Cuando las elecciones están a la vuelta de la esquina, la izquierda andaluza sigue hecha unos zorros sin ser capaz de ofrecer un proyecto de cambio que ilusione y movilice a los andaluces.
El PSOE no ha ido más allá de hacerse un ligero lavado de cara y su reciente congreso terminó como un modesto disparo de salva, sin fuerza ni dirección clara. No hay ideas nuevas y sus dirigentes siguen pareciendo víctimas de la fatalidad.
EL PSOE andaluz tiene mucho que autocriticarse, sin que la autocritica se haya realizado, pero también debería sentir el orgullo de haber liderado el proceso de transformación y progreso más profundo de la historia de Andalucía. Parece mentira que no sea capaz de darse cuenta de lo importante que es para Andalucía y que le cueste tanto espabilar y ponerse las pilas para iniciar una nueva etapa, con estrategias, modos de actuar y liderazgos renovados. Los andaluces necesitamos que el PSOE deje de ser un alma en pena.
A su izquierda, la situación es desastrosa y lo es porque sus dirigentes no han hecho otra cosa que alejarse de la gente para convertirse en una especie de agujero negro donde todo lo que se acerca desaparece.
En Izquierda Unida, Podemos, Más Andalucía... y en todas las demás familias de esta izquierda están cometiendo una gravísima irresponsabilidad si se limitan a llegar a acuerdos por arriba para mantener lo mismo que hay sin cambiar las cosas ni renovar liderazgos, sin abrir ventanas para que entren ideas nuevas y sin generar otro proyecto político que tenga como protagonista a la gente que en el día a día resuelve los problemas de nuestra sociedad.
Es una vergüenza que a la izquierda del PSOE no haya todavía una propuesta de candidatura ciudadana, plural y armada con las ideas que hoy día viene proponiendo el pensamiento más progresista en todo el mundo y también en Andalucía, con tantísimas personas bien preparadas y dispuestas como hay.
Con profesionales de la política y sin experiencia en la acción social o en la vida económica, con organizaciones que solo viven para protegerse a sí mismas y con simples clichés ideológicos por bandera es imposible que se ponga fin a esta etapa de gobierno de la derecha que está limitando derechos y desmantelando capital social y servicios públicos.
Desde la impotencia que sentimos día a día quienes no estamos en la vida política, me atrevo a reclamar responsabilidad a todas las organizaciones de la izquierda andaluza, les pido que se pongan a trabajar y convoquen a la gente con ideas y capacidad de diseñar nuevos proyectos y estrategias, les exijo acuerdos urgentes desde la reflexión, la inteligencia y la generosidad.
Estoy harto, creo que como muchos miles de andaluces, de lo que está ocurriendo en mi tierra.
¡Ya es hora de empezar a hacer las cosas de otro modo y bien!
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