Argentina sigue y va a seguir interesando. Los lazos de todo tipo entre España y Argentina no son nuevos. Las actuales elecciones presidenciales renovaron ese interés por varios motivos, uno de ellos por la aparición de un candidato, Javier Milei, por La Libertad Avanza, que puso en duda, junto a compañerøs de su partido, consensos sociales para muchas personas esenciales e indiscutibles, pero no solo. En no pocas ocasiones, se utilizaron metáforas de dudosa aceptabilidad, como por ejemplo “… Nuestro verdadero enemigo es el Estado. El Estado es el pedófilo en el jardín de infantes, con los nenes encadenados y bañados en vaselina”. De dónde salen las imágenes para tales metáforas es algo que se pregunta mucha gente. La larga lista de dichos de esta factura o semejante es inagotable.
Hoy, y no contra toda previsión, Sergio Massa ganó la primera vuelta de las elecciones y Patricia Bullrich perdió toda posibilidad definitivamente. Al llamado ballotage pasan Massa y Milei. Por el momento, Milei salió en la noche electoral a pedir la ayuda y los votos de lo que, en realidad, venía calificando como la casta, contra la que profería constantes ataques. Veremos si Javier Milei es capaz de añadir votos y de dónde. Esta noche felicitó a candidatos de partidos del espacio político del macrismo, el partido de Patricia Bullrich, al nuevo gobernador de Entre Ríos o al candidato, y primo de Mauricio Macri, para la gobernación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que quizá tenga que ir a segunda vuelta con Leandro Santoro, de Unión por la Patria, el partido de Sergio Massa.
El debate político, en realidad, es extremadamente complicado de seguir, al mismo tiempo que muy sencillo. Las propuestas de La Libertad Avanza, de Javier Milei, pusieron en tela de juicio el orden democrático y los consensos sociales mínimos, incluso para la candidata de derechas Patricia Bullrich. No se trataba solo de discutir de nuevo sobre el aborto, abrieron el debate sobre la posibilidad de que los adultos varones pudieran renunciar a la paternidad ante la comunicación de sus parejas de sus recientes embarazos.
Después de la remontada, que no considero tan sorpresiva viniendo del espacio peronista; cabe pensar en todas las posibilidades, fuertemente en la victoria electoral de Sergio Massa el día 19 de noviembre. Se augura una ruptura abrupta del espacio macrista, Juntos por el Cambio, que acaba de perder la elección definitivamente, y se espera por la posibilidad de que Mauricio Macri, que ya flirteó políticamente con Milei, pudiera pedir abiertamente el voto para él. Desde la Unión Cívica Radical, hasta ahora cercana al macrismo, ya se oyen voces en favor del peronismo. Se considera que una parte del electorado macrista pudiera votar peronista por la presunta amenaza de la demolición del Estado, por parte de La Libertad Avanza.
Algo que también han mostrado estas elecciones es que las personas votan por sí mismas, y que han votado por la existencia de un Estado de Derecho dentro de los actuales consensos sociales. Que así como el voto de las personas cambió desde las PASO de agosto hacia discursos de derechos sociales y garantías democráticas, podrían seguir esa misma dirección en la segunda vuelta. Podrían o no.
Estas elecciones han modificado, también la mitad de la Cámara de Diputados de la Nación y el Senado. Será más complicado para Sergio Massa lograr el apoyo legislativo del Congreso, pero Javier Milei lo tendría aun más complicado, con una representación de solo 38 diputadøs, de 257. La búsqueda de consensos políticos para legislar será imprescindible, algo que ya antes de las PASO sabía Javier Milei y consideraba la gobernanza mediante plebiscitos, algo que no permite tan lisamente la Constitución.
Si todo sigue como se espera, Sergio Massa seguirá gobernando para mejorar los ingresos de las personas menos favorecidas, como la devolución del IVA por alimentos o la desaparición del impuesto a las ganancias para las rentas más bajas. Hablamos de un 40% de la población en pobreza o miseria que tiene que ver, no solo oír, que algo sí se hace. Para ser creíble no puede esperar a que llegue el 10 de diciembre, y esa credibilidad la necesita imperiosamente. Necesita ganarla porque, por diferentes motivos, la perdió el Gobierno de Alberto Fernández al que pertenece.
Esta noche pasada, el discurso de los dos candidatos a la segunda vuelta fue distinto. Javier Milei apareció más moderado, buscando el apoyo de lo que para él mismo era hasta esta mañana misma la casta, haciéndose parte de las victorias electorales del macrismo, de quien espera el apoyo, pero insistiendo en su bronca contra un peronismo kirchnerista ausente en la candidatura de Sergio Massa.
Sergio Massa hizo un discurso más conservador, incluso en su movimiento escénico. Hizo un discurso de presidente, pero no faltó a su estilo de nombrar las cosas concretas de su programa electoral. En el momento final, salieron al escenario su familia, su vicepresidente y su familia. Claros guiños al peronismo conservador y católico, en especial del interior del país, y guiños al liberalismo conservador que daba su voto al macrismo, a esa parte del macrismo que nunca votará a Milei.
Argentina no se explica en dos palabras, eso la hace aun más fascinante. En la Provincia de Buenos Aires no solo reeditó su victoria por mucho el peronista Axel Kicillof, quedó peronista una ciudad como Bahía Blanca, por ejemplo, o Lomas de Zamora, donde se levantó el escándalo por el caso Insaurralde, que como decíamos quedó políticamente resuelto con su dimisión inmediata, exigida por Kicillof y Massa.
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