El descenso de la natalidad es un problema que afecta a todos los países occidentales, los teóricamente avanzados. Entre los países de la Unión Europea, en 2022, por primera vez desde los 60 se produjeron menos de 4 millones de nacimientos. Nunca ha habido una ratio de nacimientos por mujer tan bajo. España ni se acerca al 2,1, la cifra que conlleva al menos una estabilidad, un empate. Cada mujer tendría que tener al menos dos hijos. Todo esto tiene consecuencias a futuro muy pesimistas.
Por eso, el embarazo, tener hijos, es la gran noticia. Desirée Rey las tiene. Luce su barriga a las puertas de su centro de estética, que está trasladando a otra ubicación, más adecuada. Esta es su historia.
Ella es de Aznalcóllar, un municipio que tras el desastre ecológico de los años 90 entró en crisis. La actividad minera, que era clave, se derrumbó. Desirée llegó al pueblo para trabajar en un restaurante, en Casa Ferrer. Estuvo varios años y conoció a su pareja. Así que se quedó por amor.
Del amor nacerá un bebé muy pronto, como evidencia el tamaño de la barriga. Está al caer. El único bebé, por ahora, para 2025 en El Ronquillo, de 1.500 habitantes, y donde en 2023, último dato registrado en el Instituto de Estadística, hubo ocho nacimientos. O alguien se da prisa en el primer trimestre, entre enero y marzo, o será el único niño del año. Desirée lo explica así: "Me siento muy especial, pero a la vez estoy triste. Cada vez somos menos las que nos quedamos en estado".
A Desirée le preocupa que no haya pediatra o que no haya clase para su futuro bebé
Su Aznalcóllar natal ronda los 6.000 habitantes, cuatro veces más que El Ronquillo. Allí hay varias guarderías, por ejemplo. "No estoy acostumbrada a un pueblo tan pequeño", así que ha ido informándose sobre qué pasará, si le unirán a clases de diferentes edades. Tampoco le gusta que no haya atención pediátrica. Y todo el embarazo, lógicamente, lo han llevado en el Virgen Macarena, el hospital que corresponde al municipio.
Sabe de los retos que vienen ahora en un municipio que vive en carretera, que está entre los beneficios de lo rural y una cierta cercanía de media hora al área metropolitana. "En Aznalcóllar hay autobuses a muchas horas para ir y venir a Sevilla, aquí no". Si la cosa sigue así -al menos así, y no peor-, al terminar segundo de la ESO le tocará estudiar en Camas, por ejemplo. "No tenemos pediatra, pero tenemos la carretera", la A-66.
Desirée se quedará aquí, en El Ronquillo, porque es una emprendedora. Estudió estética y en su clínica le va bien. Lo hizo con esfuerzo, porque conectaba bien con Plaza de Armas, la estación de autobuses que más conecta la provincia con la capital. Ahora dará servicio en un espacio municipal tras una concesión.
Su historia es la de pelear y salir adelante sin necesidad de buscar un empleo fuera del municipio donde va a desarrollar una vida. Quizás por eso ella será madre. Quizás por eso no hay más madres para este 2025.
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