El patrimonio religioso de Jerez, aquel que no está a la vista, encierra una riqueza artística que se esconde bajo la clausura monacal, principalmente. También están los que han pasado por una exclaustración voluntaria de la comunidad que lo habitaba. Entre estos últimos, el caso que más se lamenta es el del Espíritu Santo cuya antigüedad se remonta al año 1320, siendo el primero femenino (Dominicas) que se creó en Jerez tras la toma de la ciudad por el Rey Alfonso X el Sabio.
De construcción renacentista, permanece cerrado a cal y canto por deseo de la orden de religiosas que lo habitaba. No quisieron cederlo al obispado tras su marcha; ni siquiera llegar a un acuerdo económico razonable, pese a la insistencia desde Bertemati. Por el contrario, se desmontó de su interior todas las piezas muebles que han acabo en otros conventos de la Orden o en anticuarios. Incluso el edificio en sí, pese haber recibido ofertas y anunciarse en webs especializadas en ventas inmobiliarias, sigue sin venderse.


Más allá de la Cartuja
En el otro lado están los que han dejado ese patrimonio en Jerez tras abandonar el cenobio. Uno de los ejemplos es el convento de Madre de Dios, que habitaron las monjas Clarisas hasta 2018, ahora sede del Seminario Diocesano desde 2019. El edificio que hoy existe es lo que quedó tras derribarse gran parte del mismo en la década de los años 60 del siglo pasado, quedando la iglesia y los coros alto y bajo. En estos tres espacios se concentra gran parte de la riqueza artística que fue acumulando desde su implantación en la ciudad en el siglo XVI, según cuenta a lavozdelsur.es el doctor en Historia del Arte, José Manuel Moreno Arana.
En este convento nos detenemos como ejemplo de que, más allá de la Cartuja, aunque oculto bajo la clausura, el interés por el enriquecimiento patrimonial de estos edificios fue una prioridad en los tiempos en los que se levantaron. Se sitúa en la plaza de Madre de Dios rodeado de urbanizaciones y bloques de pisos. Apenas si se percibe cuando se pasa por esta importante vía pero allí está desde hace tres siglos.
Del antiguo convento e iglesia de Las Clarisas, asesorados por Moreno Arana, nos propone una visualización de las decoraciones barrocas y neoclásicas que son las que se reparten por las zonas históricas. El historiador afirma que lo mejor del edificio es el coro bajo “porque tiene una sillería del artista más importante del barroco jerezano: Andrés Benítez, un retablista que trabajó mucho en Jerez y en Arcos”.


En esta sillería, en su parte central destaca una hornacina con una imagen de la Virgen de vestir, conocida como la Virgen Abadesa, que ha sido restaurada recientemente. De Andrés Benítez, para calibrar la calidad de su obra, también son el retablo San Mateo, el de la Virgen de Consolación, la portada de la soberbia capilla de la Virgen del Rosario, todo localizado en la iglesia de Santo Domingo.
Este artista del barroco firmó, asimismo, algunos de los retablos que se reparten por el coro bajo de Madre de Dios, piezas de estilo rococó de gran calidad. El historiador jerezano pone de manifiesto que la datación de estos retablos van desde el siglo XVII hasta principios del XIX. Además se conserva un órgano del XVIII “que aún funciona, uno de los pocos que todavía son útiles”. En imaginería destaca un san Juan del sevillano Roque Balduque y una dolorosa, recientemente restaurada, atribuida a Francisco Camacho de Mendoza.
Dejando la pieza más importante del coro, también destaca el retablo mayor de la iglesia, de finales del XVII, “una obra muy curiosa con una imaginaria interesante como dos de José de Arce”. La iglesia, tardogótica con bóveda de crucería, “es sencilla pero muy interesante”.

El experto en arte no duda en afirmar que, pese a que la comunidad de monjas dejó el convento, ahora con la presencia del Seminario Diocesano dando uso al edificio “hace posible que se mantengan los bienes muebles y se conserve un patrimonio que no ha salido de Jerez y que se está restaurando”, aunque lamenta que no se tenga acceso tanto la iglesia como al magnífico coro, “abogando por una mayor apertura para expandir su conocimiento entre los ciudadanos y los expertos que deseen visitarlo”.
El hoy de la vida conventual en Jerez
Actualmente en Jerez existen cinco conventos de religiosas con vida monacal, todos de clausura. Son los que han sobrevivido al paso del tiempo y a la extrema falta de vocaciones que llevaron al cierre de muchos más de los que hoy subsisten, siendo el más antiguo el de las religiosas de la calle Barja. La relación es la siguiente: Las Agustinas, convento de Santa Rita, en Jerez desde el 4 de octubre de 1526; Clarisas Franciscanas, monjas de la calle Barja, establecida en Jerez en1504; Las Mínimas, san Marcos, en Jerez desde 1.524; las Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Inmaculada, Reparadoras, establecida en la ciudad desde el 24 de noviembre 1974; las Hermanas de Belén, Cartuja, que el 19 de marzo de 2000 sustituyeron en el monasterio a los cartujos.

Los cenobios masculinos más antiguos que siguen activos son los Capuchinos, desde 1634; Carmelitas, desde 1587; Dominicos, desde 1267; y los Mercedarios, desde el siglo XIII. Recordar que una de las ordenes más notorias en la ciudad, como fue la de los Franciscanos, abandonó el convento en Jerez pero la iglesia sigue estando abierta al culto y atendida por esta Orden.