"Para apagar los incendios no se necesita tanta gente, sino menos y mas especializadas". La frase la dijo en 1993 Juan Lozano Mudarra, Consejero Delegado a principios de los 90 de la Empresa Andaluza de Gestión de Tierras (Getisa). Aunque pueda parecer cualquier cosa, estas palabras significaron el inicio del Plan Infoca, la estrategia que desde el año 1995 lleva a cabo la Junta de Andalucía para hacer frente a los incendios forestales durante los meses de verano, la época de más riesgo. Esto significa que en 2024 se cumplen 30 ediciones del Plan Infoca. A pesar de que el primer decreto de este plan se aprueba en 1995, lo cierto es que desde 1993 existe un giro en la forma de afrontar los incendios forestales.
Para cambiar la forma de enfrentarse al fuego, Andalucía tuvo que pasar por episodios trágicos como la muerte de cinco personas durante el incendio de 1992 en la sierra de Grazalema. El menos gente pero más especializada no fue un eslogan, sino que se llevó a la práctica. Aunque las cifras puedan parecer contradictorias, la puesta en marcha de un plan específico en la lucha contra los incendios supuso que el personal dedicado a ello pasara de 8.000 a 4.000. La cifra no ha variado demasiado en estas tres décadas. Hace unos días, la Junta de Andalucía presentaba el Plan Infoca de 2024 con un total de 4.700 trabajadores.
Una de las personas que estuvo al frente de los primeros operativos fue el jerezano Francisco Salas, quien en una entrevista en lavozdelsur.es ilustraba la situación que se vivía antes de profesionalizar el trabajo en el campo. "Cuando llegué, los incendios se apagaban con un equipo coordinando debajo de una higuera en pleno campo. Se recurría a voluntarios sin formación, no estaban preparados, no había cargos, ni estaban claras las competencias".
Hasta los cambios de los años 90, para apagar el fuego se reclutaba a personas en edad de trabajar de los pueblos cercanos a los incendios mientras que los retenes eran móviles y los únicos vehículos que se utilizaban eran terrestres. Lógicamente, el equipamiento de estos trabajadores también estaban lejos de ser óptimos.
La situación ahora es bien distinta. El Plan Infoca cuenta con 101 vehículos autobomba, 16 nodrizas y doce palas quitanieves para su acoplamiento, un vehículo táctico con un dron terrestre, un depósito de agua móvil de 3.000 litros, 24 helicópteros y diez aviones, según apuntan fuentes de la Junta. Precisamente, en 2023 Infoca se convirtió en el primer dispositivo contra los incendios que incorporó el vehículo táctico. Hasta 1999, en lo que medios aéreos se refiere, el Infoca tan sólo contaba con un avión.
Este medio ha podido hablar con un trabajador del Infoca desde hace más de dos décadas. Antonio entró en la plantilla en 2001 y, en su opinión, los medios para trabajar no han cambiado mucho. "El vehículo de transporte de los retenes son los de siempre. Los camiones de extinción han pasado a tener más 'pijotadas', pero han reducido su capacidad de agua", asegura este bombero forestal.
La revolución de los Cedefos
Una de las claves en la profesionalización de los trabajos contra el fuego ha sido la jerarquización y estructuración de las tareas organizacitivas. Actualmente existe el Centro Operativo Regional, el Centro Operativo Provincial y los Centros de Defensa Forestal. Estos últimos son la clave en el terreno para hacer frente a las llamas.
Fueron creados junto al propio Plan Infoca como "centro de trabajo para los trabajadores". Hasta entonces los bomberos forestales (o las personas que hacían estas laborales" rotaban en sus puestos del dispositivo. Desde la creeación de estos Cedefos tienen su lugar de trabajo permanente. Cada uno de estos Centros de Defensa Forestal está situado de forma estrategia como lugar para que puedan operar los helicópteros y transportar en 20 minutos a los bomberos forestales dentro de un radio de 20 kilómetros.
La buena ocupación del terreno de estos centros de trabajo ha provocado que en los últimos años apenas haya habido variaciones. En 2003 existían 22 Cedefos y actualmente hay 23 con dos más en construcción. En los años 90, por su parte, llegó a haber 16 infraestructuras de este tipo repartidas por toda Andalucía.
En 2011 se produjo una mejora importante al añadir en la organización unos procedimientos de intervención que también incluían la protección de las personas. Por su parte, el pasado año se dio un nuevo paso al integrarse el Plan Infoca dentro de la Consejería de Presidencia, junto al resto de servicios de emergencia de la Junta de Andalucía para facilitar la coordinación.
Incendios de sexta generación: la importancia de la prevención
Aunque en los últimos años el dispositivo para combatir los incendios no han cambiado demasiado, los incendios sí han modificado su comportamiento debido al cambio climático. El primer gran ejemplo en Andalucía fue el incendio de Sierra Bermeja de 2021 con más de 8.000 hectáreas calcinadas. A pesar de ello, quedó lejos de las más de 30.000 hectáreas que se quemaron en 2004 en Río Tinto.
Ahora, bomberos y administraciones se enfrentan a incendios de sexta generación. La propia Junta de Andalucía define estos incendios como "fuegos que técnicamente no se pueden apagar, sólo se pueden acompañar". Estos incendios generan condiciones climatológicas propias e imprevisible, un hecho que pone aún más en riesgo a los bomberos forestales. Estos, a diferencia de lo que ocurría en décadas pasadas, se propagan de forma extrema.
De ahí la importancia que ha adquirido la prevención en los últimos años con la limpieza de montes. Esto también ha obligado a la Junta de Andalucía a replantear los periodos de contratación de los bomberos forestales. Antes, la gran mayoría de la plantilla sólo trabajaba durante el periodo de riesgo extremo. El resto del año tenían que buscarse otras profesiones. La situación va cambiando poco a poco, aunque los bomberos forestales denuncian incumplimientos. La Consejería de Presidencia que dirige Antonio Sanz insiste en que hay un compromiso que se va a llevar a cabo para que un alto porcentaje de la plantilla trabaje para el Infoca durante, al menos, 9 meses al año.
La situación ha llevado a que el presupuesto del Plan de 2024 es superior para las labores de prevención que para las de extinción. La Junta de Andalucía destina 135 millones euros a los trabajos de prevención, como la limpieza de los montes, y 108 a las tareas propias de extinción. La cifra de prevención dobla la cuantía que se dedicaba hace dos décadas. Además, una de las características del momento actual es que la temporada de incendios cada vez empieza antes. A pesar de que la temporada de riesgo extremo ha comenzado este mes, el Infoca ya había tenido que intervenir en 11 incendios durante el año. Aun así, el verano de 2023 fue el de menor hectáreas calcinadas de la última década.
Las reivindicaciones de los bomberos forestales
A pesar de todo el desarrollo que ha llevado a cabo el dispositivo, los bomberos forestales siguen luchando por sus condiciones laborales. Antonio, bombero forestal desde hace dos décadas, explica a lavozdelsur.es que "las circunstancias de trabajo son las mismas, sin cambio de trabajo". Este bombero forestal asegura que tanto los protocolos de seguridad, las herremientas de extinción, incluso los epis, siguen siendo los mismos. "Cuando entré en 2001 sustituyeron los monos amarillos por pantalón verde y la camisa ignífuga amarilla".
Los turnos durante los incendios oscilan entre 12 y 14 horas. La jornada, en caso de que no haya este tipo de catástrofes, se quedan en 8 horas en verano. Eso sí, se compensan con días para ajustarse a las 35 horas semanales. Una de las grandes reivindicaciones es el reconocimiento de la antigüedad. Los bomberos forestales llevan desde 2007 con la antigüedad congelada. "Me hicieron fijo en 2004 y desde entonces cobro 15 euros mensuales por antigüedad". Aquellos que llevan más años, pueden llegar a los 50 euros. "Antes, tras 3 campañas de verano te hacían fijo discontinuo. Hoy hay chavales y chavales con 10 campañas que aún siguen con su incertidumbre", añade sobre la situación laboral por la que los trabajadores del Infoca han vuelto a protestar.