyecto, pero ya se ha “resignado”.
Un hombre mayor, de los veteranos de El Palmar, dice que “si es para bien, bienvenido sea”. Él solo quiere que le den agua, para su casa y para su huerto, en el que tiene el riego restringido a unas horas concretas. “Me da pena que se olviden de los antiguos, de quien lleva pagando impuestos 40 o 50 años”, comenta un familiar suyo, presente en la conversación. “Al vecino de El Palmar lo tiene asfixiado, mientras muchos se hacen ricos especulando con casas ilegales”, dice la hija del veterano, que reclama servicios dignos.
A pocos metros de la orilla de la playa de El Palmar, en zona de servidumbre, y por lo tanto de especial protección, perteneciente al Dominio Público Marítimo y Terrestre (DPMT), se levanta un beach club en más de 10.000 metros cuadrados de terreno, en los que habrá un restaurante, una piscina de 33x20 metros, una zona de hamacas en torno a ella y una azotea “para ver atardeceres”.
Algunos vecinos y asociaciones ecologistas están en contra del proyecto, que cuenta con todos los parabienes legales para salir adelante. El Ayuntamiento de Vejer, gobernado por el PP, es el gran valedor de Valhalla, que también cuenta con el beneplácito de la Junta de Andalucía y del Gobierno central en última instancia, al tener que cumplir la Ley de Costas.
Hay quien ve aquí el inicio de la marbellización de la playa. ¿Es el principio del fin de El Palmar como se conoce hasta ahora? ¿El primero de otros proyectos de esta índole en la costa vejeriega? Depende a quien se le pregunte. En torno a este proyecto hay opiniones para todos los gustos.
Más de tres millones para levantar Valhalla
Inversiones Valhalla 2019 SL es la promotora de un proyecto en el que se invertirán más de tres millones de euros. La obra, según la información que se ofrece en la cartelería instalada en la misma, se lleva 1,6 millones de euros. El resto, para equipamientos del proyecto hostelero y de ocio, todo materiales de primera calidad.
Detrás de Valhalla está el Grupo Azotea, de capital madrileño, que en la provincia ya tiene otros negocios, como el Cuartel del Mar, en Chiclana, y Sal Verde, en San Roque. “Éste es un proyecto gastronómico. Mucha gente cree que es hotelero, pero no es así”, comenta el director corporativo de Valhalla, en declaraciones a lavozdelsur.es.
El proyecto —que prevé crear 100 empleos—, cuentan sus impulsores, tiene todos los permisos necesarios y se ha construido en base a la legislación vigente. En El Palmar, donde hay muchos vecinos que cuentan sin servicios básicos —agua, luz y alcantarillado—, escuece especialmente que el beach club vaya a tener suministro de agua, algo que llevan muchos años esperando.
El director corporativo de Valhalla, en conversación con lavozdelsur.es, aclara que el proyecto, aún levantándose en zona de servidumbre, cuenta con licencia de obras concedida por el Ayuntamiento de Vejer, para lo que ha requerido una calificación ambiental favorable, aprobada por la Junta de Andalucía.
En la licencia de obras, aprobada en junta de gobierno local del Ayuntamiento de Vejer el 18 de noviembre de 2022, y consultada por lavozdelsur.es, se especifica que el suelo donde se ubica el futuro beach club aparece en el PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) de la localidad como suelo no urbanizable de especial protección, incluido dentro del Dominio Público Marítimo y Terrestre, que se remite a la Ley de Costas, y se ampara en la Lista (Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía), que califica el suelo como rústico especialmente protegido por legislación sectorial.
El proyecto cuenta con la licencia, que considera que tiene la condición de “actuación de interés público, cuya implantación en el suelo con régimen no urbanizable se considera necesaria y conveniente”. El director corporativo de Valhalla defiende que el proyecto tiene la aprobación legal conforme a la Ley del Suelo y de Costas.
"La construcción es técnicamente desmontable. Esto así no lo hace nadie”, señalan desde la empresa promotora. El beach club tiene una infraestructura central, construida sobre una base de hormigón, que se puede desmontar fácilmente, y una piscina con materiales igualmente desmontables. El proyecto incluye una acera perimetral, colindante a las casas cercanas.
“Con los vecinos tenemos una relación increíble”, proclama el director corporativo. “Al final, todos reivindican servicios y se los deben dar, pero éste es un proyecto desarrollado conforme a una normativa vigente y al PGOU”. “Las críticas vienen porque hay un problema más sociopolítico que otra cosa, muchos no se ponen en contra del proyecto, sino de la Administración”, agrega. A finales de junio está prevista la inauguración de Valhalla, si nada se tuerce hasta entonces.
Oposición al proyecto
Dos manifestaciones se han convocado en El Palmar contra la implantación del beach club. Los grandes detractores son las organizaciones ecologistas y la asociación vecinos Santo Domingo de la Calzada. También partidos políticos como IU, que pidió en el pleno de Diputación su paralización, sin éxito.
“La instalación es contraria a la legislación del suelo, al Plan de Ordenación del Territorio (POT) de La Janda y a la Ley de Costas. Ni es un proyecto de utilidad pública e interés social ni es una instalación o actividad que no pueda tener otra ubicación que no sea la Zona de Servidumbre de Protección y no presta servicios necesarios o convenientes para el DPMT (Dominio Público Marítimo y Terrestre)”, criticaban desde Enebro-Ecologistas en Acción.
La entidad conservacionista asegura que ha pedido el expediente del proyecto al Ayuntamiento de Vejer, que “esconde celosamente”, y tampoco ser le ha permitido personarse en el mismo, por lo que anunció hace unos meses que iba a presentar un recurso contencioso-administrativo ante los tribunales por “la ilegal actuación del Ayuntamiento de Vejer al aprobar este proyecto”.
El actual delegado de Urbanismo de Vejer y candidato a la Alcaldía por el PP, José Ortiz, es el principal padrino político del proyecto. Para él, Valhalla “pondrá aún más en valor esa zona, ya que también se actuará en la carretera desde la Venta Molina a la Venta Piñero con nueva acera e iluminación. Igualmente en el frente litoral. Una importante inversión cuyos ingresos de licencia vamos a destinar al asfaltado de nuevos caminos en El Palmar”, según anunciaba a principios de año.
Un mes después del inicio de la obra, cuando se estaban instalando farolas y el nuevo acerado, Ortiz volvía a alabar el proyecto. “Estamos siendo el primer equipo de gobierno en regularizar muchas casas y establecimientos de El Palmar y con ello vendrá el suministro de servicios”. El actual alcalde Francisco Manuel Flor, dice que el beach club "se suma a la oferta turística y de calidad que caracteriza a Vejer; vendrán más proyectos como este, generadores de riqueza y empleo en nuestro pueblo".
En contra del Valhalla, y de todo lo que conlleva, se muestran entidades como la asociación de vecinos Santo Domingo de la Calzada. Su presidente, Manuel Martín, cuenta a lavozdelsur.es: "No podemos llevar 50 años reivindicando agua y que a este proyecto se la den sin problemas, es un agravio comparativo”.
Martín relata que vecinos de la zona de El Espinar, en El Palmar, han pedido recientemente una subvención a la delegación territorial de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda de la Junta de Andalucía para desarrollar un plan especial que los dote de servicios públicos, que tendrán que costear los residentes. “Para que no diga Pepe Ortiz que los vecinos no quieren pagar, porque no es así”, incide el dirigente vecinal.
En El Palmar hay en estos momentos, según estimaciones vecinales, unas 3.500 edificaciones. Pero la cifra no para de crecer. Para solucionar el problema, desde la asociación vecinal y también desde Pavip (Plataforma de Afectados por Viviendas Irregulares de El Palmar) llevan años pidiendo que se pongan en marcha planes especiales para ordenar el territorio y dotar de servicios básicos a los vecinos.
El Palmar llegó a estrenar en 2008 una Oficina de Planeamiento, dirigida por la Empresa Pública de Suelo de Andalucía —adscrita a la Junta de Andalucía—, que pretendía regular más de 700 viviendas ilegales que había por aquel entonces. El Ayuntamiento de Vejer, diez años después, apuntaba en declaraciones a lavozdelsur.es que “el proyecto de urbanización que en su día aprobó la Empresa Pública de Suelo era mastodóntico y carísimo”. El Consistorio apostaba entonces por aplicar el Plan Especial de Reforma Interior (PERI), “pero cuando lo tenemos en exposición pública, vemos que hay que empezar de nuevo porque hay el doble de viviendas previstas”, contaba Ortiz a este periódico.
IU, en una proposición llevada recientemente al pleno de la Diputación de Cádiz, pedía a la Junta la paralización del proyecto por "incumplir la normativa vigente en materia urbanística y medioambiental". Solo Adelante respaldó la propuesta. PSOE, La Línea 100x100, PP y Cs la rechazaron.
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