Tener estabilidad laboral y económica no es suficiente. La vivienda es casi inaccesible para los jóvenes, y los que no lo son tanto. La ansiada emancipación llega, pero no de la manera más deseada. Para comprar una casa, hay que tener ahorrados unos 30.000 euros para la entrada de una hipoteca y un buen salario para que este gasto mensual no se coma más de la mitad.
Según datos de Fotocasa, el precio medio del metro cuadrado de la vivienda en alquiler se ha disparado un 78% en España en los últimos diez años, por lo que alquilar una vivienda de 80 metros cuadrados supone en la actualidad una media de 984 euros al mes, casi la mitad del sueldo medio de una persona de entre 25 y 34 años.
En la provincia de Cádiz, el precio medio de una vivienda usada es de 200.000 euros en pisos de tres dormitorios de 95 metros cuadrados; 148.000 euros en pisos de dos dormitorios de 70 metros cuadrados y 254.000 euros en pisos de cuatro dormitorios, según datos facilitados por José Luis Romero, gerente de la inmobiliaria jerezana City 10 y presidente de honor de la Asociación de Gestores Inmobiliarios de la provincia de Cádiz (GICA). “La variación es grande entre ciudades, siendo de los más caros Cádiz, por encima de los 3.000 euros por metro cuadrado”, añade.
Los precios por las nubes dan lugar a una situación asfixiante. Muchos no pueden comprar y encontrar un alquiler asequible es un quebradero de cabeza. Esto hace que el número de jóvenes que viven con sus padres se haya incrementado, y que la edad para independizarse supere los 30 años, frente a los 26,4 años de media en la Unión Europea.
"Vivir hoy en día es muy caro. La juventud lo tiene negro"
“Vivir hoy en día es muy caro. La juventud lo tiene negro. Lo único que queda es comprarse un pisito en cualquier sitio que valga 70 u 80.000 euros y hartarse de reformarlo”. Son las palabras de Juan José Millán, jerezano de 28 años que se compró un piso en la zona sur de Jerez en diciembre de 2022.
“Hace dos años que lo compré y todavía no sé cuándo me voy a poder ir allí”, suspira este tonelero que, cuando le hicieron un contrato fijo, se planteó adquirir una vivienda. Estuvo tres años de búsqueda hasta que encontró algo asequible. “Veía cómo estaba el mercado y no encontraba nada, todo se salía de precio”, explica.
El jerezano también fue a ver viviendas de nueva construcción para informarse. “Era una barbaridad, costaba muchísimo dinero y aún así no estaba totalmente equipado. Y al financiarlo, los intereses también son altísimos”, cuenta a lavozdelsur.es.
Para el inmueble adquirido, no tuvo que dar entrada porque el piso había sido embargado y lo financiaba el banco al 100%, además, al ser menor de 30 años tenía una serie de beneficios. Ahora, tiene una hipoteca que pagar, 360 euros al mes a los que le añade gastos de luz, agua, IBI o comunidad. “El alquiler está a unos 600 y 700 euros, al final me sale más o menos lo mismo que comprarlo”, reflexiona.
Juan José se ve obligado a estar en la casa de sus padres mientras realiza la reforma necesaria de su piso. Tiene que elegir entre adecentar su nuevo hogar o vivir en él. “Tenía que montar la cocina y todo, no me da”, dice el jerezano.
“Antes, la generación de nuestros abuelos, con un sueldo tenían dos o tres hijos, tenían una casa y un campo, otra casa en la playa y vehículos. Hoy en día, para tú poder vivir en un piso, tienes que compartir con otra persona para quedarte con un sueldo más o menos decente. Con solo un sueldo entrando en casa, se pasa un poco de fatiga”, expresa.
"Estamos intentando comprar algo, pero es imposible"
Para abaratar los costes de la reforma, ha decidido dedicar su tiempo libre a aprender a hacer algunos trabajos. “Nunca había hecho nada de esto, pero me he informado y yo solo he levantado un cuarto”, comenta el joven, que propone la regularización de los precios y que “los intereses no sean demasiado abusivos para facilitar todo”.
Palmira Gómez, de 30 años, vive de alquiler con su pareja en un piso de unos 65 metros cuadrados en El Puerto y paga 400 euros al mes. Se independizó hace siete años en un “zulito” de 375 euros al mes. Después, pudieron ahorrar, mudarse e ir saltando de inmueble en inmueble hasta llegar a este. “Estamos intentando comprar algo, pero es imposible”, comenta la portuense.
Sus palabras coinciden con las de Juan José. “Por cómo están los alquileres hoy en día, es una pérdida de tiempo y de dinero. No te sale más barato que estar en una hipoteca”, sostiene. Tanto su pareja como ella trabajan en la hostelería y sus sueldos fluctúan en función de la temporada, aunque un mes normal pueden sumar unos 1.800 euros entre los dos. “Hoy en día eso no es dinero. Piden entre 35.000 y 40.000 euros para la entrada y es inviable no hacerlo sin pedir la gran hipoteca y pedir un micropréstamo personal. Te enfangas y es imposible”, lamenta.
Ayudas a la emancipación que tardan en llegar
La Junta de Andalucía dispone del programa Garantía Vivienda Joven, con el que pretende facilitar a los menores de 35 años la compra de su primera vivienda mediante el aval del 15% de la hipoteca. Recientemente, ante un panorama desolador, el Gobierno andaluz ha transmitido que está dispuesto a extender hasta los 40 años esta prestación.
Además, ya ha convocado la segunda edición del programa del Plan de Alquiler Joven por el que se entrega una ayuda de 250 euros mensuales a jóvenes que se encuentren arrendando un piso. El Gobierno central acaba de aprobar una nueva partida para este bono cuando en esta comunidad autónoma aún no se ha terminado de ejecutar la primera partida. Muchos jóvenes siguen esperando recibir la subvención. Una denuncia que ha elevado la Plataforma de Afectados por el Bono Alquiler Joven en Andalucía al comprobar que no se están cumpliendo los plazos legales establecidos para su ejecución.
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