De camino a Toledo, la ciudad que tiene precisamente el sobrenombre “de las tres culturas”, el guitarrista algecireño Carlos Llave comentó a sus dos compañeros de viaje una “inquietud” que tenía desde hace tiempo: “Hay muchas letras flamencas que se repiten sin actualizarse”. El escritor, profesor y activista cordobés Antonio Manuel y el cantaor y voz de La Banda Morisca, José María Cala, le dieron la razón. Fue a partir de ese momento cuando empezó a incubarse la idea de A palos.
“Íbamos hacia una de las presentaciones de Arqueología de lo jondo”, explica el autor de la exitosa obra que rastrea los orígenes del flamenco y sus raíces andalusíes, gitanas, negras y moriscas. “Coincidíamos en que faltan letras contemporáneas, y reflexionamos sobre la necesidad de rescatar ese espíritu revolucionario y rebelde que antes tenían las composiciones flamencas”, añade en una entrevista a tres con lavozdelsur.es. Antonio Manuel se refiere ni más ni menos que a las épocas doradas de la lírica flamenca contestataria, periodos como la Segunda República o los años de la Transición y de consecución de la autonomía andaluza.
“Teníamos que buscar la forma de no dejar de ser nunca flamencos, pero, al mismo tiempo, poder abrazar el futuro”, confiesa Carlos Llave, que si bien cree que se pueden seguir cantando las mismas letras “también hay que cantar los problemas actuales, los que verdaderamente llegan a la gente”. “El flamenco siempre ha cantado a los problemas de su tiempo”, insiste. Es precisamente esa la idiosincrasia de A Palos, un proyecto discográfico que nace “con la vocación de aunar reivindicación social y vanguardia en el flamenco, desde el respeto a las estructuras clásicas y ortodoxas de siempre”.
El cantaor cuerveño José María Cala no se queda atrás y aprovecha para recordar cómo ha sido el proceso, interrumpido por la pandemia de coronavirus y las restricciones de movilidad. “Tuve que empezar a grabarme cantando con el móvil lo que se me iba ocurriendo en base a las letras que nos pasaba Antonio Manuel”, confiesa entre risas. “Si te grabas la guitarra ya hay un colchón sobre el que es difícil salirse”, dice. Así, sin acordes y con la riqueza melódica de la voz de José, Carlos tenía que tomar el testigo.
“Yo leía tres frases y decía esto va por seguiriya genial. No iba nada forzado. Así, nos mandaba la letra y ya esta te iba diciendo por donde iba, o por lo menos yo escuchaba por donde iba”, dice el guitarrista, que iba adaptando a su vez lo que José iba haciendo. “Hay palos que son imposibles de encontrar con letras actuales, como un cante de trilla", explica en referencia a las nuevas composiciones que han hecho. Entre ellas, fandangos, alegrías, peteneras, soleás o marianas. "Lo que han hecho José y Carlos es un trabajo excepcional. Se trata de hacer vanguardia desde la ortodoxia del flamenco", dice por su parte el escritor. La diversidad lírica y musical se complementa entre los tres. Mientras que las letras de Antonio Manuel hablan de la violencia machista, del campo andaluz, de los desahucios, del desempleo o del dolor de las personas migrantes, las variaciones melódicas, los cambios de ritmo y de los melismas, enriquecen unas composiciones flamencas que ya sueñan con ser parte de la memoria oral del pueblo andaluz.
“Como sabe todo el mundo, las letras del flamenco provienen de fuentes anónimas y se transmiten por un criterio de excelencia. Ojalá algunas de las nuestras pueden cantarse dentro de 20 o 30 años”, añade Antonio Manuel. Acto seguido, se corrige a sí mismo: “Bueno, si me apuras, mejor que no se canten… eso significaría que hemos acabado con los problemas sociales”. Mientras tanto, buscarán al flamenco como "arma del pueblo".
El flamenco como herejía del poder
En un vídeo promocional publicado a través de las redes sociales, Antonio Manuel anunció hace varios días el lanzamiento del proyecto discográfico, que busca la financiación mediante crowdfunding en la plataforma Verkami. En el vídeo, el escritor apela al flamenco como "herejía del poder" y como arte que nació por y para el pueblo, poniendo voz "a los más débiles frente a los poderosos en todas las revoluciones ganadas y perdidas". La clave, tal y como describen en el proyecto, es que el flamenco reconozca "los pilares de una siguiriya, bambera o soleá, y a la vez descubra nuevos melismas en la voz o modificaciones rítmicas o modales en la guitarra". Con el recuerdo de las letras de Moreno Galván, el cante de José Menese, la memoria viva de Manuel Gerena y El Cabrero, pero con una renovación tanto lírica como musical, Antonio Manuel resume así lo que busca en A palos como "una comunión entre lo que se dice y el vehículo musical".
Durante el encuentro digital con lavozdelsur.es, medio que ha entrevistado al trío artístico en exclusiva, los componentes del grupo se han sincerado sobre la complejidad de llevar a cabo el proyecto dadas las circunstancias de la pandemia. "Está siendo complicado pero una de las cosas más bonitas que tiene este proyecto es que los tres funcionamos individual y colectivamente", comenta el escritor. Para José María Cala, el trabajo no deja de ser una incorporación de todo el bagaje que tienen los tres componentes, que vienen "de tres mundos muy distintos". "Eso enriquece", concreta.
Con el fantástico diseño de Ricardo Barquín Molero, autor de las portadas de los discos de Califato 3/4, A palos ofrece en su micromecenazgo, el disco firmado, la descarga digital de las diez canciones que lo componen, una bolsa de tela y hasta un concierto privado para los más atrevidos. El objetivo es hacer 1.000 copias del disco y presentar el proyecto al público la próxima primavera de 2021, cuando las circunstancias sanitarias así lo permitan. No será hasta entonces cuando veamos entonar al flamenco un frenético y fresco grito de rebeldía. El pueblo andaluz dixit.
Puedes financiar A palos a través de su campaña de crowdfunding en este enlace
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