En un sector dominado por multinacionales con grandes recursos y estrategias agresivas, con llamadas a horas intempestivas, ofertas hechas desde más allá de nuestras fronteras y sin conocer el terreno de primera mano, la operadora andaluza Vivamóvil ha logrado posicionarse como una alternativa real para miles de clientes. Desde localidades como Carmona, Alcalá de Guadaíra o Coria del Río, esta empresa ha demostrado que competir contra los gigantes puede hacerse con éxito si se apuesta por un servicio de calidad y de cercanía, una atención personalizada y una inversión constante en infraestructuras.
De la televisión local a la fibra óptica
La historia de Vivamóvil comienza en 1994 con la fundación de VISOVISIÓN, una empresa de televisión local en El Viso del Alcor que cubría la información y el entretenimiento que los grandes medios ignoraban y que era la envidia de muchas televisiones locales de la época: “Fuimos pioneros en acercar la comunicación local a los municipios cuando no existían las plataformas digitales”, recuerda Juan Antonio Rodríguez, gerente de Vivamóvil y presidente de la Asociación Nacional de Operadores de Telecomunicaciones y Televisión Local de España (ACUTEL).
La llegada de Internet cambió el rumbo del sector y, con ello, el de la compañía. En 2002, se fundó VIVACABLE, la primera incursión en las telecomunicaciones, con el despliegue de redes de fibra óptica e inalámbrica en localidades donde el acceso a Internet aún era limitado. "Apostamos por invertir en infraestructuras en zonas desatendidas y llevar conexión de calidad a lugares donde las grandes compañías no tenían interés en llegar", explica Rodríguez.

En 2020, la empresa llevó a cabo una reestructuración, vendiendo parte de sus redes de fibra óptica para consolidar su presencia en mercados estratégicos bajo la nueva marca, Vivamóvil. El objetivo era centrase en mejorar el servicio en las zonas “donde teníamos mayor impacto y poder garantizar una cobertura más eficiente”, señala.
Un crecimiento sin apoyo institucional
Rodríguez reconoce que competir con grandes operadores que reciben ayudas y subvenciones no ha sido sencillo. Como afirma, “las telecomunicaciones no se liberalizaron hasta 1998, cuatro años después de que comenzáramos. Durante ese tiempo, Telefónica era el único operador real, y abrirse paso requería una inversión constante y una gran determinación”. Desde el inicio, Vivamóvil ha crecido sin recibir apoyo institucional. Sus redes han sido financiadas íntegramente con recursos propios. “No hemos contado con subvenciones para desplegar fibra ni para mejorar infraestructuras, pero eso nos ha permitido ser más eficientes y centrarnos en ofrecer lo que realmente necesita el cliente", explica Rodríguez.
Añade que la independencia financiera les ha dado margen para expandirse estratégicamente al no depender de burocracias ni de programas de ayudas con condiciones que, muchas veces, “favorecen a las grandes empresas. Nuestra única fuente de crecimiento ha sido la confianza de nuestros clientes”. Este emprendedor visueño también subraya que, a pesar de la falta de apoyo institucional, han logrado desplegar fibra óptica en zonas donde antes no había acceso a un Internet de calidad. Es el caso de las más de veinticinco urbanizaciones del término de Carmona en las que ya ofrecen servicio. Cuenta que cuando llegaron, la gente no podía creer que una operadora local “pudiera dar mejor servicio que las grandes compañías”.


El desarrollo de infraestructura no ha sido fácil. “Tuvimos que hacer inversiones arriesgadas en los momentos en los que la tecnología aún no estaba consolidada. Montamos redes en lugares donde la demanda era incierta y, en muchos casos, hemos sido los primeros en llevar fibra a pequeñas localidades”", añade.
Cercanía y respuesta inmediata
Puede parecer una evidencia, pero no lo es. Los técnicos de la compañía viven en las mismas localidades donde opera Vivamóvil. Eso significa que “no solo conocen nuestra red, sino que también entienden las necesidades de los clientes y pueden responder con rapidez”, asegura. Mientras que muchas grandes operadoras dependen de servicios de atención telefónica centralizados en otras ciudades o incluso en otros países, Vivamóvil mantiene oficinas y personal propio en cada una de sus localidades.
La experiencia de los usuarios es clave para diferenciarse. “Un cliente de Carmona nos llamó desesperado porque llevaba días sin Internet con su antiguo operador y nadie le daba una solución. Le instalamos fibra en menos de 24 horas y, desde entonces, su familia confía en nosotros”, relata. Casos como este son frecuentes en Vivamóvil y refuerzan la idea de que el trato personalizado y la proximidad marcan la diferencia. Otro aspecto clave es la flexibilidad en la atención. Si un cliente tiene un problema con su servicio, en una gran compañía pasa por interminables llamadas y protocolos antes de recibir una solución, si bien “nosotros damos respuestas inmediatas y personalizadas”, subraya.
Además, la cercanía de Vivamóvil se extiende más allá del servicio técnico. Ofrecen trato personalizado en las oficinas de Carmona, Alcalá de Guadaira y Coria del Río, “por si un cliente quiere resolver una duda y hablar con una persona de carne y hueso. No tiene que lidiar con robots ni esperar media hora en una llamada”, explica. La empresa también ha apostado por un servicio técnico proactivo. "No esperamos a que los clientes nos llamen con problemas, sino que monitorizamos nuestra red y prevenimos fallos antes de que se produzcan", indica el gerente.
Una lucha sin cuartel
A pesar de ser una persona tranquila y con talante, Juan Antonio Rodríguez denuncia que las grandes operadoras han adoptado estrategias que a menudo perjudican a las pequeñas compañías “bajando los precios de forma insostenible para captar clientes, pero luego, al cabo de unos meses, las tarifas suben y los usuarios terminan pagando más de lo que esperaban”. Desde ACUTEL, organización que ahora preside, trabajan para proteger a los operadores locales “garantizando que las empresas pequeñas puedan competir en igualdad de condiciones y evitar que se impongan condiciones abusivas en el mercado”, explica Rodríguez. ACUTEL también organiza ferias tecnológicas y encuentros para impulsar el desarrollo del sector.

Además, la asociación ha impulsado iniciativas como Canal Cofrade, un canal de televisión dedicado a la religiosidad popular de toda España, disponible a través de los operadores locales. “Este tipo de contenido es una apuesta por la identidad y la tradición de nuestras localidades, algo que las grandes plataformas no ofrecen”, subraya Rodríguez.
Una apuesta por la TV de proximidad
Desde sus inicios, Vivamóvil entendió que la clave para diferenciarse de los grandes operadores estaba tanto en la calidad de su servicio, como en el estar a la vera de los vecinos de las localidades donde operaban. Una de las estrategias más destacadas en este sentido ha sido la creación de contenidos audiovisuales locales que reflejen la identidad y el día a día de sus ciudadanos.
"Desde el principio apostamos por generar contenidos propios, algo que las grandes compañías ni siquiera consideraban", explica el gerente de Vivamóvil. Así, han creado canales como Miguadaira TV y Coriavisión con la idea de acercar la actualidad, la cultura y los eventos locales a sus clientes. Estos espacios han reforzado el vínculo de la operadora con sus clientes, ofreciendo una alternativa de contenido más personalizada y relevante frente a la programación generalista de las grandes plataformas.
Pero la apuesta por el contenido local no ha sido el único frente en el que han trabajado para fortalecer el ecosistema de operadoras independientes. En un sector marcado por la competencia desigual con las grandes compañías, ACUTEL ha desarrollado iniciativas para mejorar la formación y la capacidad de respuesta de las operadoras locales. "Creamos la iniciativa 'Acutel on the Road', con la que organizamos encuentros en distintas ciudades españolas para formar a los pequeños operadores y dotarlos de herramientas que les permitan competir en un mercado tan agresivo", detalla. “Nuestro objetivo es que las operadoras locales no solo sobrevivan, sino que sean cada vez más fuertes”, asevera.
El programa "Acutel on the Road" ha permitido a muchas operadoras aprender estrategias de comercialización, optimización de infraestructuras y adaptación a los cambios tecnológicos, fomentando una red de apoyo mutuo entre las empresas del sector. "No podemos gastar millones en publicidad como las grandes operadoras, pero sí podemos diferenciarnos con una oferta más cercana y honesta. Y para eso, es esencial que las operadoras locales estén bien preparadas", enfatiza Rodríguez.
Un futuro de expansión y compromiso con lo local
El compromiso de Vivamóvil con la innovación es el de “seguir ampliando nuestras velocidades de fibra hasta 10 Gb y ofreciendo un sistema de doble router sin coste para garantizar una mejor cobertura en el hogar”, adelanta Rodríguez. Pero el impacto de la empresa va más allá de la tecnología. Todo el equipo está formado por trabajadores de la zona, “generando empleo local, colaborando con pequeñas empresas y, de esta forma, ayudamos a dinamizar la economía de los lugares donde operamos”, recalca Rodríguez.

Una colaboración que se extiende también patrocinando eventos locales, colaborando con asociaciones y estando presentes en el día a día. El gerente de Vivamóvil lanza un mensaje claro para quienes dudan entre una gran operadora o una compañía local: “Con nosotros, el cliente no es un número. No vendemos humo, ni tarifas con trampa. Ofrecemos cercanía, calidad y un servicio en el que pueden confiar”.
En un mercado dominado por gigantes, Vivamóvil demuestra que una empresa local, con una visión clara y un compromiso con los vecinos de los pueblos y urbanizaciones en los que operan, puede no solo competir, sino ganar la confianza de miles de usuarios. David, una vez más, vence a Goliat. Cuestión de tesón y esfuerzo.