Es lunes y hay una nueva polémica. Otra más. Construida a base de cortar vídeos, de decir medias verdades y de titular noticias con desprecio a la verdad. En las facultades de Periodismo se estudia la agenda setting en el primer curso, en una asignatura llamada teoría de la comunicación que debiera impartirse en cuarto de la ESO. La agenda setting es el tema que los medios de comunicación hegemónicos deciden qué tiene que ocupar los telediarios y tertulias radiofónicas del día.
Cuando se selecciona un tema, se discrimina otro. No es posible que dos noticias protagonicen una jornada mediática al mismo nivel de cobertura. Ahora, con las redes sociales, la cosa ha cambiado un poco en la formas, pero en el fondo los medios inciden de igual forma en la opinión del público que antes. Sólo que en la era digital el formato audiovisual llega más lejos y un simple vídeo manipulado puede convertirse en el tema principal en los medios hegemónicos, tanto en papel como en su edición digital.
La agenda setting en teoría de la comunicación tiene otro posible nombre: teoría de la manipulación de los medios. Es decir, existe una forma muy fina, elegante y estupenda de manipular a través de la elección de los temas que van a ocupar la escaleta de un informativo radiofónico, de un informativo televisivo o la portada de un periódico en papel.
Los periódicos, radios y televisiones que se han hecho eco de la comparación de Pablo Iglesias entre los exiliados republicanos y Puigdemont, acertada o no, podrían haber publicado que el vicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos ha dicho, en horario de máxima audiencia, que los ministros reciben presiones de los poderosos y sus brazos mediáticos y que vivimos en una “democracia limitada”. O que Cristina Cifuentes, expresidenta de la Comunidad de Madrid, ha contratado como perito en el caso judicial de su master falso al ultraderechista que asesinó a Yolanda González, una joven demócrata de 19 años que fue asesinada en la Transición por los que deseaban regresar a la dictadura franquista.
"La agenda setting en teoría de la comunicación tiene otro posible nombre: teoría de la manipulación de los medios"
Vivir en una democracia limitada quiere decir que el Gobierno de España, que emana de la voluntad popular de los españoles, no puede gobernar la economía para ponerla al servicio de la ciudadanía porque hombres de negro, con mucho poder sin necesidad de presentarse a las elecciones, sacarían los tanques mediáticos a la calle y harían caer a este Gobierno o a cualquier otro que se atreviera, por ejemplo, a desprivatizar Endesa (Empresa Nacional de Electricidad S.A.) para que nuestras pequeñas y medianas empresas, a las que la luz les supone alto porcentaje de sus gastos corrientes, puedan crear empleo en lugar pagar elevadas facturas de luz para enriquecer a los accionistas y políticos que entran por puertas giratorias.
Que vivamos en una democracia limitada quiere decir que no podemos elegir si queremos vivir en una democracia sin reyes o en una monarquía que tiene como función la de proteger los intereses de la gran burguesía española. Vivir bajo una democracia limitada quiere decir que vale más el voto de Ana Patricia Botín que lo que puedan votar 20 millones de españoles. En cualquier otro país sería portada que un vicepresidente del Gobierno, en un ataque de honestidad con la ciudadanía, diga que los que mandan de verdad no se sientan en el Consejo de Ministros y que, para que éstos dejen de mandar, hay que votar más a políticos que reconocen abiertamente que vivimos bajo una democracia limitada.
Sin embargo, los medios de comunicación españoles han decidido que, de la entrevista de Pablo Iglesias con Gonzo en Salvados, de lo que se hable es de que el líder de Unidas Podemos es un malvado que ha abandonado a los republicanos españoles para justificar la huida de la justicia de Puigdemont, el independentista catalán al que hay que odiar, sí o sí, porque igualmente lo ha decidido la agenda setting, también llamada teoría de manipulación de los medios, que convierte ideas políticas legítimas y democráticas en asuntos morales de buenos o malos. Pobre de aquel líder político que los que deciden la agenda setting determinen que es malo y tiene que ser odiado.
"No se pueden saber las políticas que está haciendo Unidas Podemos en el Gobierno de España, no vaya a saber que los ciudadanos se den cuenta de que estos ministros saben gobernar"
De eso va, básicamente, la agenda setting o la teoría de manipulación de los medios: de odiar. La teoría de la manipulación explica la capacidad que tienen los brazos mediáticos del poder de convertir en un trapo a cualquier líder político o referente social que incomode los intereses de los dueños del mundo o se atrevan a defender a la gente sencilla. Con Podemos la agenda setting lleva funcionando desde que nació la formación morada en 2014. La consecuencia más directa que tiene este método de manipulación es la polarización y la anulación del debate sosegado por arengas moralistas construidas sobre la emocionalidad. La cosa no va de opinar o informar sobre las políticas que defiende la formación morada, sino de deslegitimar a sus líderes, diabolizarlos, usar la agenda setting para que no se hable de su gestión al frente del Consejo de Ministros.
Unidas Podemos podría estar hablando esta semana de que el Ministerio de Alberto Garzón ha creado la figura del consumidor vulnerable, esto es, que las empresas ya no podrán estafar a alguien con algún tipo de discapacidad, a personas mayores o con bajo nivel de formación que le impida comprender un contrato enrevesado. Los ministros de Podemos podrían estar semanas hablando de que están luchando para que, en la próxima Ley de vivienda que se aprobará, cortar los suministros eléctricos a familias vulnerables y desahuciar sin alternativa habitacional esté prohibido para siempre, no sólo durante una pandemia. O de que Yolanda Díaz ha llegado, otra vez más, a un acuerdo con sindicatos y patronal para alargar los ERTE hasta el 31 de mayo.
Por el contrario, a consecuencia de la agenda setting que eligen los medios, Podemos tiene que dedicar sus esfuerzos mediáticos y apariciones de sus líderes en medios de comunicación a defenderse de la enésima polémica artificial creada sobre el partido morado. De este modo, los ciudadanos creen que Unidas Podemos en el Gobierno no está dedicándose a gobernar, sino a decir barbaridades amplificadas y manipuladas por los medios de comunicación.
No se pueden saber las políticas que está haciendo Unidas Podemos en el Gobierno de España, no vaya a saber que los ciudadanos se den cuenta de que estos ministros, diabolizados por los medios, saben gobernar, se preocupan de los españoles más vulnerables, cumplen su programa y son capaces de conseguir avances para la mayoría de la población sin dejar de denunciar que la democracia es limitada y que para ser más ambiciosos necesitan más votos que se traduzcan en más diputados y más ministros: justo lo que no quieren los medios de comunicación que tienen la capacidad de instalar su agenda en las conversaciones de bares y redes sociales. Se llama agenda setting, teoría de la manipulación o cómo los brazos mediáticos de los intereses antidemocráticos de los dueños de España pueden hacer que una persona desahuciada acabe odiando al partido que quiere prohibir los desahucios.
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