A veces, los periodistas, se despistan y dicen que alguien ha dado un giro de 360 grados. Y se quedan tan 'pichis', dando por hecho que ese alguien ha dado un giro radical a su vida o ha cambiado radicalmente de postura. Pues eso es un poco lo que ha ocurrido con Pedro Sánchez y su anhelada comparecencia del lunes: esta vez pueden respirar tranquilos los periodistas que hayan dicho lo de los 360 grados, incluso con despiste, porque es lo que ha ocurrido.
Sánchez está en el punto de partida (del miércoles), pero eso sí, después de informar a toda la ciudadanía de que está profundamente enamorado... que a favor del amor, sobre todo en primavera, pero para eso no hace falta suspender la agenda para que la gente –sobre todo la que vive en eso que se da en llamar provincia de Cádiz– se tire días y días bromeando sobre si está (el presidente) en Doñana, va a ir al Gran Premio de Motociclismo o se va a presentar a animar al Betis en el derby sevillano. Es lo que tiene cuanto te quitas cinco días de en medio, que da para mucho. Y la gente es muy envidiosa.
Fueron cinco minutos de verdadera angustia, de como que me voy, pero llegó ese 'doble cinco' (cinco días, cinco minutos) y Sánchez le dio la vuelta. Hasta el semblante le cambió para decir que se queda. Que va a luchar por todos nosotros. En realidad, aparte de que sigue y que lo va a hacer con renovados bríos, anunciar, anunciar, Sánchez no ha anunciado nada tangible, vaya, que ni va a plantear una simple cuestión de confianza que obligara a sus socios a renovar 'votos'. Regeneración democrática y tal, sí, fango ajeno (que suena a grupo de electropop de los 90), también, y poco más...
Si ha sido todo una estrategia para movilizar a la izquierda, pronto lo sabremos (por lo menos lo de la movilización, lo de la estrategia va a costar más).
Eso sí, ha dejado claro que necesita contenido para llenar el "punto y aparte" que ha anunciado: una legislatura que, es curioso, no acaba de arrancar y ya tiene su punto y aparte y todo. La judicatura y la prensa parece que son, por ahora, las que van a dar ese contenido. Bueno, como dice la frase hecha, lo importante es que hablen de uno. Perdón, perdón, qué despiste, casi como el de los 360 grados con el que empezó el artículo: lo de hablar mal, sea o no bulo, eso, aquí y ahora, se acabó...
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