El arte del dibujo puede, con humildes medios, expresar fuertes emociones. Pero en una disciplina de objetos estáticos y reglas tan estrictas como los levantamientos arquitectónicos, es obligado sacrificar toda interferencia subjetiva. Gracias al desarrollo de la tecnología se ha aproximado mucho a lo impersonal. ¿Acaso no han visto con qué facilidad, precisión y uniformidad se obtienen hoy miles de puntos de un edificio para levantarlo gráficamente? Sin embargo, cuando topamos con una representación expresiva de unas circunstancias distintas, entonces, se torna un hallazgo excepcional frente a esa uniformidad tecnológica. A partir de la tarde de este jueves 12 de octubre tendrá lugar en el salón Blas Infante de Almonaster la Real (Huelva) una hermosa exposición de dibujos en torno a su Mezquita del arquitecto Alfonso Jiménez.
El edificio, un caso excepcional de la arquitectura andalusí, fue dibujado hace cincuenta años. Entonces los levantamientos se realizaban artesanalmente y a lo sumo asistido por algunas fotografías. Además de la calidad de estos levantamientos, interesa la información adicional que transmiten. La escala, por ejemplo, fundamental para la interpretación de planos y objeto de estudio del autor. También la rotulación o los detalles de textura. Por este aire artesanal que guardan, estos dibujos de la exposición tienen eso que llamaba Benjamin, aura. En ellos se puede adivinar a veces un paisaje, también una logística serrana, y si conocen la trayectoria del autor, pueden entrever una inquietud dirigida a la comprensión sistemática del objeto. Transmiten estos dibujos, a fin de cuentas, una relación inmediata y paciente con el edificio.
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