Alienación de la realidad

En la actualidad el proceso de alienación ha trascendido al ámbito laboral, llegando a producirse ese mismo fenómeno en relación con la realidad

Una joven maneja un teléfono móvil, en una imagen de archivo.
Una joven maneja un teléfono móvil, en una imagen de archivo. JUAN CARLOS TORO

A partir de la Revolución Industrial el mundo ha cambiado de forma constante y significativa, uno de esos cambios se ha producido con la aparición del concepto de alienación, que establece la relación entre el trabajador y el fruto de su trabajo. Donde al llevarse a cabo el trabajo a cambio de un salario, el producto de ese trabajo no pertenece al trabajador sino a la persona que paga el salario, manteniendo al trabajador ajeno al resultado de su esfuerzo.

En la actualidad el proceso de alienación ha trascendido al ámbito laboral, llegando a producirse ese mismo fenómeno en relación con la realidad, algo que a mi criterio es mucho más grave. Podemos ver como la evolución de la tecnología, y especialmente el desarrollo de las redes sociales ha revolucionado la forma de comunicarnos entre nosotros, estableciendo nuevas vías de comunicación y del mismo modo se configura como una ventana al mundo.

El uso de algunas de estas redes sociales también funcionan como un escaparate de la imagen que queremos lanzar al mundo sobre nosotros mismos, para ello utilizamos (o podemos utilizar) una infinidad de filtros que hacen de la imagen que publicamos sea más atractiva a las personas que la están viendo.

De esta situación extraigo la siguiente conclusión: las imágenes que publicamos son una visión “falseada” de la realidad con el objetivo de que sean más atractivas para un público y la reacción de éste provoque una mayor visibilidad de la imagen que queremos compartir.

Según estudios recientes pasamos entre 45 minutos y 2,5 horas al día visitando las redes sociales, y es común observar, allá donde hay una masa de población, como un número significativo se encuentra con la mirada puesta en su dispositivo. Esta situación genera que se provoque una desconexión entre la realidad existente y la persona, ya que la percepción de esta realidad se produce a través de las redes sociales que han generado un filtro que la hace más atractiva a la vista.

Confrontar la realidad con la imagen editada de la misma puede llegar a provocar serios problemas relacionados con la salud mental, como la depresión o la ansiedad. 

Actuar sobre lo que no nos gusta estableciéndole filtros nos aleja de la solución del problema y nos aleja de la transformación material de la realidad, es como pintar de color una pared que necesita ser derruida.

“Lo virtual no es real por definición” David Pastor Vico

 

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