Macarena, que por aquel entonces tenía siete años, se compró su primera bicicleta gracias a Steven Spielberg. Con las 7.000 pesetas diarias que ganó por su participación en el rodaje de El imperio del sol, en Trebujena, le dio de sobra para hacerse con una. Y para contribuir a la economía familiar, de paso.
Durante el casting tardaron poco en elegir a Macarena, por su pelo rubio y sus ojos claros. Su madre, Ana Garrido, conocida en el pueblo como Anita la Perica, tenía claro que su hija sería una de las seleccionadas. “Parece que lo estoy viendo, fuimos a una finca y allí decían: tú sí, tú no, tú sí…”, rememora 35 años después del estreno de la película que revolucionó a Trebujena. Y que la puso en el mapa.
Era 1987 cuando Spielberg y su equipo aterrizaron en las marismas cercanas a la localidad, donde recreó un palacete japonés, un estadio de fútbol y un enorme campo de concentración en el que pasaron seis semanas de rodaje, que los vecinos acogieron con entusiasmo. Entonces, un trabajador agrícola ganaba unas 4.000 pesetas diarias. Macarena, con siete años, volvía cada día a su casa con 7.000.
Para recrear, y homenajear, lo que supuso que la superproducción de Spielberg eligiera Trebujena para el rodaje de El imperio del sol, la realizadora y editora Silvia Moreno (Cádiz, 1979) y el cantante y compositor Dani Llamas (Jerez, 1980) codirigen un documental cuyo rodaje están terminando estos días.
Steven quiere conocerte se llama la película y esta semana ha recogido las impresiones de algunos vecinos y vecinas de Trebujena que trabajaron como extras en El imperio del sol, unas escenas que serán incluidas en el documental. "Nos gusta buscar proyectos cercanos, somos una productora de kilómetro cero”, cuenta Dani Llamas a lavozdelsur.es. Silvia Moreno aporta que el documental pretende ser “un homenaje a la gente de Trebujena, que hicieron posible esa película”.
El documental de Moreno y Llamas está producido por NoFicción, una plataforma andaluza comprometida con historias “poco conocidas” o a las que pueden aportar otros puntos de vista. Es lo que pretenden con Steven quiere conocerte, un proyecto del que no quieren desvelar muchos detalles. De momento, solo se conoce que comenzará con imágenes del archivo personal de Alfonso de la Torre, un vallisoletano que tiene en su casa 14.000 objetos relacionados con el director estadounidense.
En la puerta del Centro de Día de Trebujena, donde el equipo del documental graba a quienes fueran figurantes de la película de Spielberg, se encuentra Rocío, que tuvo una actuación muy recordada todavía por sus conocidos y familiares. “Lo recuerdo como si fuera hoy mismo. Yo estaba en el camión de los heridos, el médico me daba a una niña y yo la entregaba a la enfermera”, rememora. La escena tuvo que ser rodada varias veces. “No paraba de reírme”, confiesa.
Regina, su hermana, cuenta entre risas cómo Rocío se negaba a que le vendaran la cabeza, una imagen que provocó muchas risas entre sus amigas. “Todos los que participaron lo pasaron bomba”, asegura. Ella no se presentó al casting porque no tiene los ojos claros. En la película trabajaron, ademas de Rocío, otra hermana suya, un hermano y su cuñado. Quién más, quién menos, tiene relación con el filme en Trebujena.
Rocío recuerda con cariño la ocasión en la que acudieron a una nave industrial, en la que Spielberg y su equipo estaban rodando escenas de interior, donde hicieron cola para poder verlo. “Estuvimos un buen rato y tuvo el detalle de darnos dulces para merendar”, recuerda. Eso no se le olvida, como tampoco el canasto que guarda en su casa, recuerdo de la película.
El documental Steven quiere conocerte, además de rodarse en las marismas de Trebujena, donde se recrearon los escenarios de El imperio del sol, ha visitado el Bar El Litri, el primer lugar donde Spielberg y su equipo comieron a su llegada al pueblo. Allí trabajaba entonces Isabel Galán, que se enamoró del técnico de efectos especiales John Baker —ganador de un Oscar por En busca del arca perdida—, que se quedó a vivir en la localidad.
“Todavía hay gente que no sabe cómo nos conocimos, ¿te puedes creer?”, comenta Isabel en la puerta del Centro del Día, poco antes de que se proyecte la película que le cambió la vida. En el documental también participa la pareja, como ejemplo de una de las historias generadas en torno a un filme que fue un alivio económico para muchos vecinos de Trebujena, incluida Isabel. "Me daban 5.000 pesetas al día, por lo que en seis semanas de rodaje gané dos millones", recordaba en un artículo en este periódico.
Todo eso y mucho más recogerá el documental de Silvia Moreno y Dani Llamas, que quieren que se estrene durante el Festival de Málaga (marzo de 2023). "El pueblo se entregó, como se entrega a la Sanidad pública. Aquí hay una cohesión brutal. Queremos hablar de la peculiaridad de Trebujena", dice el cantante. "Hay muchas historias cercanas que no se cuentan. Queríamos contarla con la cercanía y el respeto que nos aporta ser de la tierra", agrega la realizadora.
El contraste de la superproducción con un pueblo comunista, de sangre jornalera, es algo que siempre había llamado la atención a Moreno y Llamas. "Nos parecía muy interesante el choque de trenes que se produce entre dos realidades muy distintas: la industria de Hollywood, en la que además fue la última película con gran presupuesto a nivel de construcción de decorado —poco después comenzaron a hacerse por ordenador—, y un pueblo de la Andalucía profunda de los años 80. Es poner en el espejo lo colectivo frente a lo individual", dice Llamas. Para ver el resultado aún habrá que esperar unos meses.
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