De chicos, en la barriada teníamos cierta peligrosa afición. Las avispas solían anidar dentro de las estructuras que sostienen las chapas que sirven de techo en los aparcamientos. Nosotros nos dedicábamos a reventar todos esos avisperos, normalmente con un palo, para luego salir corriendo. En apenas fracciones de segundo, la tranquilidad de aquellas tardes de verano se veía interrumpida por una violenta nube de avispas dispuestas a matarnos. Sin embargo, siempre nos salvamos. En ningún momento reflexionamos sobre la verdadera peligrosidad del asunto y los riesgos de querer acabar con esos bichos. Si bien nosotros tuvimos suerte, otros no llegaron a contarlo.
Ahora que se habla tanto de los pisos colmena, no sería tan difícil identificar a la Comunidad de Madrid con un avispero. Pongamos el caso de una célebre avispa reina un poco más problemática de la cuenta. Una avispa que haya manifestado públicamente su opinión al respecto de la formación de un gobierno ajeno y que haya sentado peor que una picadura. Finalmente, los niños del barrio, que se creen amos y dueños de la derecha liberal, deciden tirar una piedra al avispero y acabar ya con ese molesto problema. Desafortunadamente, no corren lo suficiente, y son alcanzados no solo por la avispa reina, sino por otras 3000 más que les persiguieron zumbando hasta las mismísimas puertas de Génova 13.
Las picaduras de demasiadas avispas pueden producir una reacción alérgica mortal, lo que deja a nuestros traviesos niños en la UCI luchando por su vida. Jugaron con fuego durante demasiado tiempo. Sus padres, un poco más moderados, ya les advirtieron, pero ellos preferían las peleas y las emociones fuertes. Solo queda una incógnita, algo que solo me pregunto ahora viendo aquellos enjambres con años de perspectiva, ¿Qué será de las avispas? Destruimos sus nidos, pero ¿asegura eso su muerte? ¿Podrán resistir las avispas al frio de la noche y sus depredadores? Todo apunta a una muerte casi segura, pero nadie puede certificarla. En todo caso, hicieron honor a su naturaleza violenta, murieron matando.