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Sebastián González Barroso, jerezano del 36, sindicalista, fundador de la federación vecinal Solidaridad, alcaldable por IU en 1991 y nombrado Hijo Predilecto de Jerez en 2009, hace balance de su trayectoria, así como de la actualidad social y política de la ciudad.

A paso lento, apoyado en un bastón, abre la puerta de la casa en la que vive desde que se casó hace más de 35 años. Hace ya algunas décadas que no tiene miedo cuando llaman. No siempre ha sido igual. A finales de enero del 74 del siglo pasado, a las 3:30 de la madrugada, la Policía Social llamó a esa misma puerta. “No abrimos. Se liaron a patadas, a puñetazos y me llevaron a la comisaría de San Fernando. Allí fueron los primeros tortazos. Te pegaban en el hombro y te caías o te daban un guantazo. Un compañero mío que ya ha muerto echaba los dientes por la boca”. Sebastián González Barroso (Jerez, 1936) estuvo preso durante 35 días acusado de asociación ilícita y propaganda ilegal al militar de forma clandestina en la Unión Sindical Obrera (USO), de la que fue uno de sus fundadores, y que provenía de los movimientos apostólicos Juventudes Obreras Católicas (JOC) y de la Hermandad de Obreros de Acción Católica (HOAC).

"Me llevaron a la comisaría de San Fernando. Allí fueron los primeros tortazos. Te pegaban en el hombro y te caías o te daban un guantazo. Un compañero mío que ya ha muerto echaba los dientes por la boca”

A día de hoy no le da vergüenza manifestar públicamente su fe. Es creyente de una parte de la Iglesia, de las comunidades de base. Gracias a su credo en momentos cruciales de su vida se mantuvo firme. “La religión me ha transformado, me ha servido para superarme. Cuando estaba en la cárcel me preguntaba cómo era posible si lo único que había hecho era ayudar a la gente. Entonces pensaba que hasta a Jesucristo le dieron palos en el carné de identidad y entonces no había”, recuerda en tono jocoso. González, nombrado Hijo Predilecto de Jerez en 2009 por su manifiesto compromiso con Jerez y con la sociedad, así como por su defensa de los valores humanos, la justicia y la libertad, continúa contribuyendo a crear conciencia a sus 80 años. “Soy un idealista majareta; sindicalista por encima de todo, el sindicato ha sido mi universidad”, afirma rotundo a pesar de ser consciente de la crisis actual que viven estas organizaciones de las que dice que “están hechas una mierda y proponen unas medidas muy débiles para no estropear la pasividad existente”. Sin embargo, mantiene intacta la fe en los trabajadores y en sus valores.

González profesa un gran aprecio a José Manuel Trillo. “Me apena que se haya hundido sindicalmente, el trato que CCOO le ha dado ha sido bastante nefasto porque era el más sindical de Jerez, ni comía…”. A su juicio, estas organizaciones han perdido su esencia y existe una especie de lucha para ser contratados en el sindicato sin ser militantes: “Hay un abismo entre los trabajadores del sindicato y los trabajadores militantes sindicales que casi han desaparecido. Los más viejos nos hemos ido ya”.

Un marcapasos, el párkinson y el descenso de glóbulos rojos que lo tienen “al borde de una leucemia”, no le impiden tener la mente absolutamente lúcida. No en vano participa de forma muy activa en la sesión de formación y debate del Ateneo de Jerez, y se mantiene al día de la actualidad del país, del mundo y de su ciudad. “El 15-M me sonó a música celestial, hay una gran cantidad de jóvenes bien preparados, titulados e indignados con la situación. Me pareció magnífico porque una parte de la juventud de la ciudad ha cogido la bandera para defender la dignidad de las personas”. Sebastián denuncia no sólo la escasez y la precariedad en la que se encuentra la juventud, para él lo peor es "la enfermedad que les entra por dentro a los estudiantes, una depresión enorme, les hunden su dignidad y aceptan de rodillas lo que sea. Hay una descomposición de valores morales y éticos”.

Sobre Trillo: “Me apena que se haya hundido sindicalmente, el trato que CCOO le ha dado ha sido bastante nefasto porque era el más sindical de Jerez, ni comía…”

En 1991 fue alcaldable por Izquierda Unida, coalición por la que fue elegido concejal y por supuesto está pendiente de lo que acontece en este partido así como en el ejercicio de todas las formaciones que conforman el arco municipal. “Los resultados electorales de IU me apenan, tiene unos principios ideológicos magníficos y su programa de trabajo también ha sido buenísimo”. González tiene una visión muy clara de la realidad que vive Jerez en la política municipal. En su opinión, “los cabecillas de Ganemos Jerez tienen gran idea de cómo se vive. Hasta ahora la mayoría de sus actuaciones han sido bastante acertadas, pero son pececitos que los grandes necesitan para tener fuerza”. Como buen sindicalista, cree que la unión hace la fuerza, pero “lo de entrar en el gobierno es discutible, dependería de las condiciones en las que entrasen a gobernar; ahora mismo Ganemos Jerez está sufriendo porque el PSOE lo está utilizando; IU casi odia a Ganemos". Según González, la misión del político es servir, no servirse y “Ganemos tiene claro que va a servir y están en esa discusión (en la de formar parte o no del gobierno local) y se les pone la vena gorda pero tendrán que discutir mucho porque si no van a desaparecer”.

El octogenario reparte para todos, puede que por aquello de que la edad resta temor a la hora de emitir juicios. Sobre la gestión de los socialistas cree que se defienden. “Mamen Sánchez no se siente muy satisfecha con el cargo que ocupa y la función que está realizando. Según tengo entendido, le han impuesto ser alcaldesa y es muy diferente desearlo a que te lo impongan. Ponen buena voluntad pero hasta ahí llegan, no se pringan”. Con respecto a la gestión de la exalcaldesa y también socialista, Pilar Sánchez, considera que probablemente pecó de ingenua. “Vio que era más importante pagar el salario de los trabajadores que dedicar ese dinero a lo que en principio habían propuesto. No tenía unos valores militantes bien metidos para haber sabido en aquel momento remodelar el Ayuntamiento”. González lamenta la mala virtud de la izquierda de no dar el do de pecho cuando tiene la oportunidad de poner en marcha un movimiento más participativo que ataje de verdad la pobreza y los porblemas sociales.

“Ganemos tiene claro que van a servir y están en esa discusión (en la de formar parte o no del gobierno local) y se les pone la vena gorda pero tendrán que discutir mucho porque si no van a desaparecer”.

Con respecto a María José García-Pelayo, asevera que personas se han visto "maltratadas por ella" y que gastó más de lo que no tenía el Ayuntamiento para su propio beneficio. El sindicalista pone sobre la mesa la tendencia entre los pobres de votar a la derecha “porque es la que tiene el dinero y la que puede invertir, y ya se ha demostrado que la derecha no ha salvado nunca al mundo de los graves problemas que tiene”.

Para él la peor época de la ciudad fueron los últimos años del franquismo antes de la llegada de la democracia porque no se daban soluciones a los problemas de entonces, fundamentalmente al paro. Cuenta cómo la gente vivía en la miseria, los trabajadores no iban a casa a almorzar por la falta de medios económicos. “Se destruía y se machacaba a las personas”, algo similar a lo que se está dando en la actualidad con diferentes matices. De sus 80 años recuerda la aprobación de la Constitución como el periodo más bonito que haya vivido socialmente. "Lo más lindo fue el paso de la Transición a la democracia; nos dio oxígeno para vivir y para luchar. Recuerdo que cuando legalizaron los sindicatos, vimos pasar un autobús del partido comunista gritando “libertad, libertad, democracia” en Madrid, nos hizo llorar, era el fin de una situación muy dolorosa".

Sebastián González Barroso ha sembrado la semilla de muchas organizaciones jerezanas de gran relevancia social. Con el objetivo de crear un movimiento reivindicativo muy cercano al ciudadano fúndó la federación de vecinos Solidaridad. En cuanto a la actual función que desempeña la 'asociación de asociaciones' no se aventura a emitir una opinión, salvo que “solo el hecho de mantenerse es algo positivo, lo malo sería que hubiese desaparecido”. Más tarde, en unos años en los que azotaba la droga en la ciudad desde la federación también dio forma a la asociación Renacer, para ayudar a los afectados y a sus familiares. “Había que hacer algo, el negocio de la droga en cierto modo estaba justificado porque un padre de familia que se levanta sin saber dónde ganar algo si te ofrecían en aquella fecha 5.000 pesetas por trasladar un paquetito a otra barriada…”

Rabia e impotencia siente al ver las noticias. “Pronto los barcos no podrán pasar por el Estrecho de Gibraltar de la gente que está muriendo allí”. El desempleo galopante en la ciudad también le atormenta, "un problema mal gestionado" desde hace más de un siglo, asegura. “Han creado una especie de Cáritas donde se le da una ayuda al parado pero no se soluciona el problema”. Evaluando su extensa vida, no duda una milésima de segundo, de lo que se siente más orgulloso es de su familia, de su mujer que siempre le ha apoyado y acompañado y de sus hijos. Consciente del retroceso que vive la sociedad actual, aunque ya tiene una edad, afirma que lo tiene todo por hacer: “Me queda resucitar los valores de la dignidad, de solidaridad, de igualdad, de la justicia porque si no, no hay democracia”.

Sobre el autor:

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María Luisa Parra

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