La necesidad de un partido de centro moderado es esencial para la estabilidad política del país, y así lo estamos viendo en estos últimos meses de incertidumbre política e intereses de líderes y partidos más allá del general. A lo largo de la historia política de España, ha habido partidos centristas que han desempeñado un papel importante. Uno de los ejemplos más notables es el partido Unión de Centro Democrático (UCD), partido que surgió después de la transición a la democracia en la década los 70. La UCD, liderada por Adolfo Suárez, buscó un camino moderado y de consenso en la política española, fue capaz de negociar y pactar tanto a la derecha como a la izquierda nuestra actual democracia y el pilar que ha dado el periodo de paz más largo de nuestra historia política y social contemporánea.
El Centro cayó en el olvido político gracias a la implantación del bipartidismo imperfecto que se instauró en el país y las divisiones internas en el propio seno de la UCD que termino por diluirla, el espacio que podría haber tenido este centro ideológico fue sustituido por la negociación con partidos regionalistas e independentistas “comprados” con euros de inversiones y competencias que han hecho de España un país con graves desequilibrios regionales, tanto en financiación como en infraestructuras.
En esta última década nació Ciudadanos (C's) como proyecto que recogía el desencanto y la desafección del electorado consecuencia de la corrupción existente a un lado y otro del espectro político nacional. Fundado en 2006, se presentó como un partido de centro, Ciudadanos inicialmente se centró en cuestiones como la regeneración democrática y la lucha contra la corrupción. Todo esto le hizo ganar relevancia en las elecciones de 2015 y 2019, pero el declive a la derecha, errores de estrategias y la perdida de la realidad política y social de sus líderes lo llevó a debates internos sobre su posición en el espectro político y el abandono progresivo de gran parte de su electorado.
Los partidos de centro moderado pueden desempeñar un papel relevante en la formación de mayorías y coaliciones en el sistema parlamentario español. En situaciones como las que vivimos actualmente en las que los partidos de izquierda y derecha no alcanzan mayorías claras, un partido de centro puede ser un socio atractivo para forjar acuerdos de gobierno, alejando así los intereses independentistas y la vertebración del estado.
La competencia en el espacio político centrista puede ser intensa, ya que los partidos de centro a menudo compiten con partidos tanto en la izquierda como en la derecha, por culpa del desencanto existente en ambos extremos ideológicos. Esto puede hacer que sea difícil para los partidos de centro consolidarse y mantener un apoyo electoral constante por ser el mismo un electorado flotante al que hay que ganar comicios tras comicios, dado que las preferencias de los votantes pueden cambiar con el tiempo. La capacidad de un partido de centro para adaptarse a estas tendencias y presentar políticas y hojas de rutas de proyectos que resuenen con los partidarios será crucial para un éxito sostenible del mismo.
En estos últimos días estamos viendo el nacimiento de coaliciones como la impulsada por Coalición de Centro Democrático, lo que queda de CS y varios partidos municipalistas con un claro objetivo de tomar el espacio ideológico de centro moderado que ponga cordura en la política actual de los pactos del interés.