El complejo de los políticos, aunque muchos se empeñan en disfrazarlo de superioridad, es bastante complejo. Una pena, el sentimiento de creerse superiores, autosuficientes e infalibles, con derecho a decidir a su antojo o conveniencia, solo por el hecho de haber recibido los votos válidos para ponerlo dónde están, lo cual les lleva, no a decidir, los lleva a despreciar a la gente aunque no reconozcan que su acción es desprecio. Increíble como quieren imponer su impronta en todo, contra la más elemental lógica, incluso.
Está ocurriendo con la Velá del Cerro del Águila, la segunda más antigua de Sevilla, trabajada, celebrada y organizada en la plaza de Miguel Hernández, única zona de expansión del barrio, durante los últimos veinte años por la Asociación “Parque Estoril”. Pues en un inexplicado e inexplicable “golpe de autoridad”, el Ayuntamiento decide prescindir de la Asociación y del espacio escénico, para dominar la Velá y sus contenidos con toda plenitud y pretendida independencia, en realidad prepotencia, imposición para decidir los actos y actuaciones a celebrar en ella. Con tal objeto la han centrado en Hytasa con el pretexto de contar con mayor espacio.
La Velá siempre ha estado bien organizada, con actuaciones variadas, ¿para qué se cambia? Quizá para no verse obligados a “tragar” con flamenco reivindicativo, por ejemplo. ¿Simplemente para impedir actuaciones no de su agrado “que hay mucho rojo suelto? No debería ser esa su posición, sino contar con la gente. Es sano y fomenta la participación, aunque precisamente la participación no es su objeto. Han confundido la ciudad con un cortijo propio. No saben que el voto concedido no es “patente de corso”, no es un cheque en blanco, es un préstamo, pero no para su particular disfrute de "ordeno y mando".