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Luisa del Volapié, en una imagen de Frontera Radio, donde colaboraba.
Luisa del Volapié, en una imagen de Frontera Radio, donde colaboraba.

Querida Luisa: digo yo que estarás en el cielo, porque ¿A dónde te ibas a ir tú así sin avisar? Nos despedimos de ti el jueves en la radio, serían las nueve de la noche. Me dijiste ‘hasta el sábado ‘ y ahora me entero de que te has ido.

Desapareciste de pronto, como una pompa de jabón o sería que te fuiste como un cohete hacia el cielo. Quizás fuera eso, porque si alguien podía entrar en el cielo, si pasaporte, sin esperar cola y sin entrevista con San Pedro, esa eres tú .

Luisa, que ya estás en los cielos pero que sigues entre nosotros. El sábado por la mañana miré de reojo a tu banco, en esa placita del centro comercial de La Asunción, porque parecía que estabas a punto de llegar.

Luisa de la Asunción. Porque te sigo viendo aún con tu carrito para hacer la compra y parándote a saludar a los vecinos. Vecinas como tú es lo que ha hecho que los que hemos vivido en La Asunción, siempre seamos de la Asunción. Aunque vivamos en la China.

Luisa de la radio. Con tu Tarde de mujeres de Frontera Radio. Donde eras parte. Oyente y parte. Eras un todo. Ese jueves, el que te fuiste, parece que sin saberlo estuvo hecho especialmente para ti . Una merienda especial en Las Delicias con muchas mujeres, 55 o mas, pasando una tarde de compañía y risas. Todo el mundo te saludó sin saber que estaba diciéndote adiós.

Y luego en tu radio, con tu micrófono que era tu manera de darles besos a tu gente. Todos los jueves te pasaba algo. El último, te multaron por aparcar el tacataca en medio del pasillo.

“A mí me cogen siempre, nunca me escapo” dijiste. Lo que nos reímos en ese programa de tus últimas horas antes de salir disparada hacia el cielo, como si supieras que te ibas, nos contaste todas tus recetas del Volapié. Qué si la cola de toro. Qué si la tortilla de canutillo. Quedaste conmigo para el verano, con Miguel Ángel, porque nos ibas a hacer unos riñones al Jerez que yo te decía que no me gustan y tú me decías, “tú te callas hasta que te los haga yo”.

Luisa que estás en los cielos, que todavía no me lo creo. Ahora que estás arriba, con tu padre Luis y tu madre Manuela, ahora que eres poderosa, ayúdanos a ser fuertes. Si ves a mi familia, en especial a mí hermana, compañera tuya de clase en el colegio Jesús María de la Asunción, diles que estoy bien. Tristón porque os vais para allá muy pronto, pero bueno, que bien.

Dale fuerza también a tus hermanos. A tu gente. A tu barrio Luisa, que está como si estuviera cojo y no pudiera andar derecho.

También te digo que qué suerte tuvimos Luisa porque te vinieras a la radio. Tantas cosas se han quedado grabadas que hacen que tú, aunque estés en el cielo, también estarás en la Tierra. Por la noche, te volveremos a oír, como si fuera un sueño, que no lo es, con tus cosas. Por eso, aunque te hayas ido al cielo, tú no te has muerto. Es mentira, sigues con nosotros de otra manera.

Luisa del Volapié, tú sabes lo que te queríamos en Frontera Radio. No yo. Todo el mundo. Los compañeros de la emisora. Tus compañeras del programa Tarde de Mujeres. Siempre tendrás tu sitio entre nosotros porque tenías un corazón muy grande. Te echaremos mucho de menos y puedes estar segura de que nunca te vamos a olvidar. Hasta que nos volvamos a ver, gitana del Volapié.

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