Una garza mira atentamente a un hombre que acaba de montarse en una piragua. Indiferente al frío, Joakim Lindberg, de 31 años, rema con soltura por el río Guadalete a la altura de La Corta, en Jerez. El temporal no impide que este deportista, natural de Hällestad, Suecia, se deslice por el agua. Él ya conoce, como la palma de su mano, el segundo río más largo de Andalucía, no afluente en otro cauce, con 165 kilómetros de longitud.
“Nadie ha remado tantos kilómetros en este río como él”, dice Lars Walkler, empresario y antiguo deportista de élite de Solna que mantiene su particular club náutico cerca de la orilla. El también sueco señala a su joven paisano, que fue campeón del mundo de piragüismo en 2022. Un título que Joakim consiguió tras muchas idas y venidas por el Guadalete.
“Entreno 40 kilómetros por la mañana seis días a la semana”, comenta el joven, que realiza el mismo trayecto tres veces, desde La Corta hasta el puente de la venta de la cartuja, pasando por el monasterio y vuelta hasta El Portal.

Descubrió este paraje natural situado a más de 3.500 kilómetros de su ciudad natal gracias a Lars. Se conocieron en Marbella, donde el veterano también alquilaba embarcaciones, y entablaron una bonita amistad. Cuando Joakim vio la zona por primera vez, en 2019, se enamoró de ella y, desde entonces, cada invierno viaja a Jerez para entrenar. “Es campeón del mundo y del Guadalete”, bromea el empresario.
"En el río no hay botes, no hay gente, solo yo"
Lleva seis años recorriendo este río que, asegura, que “es muy bueno para practicar kayak”. Para el sueco, “es mejor entrenar aquí en invierno porque en Suecia hace mucho frío y el agua se hiela”. Según comparte con lavozdelsur.es, otro de los atractivos del Guadalete que más valora es su tranquilidad. “Antes de descubrir esto solía ir a Sevilla, a Mallorca, pero hay mucha más gente en el río, hay muchas olas y aquí es mucho más relajado. No hay botes, no hay gente, solo yo”, expresa antes de subirse a la piragua, personalizada con los colores de la bandera de su país.
Durante las horas que pasa surcando el río, este joven se dedica a reflexionar. Al final, es mucho tiempo con uno mismo y la cabeza es inquieta por naturaleza. “Es relajante, tienes tiempo para ti, y es bueno para la mente”, dice este sueco que comenzó en el mundo del piragüismo por su padre. Fue él quien le presentó en 2004 este deporte de resistencia, en el que se “tira mucho de pulmón”, que practicaba con su hermano gemelo cada verano en su ciudad natal.


Pronto le cogió el gustillo y, al año siguiente, comenzó a competir. Con 10 años ganó su primera competición a nivel local y contra unos seis participantes. Hasta que, con esfuerzo, fue acumulando medallas en convocatorias nacionales e internacionales. “Con 16 años decidí que me iba a dedicar en serio al 100% y a intentar ser muy bueno”, comenta. Y lo consiguió, en 2022 se proclamó campeón del mundo en 5.000 metros.
Llegar a lo más alto no ha frenado a Joakim, que continúa entrenando duro para lograr otros títulos. Por ejemplo, en este último año ha quedado tercero en el campeonato mundial en la misma distancia y ha obtenido el segundo puesto en K2, doble kayak, en 1.000 metros, en el campeonato mundial. “Siempre viene gente nueva, intentas ser el mejor cada año. El nivel en la cima es muy alto, así que tienes que entrenar”, dice.
Joakim se han convertido en el único deportista de élite que, en la actualidad, utiliza este río para sus entrenamientos. Es un recurso natural del que disfruta con respeto. Desde su piragua, observa las especies que se le acercan, entre ellas, muchas tortugas y peces grandes, como las carpas.


“El río está limpio. Para mí, muy bien. Tiene unas condiciones similares a las del resto de España. Nunca he cogido infecciones y paso muchas horas”, explica el sueco, que, aunque ahora sea el único, no es el primer deportista de élite que aprovecha el Guadalete para este fin.
"El río está limpio, nunca he cogido infecciones"
Según Lars, a principios de los 2000 se podía ver al sanluqueño Pablo Baños preparándose para los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Joakim también sueña con llegar a competir a ese nivel. De hecho, confiesa que “es posible” que lo haga en los próximos Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. De momento, la distancia de 5.000 metros no se incluye en las olimpiadas, aunque, según explican, puede que la incorporen para dentro de tres años.
“Cada año van cambiando. Tratan de hacer que la gente vea la televisión. Ahora piensan que la distancia larga es más interesante porque hay más contactos cercanos, suceden más cosas en la carrera y es más espectacular”, dice el sueco, que compagina los torneos con su trabajo de entrenador personal.


El palista rema contra el viento. Cada día se sumerge en el desafío de seguir mejorando cada día. Sin bajar la guardia, sigue dedicándole horas a este deporte. “Si se habla de esto en los periódicos, puede que los más jóvenes lo vean y se animen a probarlo”, comenta el sueco, que elogia esta actividad que le acompaña desde hace 21 años.
“Pienso que el deporte de equipo no es para todos los niños. Algunos niños quizás disfrutan más estando solos. Para mí fue así. Espero que más niños puedan descubrir este deporte”, dice Joakim, que si no hubiese sido piragüista, probablemente estaría con una manguera en la mano extinguiendo incendios. Cuando deje la competición, dice que intentará ser bombero. Mientras, rema sin parar a unos metros de unas máquinas anfibias que, como él, también marcan tendencia.
Un proyecto pionero para recuperar el fondo del Guadalete
Desde hace unos días, unos técnicos manejan esta maquinaria procedente de Suiza para limpiar las eneas invasoras aglomeradas. Uno de ellos está concentrado en su labor en La Corta. La Junta de Andalucía ha puesto en marcha este proyecto pionero para recuperar el fondo del Guadalete. Este se está perdiendo desde que se construyó el azud, una barrera hecha en los ríos con el fin de facilitar el desvío de parte del caudal para riego y otros usos. Actualmente, el fondo está a metro y medio, cuando hace tres años estaba al doble. Un paso importante para un futuro sostenible del río.