Así que "Cataluña merece una financiación especial, diferenciada, porque es la comunidad que genera más negocio y es el mayor exportador de España". Será verdad, si lo dice el gobierno por boca de su presidente y sus ministros. La oposición no tiene velas en este entierro, pues cuando la tuvo fue para hacer lo mismo de todos los gobiernos, anteriores y posteriores. Cataluña y España merecen un acto de reflexión, después de que el gobierno de aquel momento arrancó la industria textil andaluza, que no era poca cosa pues, aparte las dos grandes situadas en Málaga y Sevilla respectivamente; cosa reiteradamente pedida por la industria textil catalana el gobierno obedeció finiquitando la textil andaluza para quitarle competencia a aquella, al final se demostró que el problema creado a sí mismos por la industria textil catalana, no residía en la posible competencia de la andaluza, pues pese a haberla hecho desaparecer sin contemplaciones, aquella fue incapaz de levantar cabeza.
Esa dinámica gubernamental, de quitarle industrias, bancos, comercio y convertir su economía en un desierto, no es de ahora, pues empezó mucho antes: en la primera mitad del siglo XX comenzó el desmantelamiento de la industria andaluza con el pretexto de 'compensar a la de la mitad norte', aunque debe ser que 'se les fue la mano'. Así continuó hasta el momento actual hasta trasvasar el desierto económico desde el norte al sur. (Véase Andalucía, un mundo colonial, 2024, Averroes libros). Desde aquel momento se llegó a la situación anterior y convirtieron Andalucía en 'la pobrecita que tiene muy poca iniciativa'. Claro, nadie se echa orión cuyo olor no supera, pese a todo, al despedido por los protagonistas políticos.
Pero no se hace nada para ponerle remedio. La prueba son Sevillana de Electricidad o Abengoa, recientes muestras de la falsedad del aserto de la 'falta de iniciativa'. Todo esto mientras los gobiernos, incluida la dictadura, ha llenado de favores y millones las haciendas de estas comunidades y ha centrado la industrialización en el triángulo Madrid-Barcelona-Bilbao, al que se añadió Valencia para convertirlo en cuadrilátero.
Fue el propio Claudio Boada Villalonga, presidente entonces del Banco Hispano Americano y vicepresidente del Instituto Nacional de Industria, quien en el número de julio de 1975, en la revista oficial del Ministerio de Industria, afirmaba: para mejorar la situación económica de una zona y acercarla a las más desarrolladas, debe aumentarse la inversión en esta; sólo así se podrá llegar a equipararlas. O sea; nada de arruinar a unos para encumbrar a otros, ni seguir invirtiendo en este porque eso agranda la brecha entre ambos.
Así, si de invertir se trata para mejorar la situación de las comunidades menos desarrolladas, deben invertir en ella en vez de engordar a la más rica. Justamente lo contrario de la excusa manejada por el actual gobierno 'progresista', para justificar un tratamiento económico especial para Cataluña. Pues, a tenor de lo visto, si es la locomotora, las demás comunidades serían sus vagones, por tanto, debería tirar de las demás comunidades. Pero, no. Es una locomotora cada vez más rápida, cada vez más cuidada y repintada, pero sólo tira de sí misma.
Eso es lo que el gobierno 'progresista' está haciendo en este momento, que a su vez era lo que buscaba Cataluña con el amago de declaración de independencia, como muy bien avisamos en su momento. Si el gobierno fuera realmente progresista, no gastaría todo el esfuerzo en acelerar a la única 'locomotora', sino en crear varias, capaces de tirar de la depauperada economía de algunas comunidades, donde, casualmente Andalucía todavía sigue siendo la segunda en producir y exportar pero la última y con un desfase cada vez mayor respecto a las ocupantes de los primeros puestos.
Quizá es eso lo que hizo decir a la dirección de la citada revista: Andalucía ha venido siendo algo así como una colonia situada al sur. Esto tiene más valor dicho por un medio informativo del Ministerio de Industria de la dictadura y para actualizarlo sólo cambiando dos palabras se alcanza la verdad actual: Andalucía es una colonia interior usada sólo para tener reserva de mano de obra barata y para cargarle con todo lo sucio y contaminante, como las minas que envenenan nuestra agua y a las que ni siquiera se les riñe.