Las noticias de que te atacan 'hackers' rusos da mu-mal rollo. Todavía de otro país, bueno, suena de otra manera, pero rusos... El Ayuntamiento de Jerez tuvo que salir hace unos días a decir que no, que no estaba siendo atacado por 'hackers' rusos, ni bielorrusos, ni nah parecido, que ni siquiera Comujesa estaba siendo víctima de ningún ataque.
A ver, decimos Comujesa porque es la que más sonó, pero claro, es posible que una empresa que da cobijo a temas tan dispares como el servicio municipal de autobuses o la asistencia a domicilio le hubiera llamado poderosamente la atención a un hacker agazapado en un sótano de Vladivostok en lo que se tomaba una cucharada de caviar del Caspio y un chupito de vodka que iba a acabar despanzurrado en la pared (el chupito)... un hacker, en fin, deseoso de llevar información de primera mano sobre la ciudad de Jerez de la Fra a su jefe, Vladimir Putin.
En realidad, además del lobo estepario de Vladivostok, es más fácil imaginarse la existencia de una especie de granja de hackers en el negociado 'Cataluña Free', en el quinto sótano del Kremlin, trabajando duramente en deshacer España y en extender el desconcierto por la Unión Europea. Pero claro, Jerez... Jerez poco tiene que ver con Cataluña. Pero a veces pasa: de eso que te pones a mirar, a relacionar y acabas descubriendo cosas que te chocan, que hacen que te rasques la cabeza como Raskolnikov momentos antes de confesar su crimen y esperar, en consecuencia, su novelesco castigo. Por ejemplo, los rusos habrán descubierto que Jerez tiene 1.126 millones de deuda. ¿De rublos? No, no, de euros. ¿Cómo es posible que un Ayuntamiento funcione con toda esa deuda?, se oyó hace meses en el quinto sótano, un día en que el vodka era especialmente malo.
Pero los rusos del negociado 'Cataluña Free' han visto de todo durante este tiempo. Vieron la proclamación de una república durante ocho segundos, ahora han visto como los independentistas estaban a punto de, digamos, 'autoamnistiarse' y, al final, dejarlo para otro día. Por medio, también han visto cómo se metía a sus monitorizados –y probablemente monetizados– amigos de Junts en un supuesto 'bloque de progreso'. "A estos les cabe to'o", dijo el jefe del negociado 'Cataluña Free', echándose un último vodka al coleto y estampando la botella contra la pared...
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