Mirando la pirámide de población de España no puede uno sino sentir un ataque de pánico. Imagine usted una pirámide como las de Egipcio pero puesta al revés. En el suelo, la punta de la pirámide. Y la base, arriba del todo. No duraría ni un segundo de pie. Se caería y se aplastaría.
Esto es lo que le va a pasar a España si no lo remediamos. Una pirámide poblacional representa a la población de España en tramos por edades. Lo ideal es que hubiera mucha más persona joven y de edad media, que personas mayores. Así se podrían pagar las pensiones con más facilidad, porque parece que de los ahorros de la caja de pensiones queda ya poco por tirar.
España no tiene nada que ver con esta pirámide ideal. Peor aún, dentro de no mucho, estará al revés, con mucha gente en la punta y muy poca en la base. No habrá gente joven para mantener a las personas mayores.
Si miran el gráfico, el gran grueso de la población española, somos (porque yo estoy entre ella) los que nacimos entre los años 60 y 70. Las personas que tenemos entre 50 y 44 años, somos las más numerosas, en concreto, 44 años. El problema está en que no nacen niños ni niñas y la población envejece y no se regenera.
Por eso, es vital para España la llegada de población inmigrante que pueda trabajar y cotizar para pagar las pensiones de toda esta población que nos queda diez o doce años para jubilarnos. ¿Por qué creen sino que los políticos nos retardan la edad de jubilación y a este paso, yo que hoy me voy a jubilar con 67 años me veo con 70 trabajando? Por eso que les cuento.
Parece mentira, que estando la solución en la población extranjera que venga a España, haya partidos que se dediquen a querer expulsarlos y blindar las fronteras. Estos partidos racistas y xenófobos nos están poniendo un futuro muy oscuro para los futuros pensionistas españoles. Y el alargar la edad de jubilación hará que muchos ancianos estén ocupando puestos que deberían ser para la gente joven. Cuidado.