No sé si sois capaces de imaginar la impotencia de ser insultado y vejado por realizar tu trabajo en el hospital, pero me invade una profunda tristeza y vergüenza.
Cuando te infligen un trato tan inhumano, estas personas deberían sentirse poco orgullosos y revisar profundamente sus valores, sus convicciones y sobre todo superar esas limitaciones como personas.
Aunque no nos podemos quedar con esas inadecuadas y reprobables actuaciones individuales de familiares. Cuando la humanización es un concepto político hueco y vacío, cuando la ética es solo una teoría sin aplicación, cuando nos olvidamos de que la razón principal que justifica el ingreso en un hospital que es la necesidad de cuidados y ese cuidado lo proporciona la enfermería... y aún así pasan estas cosas.
Me hace recordar a las miles de personas que murieron en dolorosa e innecesaria soledad durante la pandemia. A esas personas que solo nos tenían a nosotros y a las que les dábamos humanidad en esos momentos tan duros. Esos días en el que a las 20:00 horas salíais a aplaudirnos, cuando éramos vuestros héroes.
Para mí mi profesión es la mejor del mundo. Somos personas pasionales y a la vez racionales. Tenemos sentimientos pero a la vez nos hacemos duros después de tantos años en momentos difíciles. Somos ingenieros, científicos, matemáticos, psicólogos y a la vez proveedores de los mejores cuidados. Somos grandes profesionales.
¿Y sabéis qué? Que cuando verdaderamente nos necesitáis siempre estamos ahí.
Sin rencor. Un TCAE desilusionado.
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