El principal fabricante de desigualdad y deterioro de los servicios públicos andaluces es el Sr. Juan Manuel Moreno Bonilla. Para atacar el fruto democrático de los resultados electorales del pueblo catalán usa la verdiblanca, una bandera de paz con la que enfrenta Andalucía con Cataluña. El presidente andaluz prometió en su campaña electoral una “bajada masiva de impuestos”, es decir, un arma de destrucción masiva de la capacidad normativa y gestora de la Junta de Andalucía, una bomba nuclear contra nuestras competencias.
Al poner la corona borbónica sobre el escudo de Andalucía, el presidente del Partido Popular, que en la pasada legislatura alcanzó el poder de la Junta con el apoyo de Vox, manda la señal de que entrega nuestro autogobierno al absolutismo madrileño de Isabel Díaz Ayuso. La política del presidente andaluz se basa en entregar todo el poder a Madrid y todo el capital ambiental, patrimonial, natural, social, cultural y monetario del pueblo andaluz a manos privadas que declaran sus impuestos y rentas fuera de Andalucía.
Moreno Bonilla recorta en los servicios públicos, no solo en sanidad, educación y dependencia, también en todas las prestaciones y funciones que dependen de la JJ.AA. Con una mano baja los impuestos de competencia autonómica o transferidos a las clases altas, los ricos y las grandes empresas, o se niega a implementar impuestos imprescindibles para la financiación municipal, como la tasa turística, y con la otra actúa como un pedigüeño ante el gobierno central comprometiendo la fuerza política reivindicativa de Andalucía.
No se puede regalar con una mano el dinero andaluz, el campo andaluz y el patrimonio andaluz a manos externas con la privatización y eliminación de controles democráticos para la protección del territorio y el medio ambiente, y con la otra acusar al pueblo catalán de robar a Andalucía. Señor, Moreno Bonilla, para defender los intereses del pueblo andaluz, empiece por ser coherente y abandone ser el polichinela de Madrid y de las elites económicas que representa su camarada, amiga de Milei, Isabel Díaz Ayuso, que es la que verdaderamente roba a Andalucía con, como decía Carlos Cano, cuatro palabritas finas.
Si en Cataluña se abre la brecha para avanzar hacia un modelo federal, Andalucía tiene que ser como la que más. Nuestra arbonaida, nuestro país deber defender nuestra singularidad, reclamar la compensación por el déficit histórico en inversiones e infraestructuras, exigir las competencias en materia ferroviaria y el dinero para llevarlas a buen puerto. Exigir un plan de industrialización para Andalucía con fondos del estado y europeos, que afronte el cambio del modelo productivo y energético permitiéndonos limitar nuestra dependencia del turismo o la construcción, que solo generan precariedad laboral, destrucción ambiental y colonización económica.
Y más, Sr. Bonilla, recupere usted primero los impuestos a los ricos que eliminó, como el de sucesiones o patrimonio, eleve su parte del IRPF a las rentas altas, incremente al máximo el impuesto del juego, instale un impuesto ambiental a las grandes superficies comerciales, ponga ya la tasa turística que hasta sus propios alcaldes le piden, exija a los municipios que gobierna su partido que suba el IBI de los grandes tenedores, deje de regalar terreno y privilegios para que la iglesia monte universidades privadas para regalar títulos al pijerío, invierta en formación profesional pública y no conceda más grados a operadores privados, recupere los impuestos ambientales como el de emisiones contaminantes, el de residuos peligrosos o de vertidos a ríos y mar. Impulse una banca pública de obediencia andaluza. Exija un cambio profundo en la estructura fiscal del estado para que paguen más quienes más tienen con beneficios abusivos, empezando por la banca.
Y, acompasado con todo eso, lo que lo legitimaría para reclamar lo que a Andalucía le corresponde como nacionalidad histórica, exija un acuerdo en la línea del que han firmado PSC y ERC. Exija la competencia para la gestión total de los impuestos que se recaudan en Andalucía. Reclame una norma, o hágala usted, que contabilice todo lo que las y los andaluces pagan en impuestos a empresas con sede fiscal exterior a nuestro territorio y que se embolsan otras comunidades como la madrileña, pregúntele al estado cuánto ingresa por las actividad portuaria, aeroportuaria y ferroviaria en Andalucía, o cuánto ingresa por el beneficio bancario del Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell o Bankinter fruto del expolio de capital andaluz.
Andalucía no es una comunidad subsidiada, es, con el apoyo del PP y también del PSOE, una comunidad expoliada. Deje de usar la bandera de Andalucía, Sr. presidente, como un arma contra otros pueblos que conforman la plurinacionalidad del estado, úsela para reclamar lo que es del pueblo andaluz.
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