Luego dicen que a los congresos de los partidos políticos se va con todo decidido de antemano, que todo está 'cocinado' de antemano. A ver quién sabía –lo mismo ni doña Begoña (perdón por el ripio)– que el presidente Sánchez iba a anunciar no la creación de una empresa de la vivienda, no, sino la creación de "una gran empresa de la vivienda". Pública, por supuesto. Ahí queda eso. Y cuidado, que esa empresa tendrá como cometido no solo la construcción de vivienda, que ya de por sí se antoja como algo titánico, sino también su gestión, algo que, si me apuran, parece hasta más complicado. La gestión de estos parques de viviendas (en alquiler) siempre ha sido tremendamente difícil (mantenimiento, baremación, adjudicación, plazos, pagos y cobros, nueva baremación, posible readjudicación). Hubo un tiempo en que algunos ayuntamientos lo intentaron en serio –el caso de Jerez, sin ir más lejos, primero con Gmuvisa, luego Emuvijesa– pero ese ímpetu se fue diluyendo...
El Gobierno va muy tarde con este asunto. Años. En realidad, no debería ser –haber sido– cosa de este Gobierno, este tema lleva calentándose a fuego lento desde hace casi tres décadas, hasta que ahora ha roto en la calle y lleva tiempo en el top de las preocupaciones de los españoles, tal y como lo recoge el CIS oleada tras oleada. No lo va a tener fácil el PSOE, porque la mayoría de las competencias en materia de vivienda residen en las autonomías y el PSOE ahí no gobierna, como no hace falta que se lo diga nadie al presidente, que en el cónclave socialista ha priorizado el 'rearme' autonómico.
En cualquier caso, Sánchez llevaba en su programa electoral la construcción, en colaboración con otras administraciones, de más de 200.000 viviendas. Este mismo verano seguía hablando de 184.000 viviendas. Llevamos año y medio hablando del asunto y no se vislumbran soluciones... Eso sí, ahora sabemos que va a haber una "gran empresa". Empezamos por el principio.
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