Ana Belén Lara Muñoz es médica del centro de salud de La Barca de la Florida, y el día en que lavozdelsur.es visita las instalaciones, está de guardia. Son aproximadamente las 12 del mediodía, hora en la que comienza a pasarse la consulta de Urgencias. Ana Belén acaba de llegar, junto a su residente de cuarto año, de atender en el consultorio de El Torno, a varios kilómetros de allí, donde ha pasado consulta durante toda la mañana. Comenzó a las ocho, y no descansará hasta las 8 de la mañana del día siguiente. Una guardia habitual para un profesional sanitario, las temidas guardias de 24 horas contra la que se está luchando, pero con la peculiaridad de que, aquí, atienden también a las entidades locales autónomas –ELA– de un enorme radio rural de acción.
Las instalaciones del centro de La Barca podrían ser la envidia de algunos centros sanitarios en zonas rurales: sus instalaciones son modernas, hay bastante espacio para poder esperar, cuenta con rampa de accesibilidad, y no hay una gran afluencia de personas esperando. Pero, cuando quienes hablan son los profesionales que sustentan el día a día de estas consultas, asoma la realidad: los facultativos están desbordados. La espera media para una cita presencial con el médico o la médica de familia es "de 12 a 14 días", según explica el director en funciones del centro, Antonio Anelo.
El centro de salud de La Barca atiende a más de 8.000 habitantes: los que conforman los núcleos de La Barca y de las ELA que a su vez dependen de ella: Torrecera, El Torno y San Isidro de Guadalete, y la barriada rural de Majarromaque. Tiene cinco cupos de médicos, pero actualmente solo hay tres profesionales, ya que los otros dos se encuentran ausentes por distintos motivos. Ambas plazas están ya convocada una y autorizada la otra, pero "no hay médicos" que las cubran, como refiere Antonio Anelo.
"El refuerzo en verano se prevé muy complicado", expresa este enfermero. Explica que, durante quince días del mes de abril, el consultorio de El Torno ha estado cerrado, y eso se ha suplido con el esfuerzo de los profesionales del centro de La Barca. "Tenemos la disponibilidad de, voluntariamente, los médicos que quieren se quedan por la tarde, al margen de su jornada, en algo que se llama 'accesibilidad a la población'. En esa jornada de tarde, se ha suplido la ausencia del médico que faltaba". Las personas de El Torno, por ejemplo, tenían su agenda abierta en La Barca, por lo que "la asistencia estaba asegurada", según explica Anelo. Los consultorios de Majarromaque y San Isidro de Guadalete, por su parte, abren solo un día a la semana.
Un 'encaje de bolillos' para poder garantizar la asistencia
Impresiona cómo Ana Belén Lara recita como una retahíla el 'encaje de bolillos' que están haciendo para poder asegurar la asistencia, un ejemplo de cómo les asfixia la actual escasez de profesionales. El día en que la vozdelsur.es habla con esta médica, ella y su residente tendrían que haber ido a El Torno y Torrecera (lo que entre ellos llaman 'el combo'), pero no han podido porque debían atender la consulta de urgencias en La Barca, que, a su vez, sirve para tratar los casos más urgentes de toda esta zona que tienen una demora excesiva en sus citas programadas.
"En El Torno, el último paciente que tenemos citado es a las 10.40, eso sin contar que puedan salir avisos domiciliarios, que puede ser que tengamos dos, tres… Luego solemos ir de El Torno a Torrecera, y ahí el primer paciente citado es a las 11.15. Ese se supone que es el rato que tenemos para tomarnos un café, pero lo usamos para desplazarnos. Eso es lo que estamos intentando hacer para mantener los consultorios abiertos. Aquí se quedan dos compañeros mientras el otro sale a 'hacer los pueblos', pero si sale un aviso, se queda un solo médico para consultas programadas y urgencias. Faltan dos cupos, que son aproximadamente 3.000 pacientes, que recaen entre los compañeros que quedamos", explica.
Los avisos domiciliarios de los que habla esta profesional son las urgencias, porque la zona de La Barca no tiene unidad móvil con equipo específico; son los mismos profesionales del centro los que se desplazan. "Y eso, sin contar que los consultorios rurales no están equipados para las urgencias, son para las consultas programadas", apunta. Una situación, la que viven estos médicos, que su compañero, Rafael Baena, define como "crónicamente desbordados". "Es como Sísifo, que sube todas las mañanas la piedra hacia arriba y al final del día está otra vez la piedra abajo, y al día siguiente empezamos otra vez", expresa el profesional.
Ese día, el consultorio de Torrecera se ha cerrado para poder mandar al médico que estaría allí (Ana Belén) a la consulta de urgencias de La Barca. A las puertas de dicho consultorio, se encuentra una vecina, Auxiliadora Medina, esperando junto a su hija a que venga el pediatra. El profesional, que lleva 17 años trabajando en la zona, llega puntual a su cita. Él mismo abre y cerrará el consultorio.
Auxiliadora cuenta que, en los últimos meses, sí ha notado un incremento en la demora entre el momento en que pide la cita y el día de la misma. "Al final terminas yendo a Urgencias, y ahí te dicen que por qué no has pedido cita con tu pediatra", expresa. A veces, sucede que llega y el profesional no viene. En ese momento, una rememora la conversación con los profesionales e imagina los imprevistos: un aviso domiciliario, un atasco durante el desplazamiento. Es un bucle que no termina y que afecta a sanitarios y a pacientes; el mismo que refiere Pepi Carbonell, esperando que la atiendan a las puertas del centro de La Barca: "Al final se atascan las urgencias, porque se está atendiendo así". Ella solicitó cita el pasado día 25, y la primera disponible era para el 10 de junio.
A unos metros de la puerta del consultorio de Torrecera, el alcalde de esta ELA, Francisco Arcila, comenta la situación con Auxiliadora. El diagnóstico que da este regidor municipal es que "la Junta de Andalucía quiere concentrar todo en La Barca", porque, a su juicio, "así se ahorra un médico en El Torno, otro en Majarromaque, otro en San Isidro...". Según el alcalde de Torrecera, el centro de salud de La Barca, para atender a todos los habitantes de la zona, debería tener diez médicos. Arcila y los alcaldes de El Torno y San Isidro han trasladado por escrito sus peticiones a la Junta, pero, según explicaron en un comunicado esta semana, no tienen respuesta.
En esa línea, según explica Antonio Anelo, el cupo idóneo sería un médico por cada 1.500 habitantes, aproximadamente. En esta zona del Jerez rural, lo sobrepasan con mucho. "Ahora mismo atendemos a casi 10.000 habitantes para tres médicos", expresa.
La propia Junta de Andalucía ha argumentado en repetidas ocasiones el déficit de médicos que existe actualmente. Recientemente, el SAS ha anunciado una oferta pública de empleo para médicos que presten servicio en las zonas rurales, unas áreas que denomina "de difícil o muy difícil cobertura". Son contratos que definen como "de larga duración", que ofrecen a los profesionales la posibilidad de atender en zonas rurales y a la vez trabajar una o dos jornadas semanales en un hospital de referencia. Catorce de esas plazas se ofertan en la provincia de Cádiz, por lo que vendría a paliar, en teoría, situaciones como la relatada. No obstante, la oposición recrimina habitualmente al Gobierno andaluz que mejore las condiciones laborales de sus profesionales y hablan de recortes y de privatización de la sanidad pública.
La de esta zona del Jerez rural no es una imagen extraña; incluso está normalizada. Facultativos desbordados, pacientes esperando para ser atendidos. Los médicos de la zona de La Barca se esfuerzan por garantizar la asistencia, pero lo ideal sería no tener que desplazarse a otro municipio. Según datos del Observatorio Rural de la Comisión Europea recopilados por Newtral, en España la distancia media que deben recorrer los habitantes de zonas rurales para ir a un centro de salud es de 22 kilómetros. Es una coyuntura que podría ser la que atraviesan muchas zonas rurales, ya no en Andalucía, ya no en España, sino en el conjunto de la Unión Europea.
Parte de los Fondos Europeos, como el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), el Fondo Social Europeo (FSE) y el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), los tres con actuaciones en el Servicio Andaluz de Salud (SAS), están destinados a mejorar situaciones como esta que viven los habitantes de La Barca y las ELA aledañas. En los Fondos Feder, por ejemplo, se incluyen, como puede consultarse en la página web del SAS, actuaciones para la provincia de Cádiz como "obras y reformas" y "adquisición de equipamiento" en centros de atención primaria.
Pero todas las voces consultadas por lavozdelsur.es en La Barca y zonas rurales aledañas hablan de lo mismo: falta de médicos. En este sentido, el Sindicato de Enfermería reclamó al Gobierno el pasado mes de enero, tras una reunión mantenida en el Parlamento Europeo entre responsables de la OMS, expertos de distintos países y representantes de la Comisión Europea, que parte de los fondos europeos que España recibe para fortalecer el Sistema Nacional de Salud vayan a la mejora de las condiciones laborales del personal sanitario. En la reunión, Tomás Zapata, experto en recursos humanos para la salud de la OMS, habló de una "crisis" de profesionales sanitarios en Europa.
La Junta de Andalucía ha remitido una nueva carta al Ministerio de Sanidad en la que le reclama que se incluyan en el orden del día del próximo Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) a celebrar el próximo 5 de junio dos puntos "de máxima importancia y urgencia" como son el análisis de la "situación actual de disponibilidad de médicos de familia en el sistema nacional de salud" y la adopción de "medidas para paliar la falta" de profesionales, "incluidas las medidas que puedan tener que ver con los Médicos Internos Residentes (MIR)".
En plena campaña electoral para las europeas, los fondos europeos se han convertido en motivo de disputa entre PP y PSOE. Los populares han criticado constantemente la gestión que ha hecho el Gobierno de los mismos, mientras el Ejecutivo de Sánchez ha presumido de lo logrado gracias a ello. A pesar de lo lejano que pueda parecer Bruselas, en esos fondos europeos podría estar, también, la solución para la situación que viven personas como Ana Belén o como Auxiliadora.
En estos comicios, que todos los partidos se están esforzando en presentar como claves para el día a día de la ciudadanía (algo difícil de transmitir cuando Bruselas parece estar tan lejos de este sur de Europa), la salud también se juega su presente y su futuro.
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