Cuando llegan los últimos días de noviembre dice el refranero por popular que, por San Andrés, el mosto vino es y, a pesar de que la Navidad en Jerez está empezando a fagocitarlo todo, no podemos olvidarnos de una época en la que había un gran protagonista de los Tosantos a la Purísima: el mosto, el vino joven que ya se producía en la época romana y que aquí se degusta entre rábanos, sardinas en arenque, chacinas variadas, ajos camperos, sopas de tomate y guisos con el cuchareo del día siempre caliente.
Además, lo mejor de estos momentos que tienen lugar en el mes de los muertos era que el debate iba por derroteros distintos a los actuales y la conversación discurría básicamente en sí el mosto de este sitio está más turbio que el de aquel otro, que aún no había hecho frío suficiente este año para que se asentaran las levaduras o que habían descubierto un bujío nuevo que la semana que viene había que ir a probar.
Discusiones de domingo que variaban en función de qué equipo de futbol había jugado el día antes y dejaban al margen si Jerez está muriendo de éxito — o no— con la Zambomba o los motivos por los que una marca de cerveza patrocina la Navidad en una ciudad que, para unos se ha convertido en Los sanfermines de diciembre, el Magaluf del Carrizo o el Mojácar de Adviento, a las que no les falta ni un detalle, despedidas de solteros de dudoso gusto incluidas. Mientras, para otros, todo vale en tanto en cuanto prima la economía por encima de todo y que suene el clin-clin de la caja registradora es el mejor sonido del mundo.
En muchas ocasiones me he preguntado qué pensarán los dueños del Domi, El Corregidor, el Cerro del Arte, Añina, la Bodeguita de Jesús, el Cotito, el Nicolás o la Terraza del Mosto — negocio que recientemente ha cumplido medio siglo de historia—, de que su temporada alta se vea ensombrecida por mor del bocao al calendario que se le viene pegando cada año por parte municipal.
Menos mal que aún quedan en Jerez quienes se atreven a sacar la bandera roja entre tanta Zambomba alertando de que en su negocio hay mosto.