Contra el terrorismo

Si Estados Unidos quisiera recuperar su prestigio, su primer deber sería no vender ni una pistola más a Israel ni ayudarle económicamente

Ataque de Israel a la multitud de personas que esperaba para recibir ayuda humanitaria.
Ataque de Israel a la multitud de personas que esperaba para recibir ayuda humanitaria.

Todos estamos contra el terrorismo. El de los terroristas y grupos “independientes” y contra el de Estado, si cabe contra este con más fuerza. Porque el estado no puede tener un comportamiento similar al de un grupo incontrolado. No debe, no tiene derecho. Eso no entra en el derecho internacional, violación muy negativa y condenable si la protagoniza cualquier grupo incontrolado y por eso debe ser perseguido. Pero al Estado ¿Quién lo controla? ¿Quién lo persigue? Estos parecen gozar de “licencia de corso”, absoluta manga ancha en función de la fortaleza de sus armas, que están resultando de destrucción masiva aunque sólo Irak haya sido destruido por ello, pese a haberse demostrado que no disponía de esas armas.

Estamos de acuerdo contra el terrorismo, pero más contra quienes lo practican en vez de predicar con el ejemplo de cumplir escrupulosamente las leyes y normas internacionales, como los convenios de Ginebra, firmados por la casi totalidad de los estados del mundo. Aunque alguno a la hora de la verdad literalmente se las pasen por el forro. Israel lleva un año actuando de que los verdugos de muchos de sus antepasados, o peor aún, los están superando, que debería ser suficiente para hacerlos desistir de su acción destructora. Por aquellas matanzas el actual Israel, ni siquiera el pueblo judío, se ha embolsado suculentas indemnizaciones de Alemania y cuenta con el silencio de su gobierno a los abusos cometidos. Del Estado alemán actual, porque el que cometió aquellas bárbaras masacres dejó de existir en 1944. Todos estamos contra el terrorismo, pero a nadie se le ocurriría violar un domicilio “para ver si hay terroristas en él” para solamente contar los muertos de todas las clases, de todas las edades.

Pedir el fin de estos ataques injustificados contra el pueblo palestino no es antisemitismo, pues tan semitas son los judíos como los árabes y nadie puede argumentar que todos los gazatíes y Cisjordanos sean terroristas, pero sus verdugos están actuando como si así fuera. O como si aspiraran a fabricar un pretexto para apropiárselo después de dejar vacío el territorio. Por eso los ataques combinados de su poderoso ejército, tan bien armado por USA, y los colonos deseosos de ir ocupando territorio no adjudicado a ellos en los acuerdos que decidieron el reparto de Palestina entre palestinos e israelíes.

Esos ataques masivos, esos más de cuarenta mil muertos, la mitad de ellos niños, sí son masacres, digan lo que quieran decir Israel y Estados Unidos, su protector y no es defenderse. No se defienden cuando atacan los campos de refugiados en los que el propio Israel ha encerrado a la mayoría de los dos millones de gazatíes. Y el bombardeo y ataque por tierra a hospitales. Y el bombardeo de escuelas. Es masacre criminal impedir la entrada de alimentos y medicinas y destruir los camiones que los transportan. Aunque acabar con la infancia de un país sea el método para terminar con su población a medio plazo, el holocausto no es disculpable, aunque el apoyo incondicional prestado hasta ahora por Estados Unidos, esté permitiendo la burla de Israel a la ONU, a los tribunales internacionales y a todo el mundo. No es lícito amedrentar a todos con el arsenal norteamericano. En vez de armarlo y regalarle dinero para que se arme, todo país capaz de masacrar a una población concreta debería ser desarmado con la colaboración de Naciones Unidas y de los Estados Unidos, quienes hasta ahora se inhiben, con el fútil pretexto del “derecho a defenderse”. Asesinar niños ¿desde cuándo es derecho a defenderse? ¿Son esos los “terroristas a que se refieren? Porque en todos estos meses Gaza ha sido casi totalmente destruida, más de cuarenta mil gazatíes han caído bajo las bombas de Netanyahu y ahora extienden su acción a toda Cisjordania, será para apoyar a los colonos usurpadores. Porque, en todo este tiempo ¿Cuántos miembros de Hamás han detenido? Concediéndoles que Hamás sea una organización terrorista, porque con su comportamiento, las calificaciones de Estados Unidos han perdido toda credibilidad y todo prestigio, si alguna vez los tuvieron.

Si Estados Unidos quisiera recuperar su prestigio, su primer deber sería no vender ni una pistola más a Israel ni ayudarle económicamente, sino imponerse para obligarlos a terminar con esta matanza, ya que tantas veces se han impuesto a misiones menos digna que impedir la inmolación de todo un pueblo; por más fuerte que pueda ser el lobby judío en norte América, máxime cuando tantos judíos en todo el mundo están mostrando su rechazo a Netanyahu y al aniquilamiento calculado e indiscriminado de palestinos. Porque esto no es una guerra Israel-Palestina, sino del ejército israelí contra el pueblo de Palestina. Si buscaran supuestos terroristas ya habrían tenido tiempo de encontrarlos, pero dedicarse a minorar o exterminar la población, no puede ser un recurso contra el terrorismo.

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