Andalucía y federalismo plurinacional

Es preciso en Andalucía sentar las bases ideológicas para la construcción de una propuesta propia que ponga por delante la soberanía política andaluza como parte esencial de la plurinacionalidad del Estado

Mario Ortega

Estoy casado y tengo una hija. Licenciado en Ciencias Químicas y Doctor en Ciencias Ambientales.

Dos personas pasean por delante del Parlamento de Andalucía.
Dos personas pasean por delante del Parlamento de Andalucía. MAURI BUHIGAS

La realidad plurinacional del Estado español hace inevitable el debate sobre su configuración territorial institucional. España no es Madrid ni Madrid es España. España es una ficción hecha realidad a base de imposición centralista, bien facistoide, bien borbónica, sostenida en estos tiempos por el capitalismo neoliberal. El Estado español federal/confederal es un sueño que precisa acuerdos plurinacionales para construir una realidad republicana.

El procés ha muerto. Mientras el nacionalismo catalán se zafa del pasado inmediato, el andalucismo del siglo XXI no puede por más que usar la fuerza de una Andalucía que, por tamaño y población, podría ser el país dieciséis o diecisiete de la UE, para promover un pacto entre pueblos que confronte con el pacto entre elites al que está suscrito el régimen del 78.

El bipartidismo imperfecto, del que habla insistentemente Pablo Iglesias, beneficia más que a nadie a las elites capitalistas que medran en Madrid, amparadas por el PSOE y por el PP, BOE mediante. Pero también a las elites burguesas apegadas al nacionalismo catalán y vasco, que siempre terminan succionando una porción del jugo que desde Madrid DF, como lo define Enric Juliana, se extrae del resto de territorios del estado.

En el actual contexto bélico global, con la democracia en riesgo de oclusión bajo el régimen de guerra impuesto por Wall Street y la OTAN, malo será que las izquierdas plurinacionales y soberanistas no formulen un horizonte estratégico común. Si los soberanismos de izquierdas gallego, vasco y catalán ignoran la fuerza cultural y poblacional de Andalucía, y a la inversa, si la izquierda andaluza desconoce el sustrato identitario popular sobre el que hacer crecer el empuje reivindicativo contra nuestra desigualdad estructural histórica, el horizonte republicano federal se situará, invisible, tras las empalizadas de intereses de las distintas burguesías que constituyen las derechas española, catalana y la vasca, subalternas todas del gran capital global.

El pueblo cultural y político andaluz existe. Es preciso en Andalucía sentar las bases ideológicas para la construcción de una propuesta propia que ponga por delante la soberanía política andaluza como parte esencial de la plurinacionalidad del Estado. Dicha propuesta ha de estar asociada a un proyecto democrático republicano que garantice derechos, justicia, igualdad, paz y ecología, cualquiera que sea el lugar de nacimiento y residencia de las personas a las que va dirigido. 

La propuesta republicana para el siglo XXI, como objetivo estratégico de las distintas izquierdas soberanistas y la izquierda plurinacional, está vinculada a la propuesta de un Estado federal plurinacional. Para encarar el futuro sin que releguen al pueblo andaluz a la subalternidad del capitalismo global y de las elites madrileñas, vascas y catalanas, la izquierda andaluza debe proponer un pacto entre pueblos al conjunto de las izquierdas del Estado español. A su vez, debe luchar por la propia singularidad fiscal y la bilateralidad con el Gobierno de España, reconocida en el estatuto de autonomía en sus artículos 184, 220 y en su disposición adicional tercera.

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