Ambas palabras riman en consonante y sin embargo son como el sol y la luna. En Sevilla hace tiempo que veo demasiados harapientos, esto es, personas que se acuestan entre harapos que son trapos viejos un poco mejorados gracias a la caridad cristiana que consiste en echar una gotita de agua fresca en un estercolero. Claro que, como en el cuento del incendio en el bosque, si todos echáramos la gotita de agua, además del pajarito que va volando, contribuiríamos a que el incendio se apagara antes. O no, porque existe lo coyuntural y lo estructural y tanto el incendio como el estercolero son estructurales, se alimentan a sí mismos contra todo ataque externo coyuntural.
Ahora ya no los llamamos harapientos ni mendigos, nos da vergüenza, los llamamos vulnerables o sin techo, eso nos deja más tranquila la conciencia y hasta nos convierte en progresistas. Pues hay demasiados sin techo en Sevilla que duermen debajo de las cubiertas exteriores de las tiendas grandes o en los aparcamientos subterráneos, con borrascas y todo. Me encuentro en mi deambular hispalense con el cura Pepe Chamizo, exdefensor del pueblo andaluz. Y se lo digo. Y le pregunto cómo le va la vida y me dice que tiene en Jerez un par de sitios donde le da albergue a jóvenes sin techo y que también viene por Sevilla.
Chamizo es de los curas, curas de verdad. Lo conozco desde finales de los 70 del XX, desde Cádiz, desde la Bahía, nos mandaba poemas a los componentes del colectivo cultural Gallo de Vidrio para que se los editáramos en las modestísimas revistas literarias que publicábamos. En Gallo casi todos éramos muy laicos y hasta comunistas, pero nos llevábamos muy bien con ciertos sacerdotes. Además de Chamizo estaba el cura Diamantino, párroco de Los Corrales-Martín de la Jara en la Sierra Sur de Sevilla, que nos decía que él iba donde iba su feligresía, es decir, a la vendimia francesa a coger uva o a la recogida de espárragos por Navarra.
También estábamos muy cerca del teólogo dominico Antonio García del Moral, hermano del pintor Amalio que pertenecía a Gallo, un grupo que se formó en un entorno cristiano salesiano, entonces los comunistas y los cristianos hipersensibles nos entendíamos. El Papa de ahora ha ido a veces en esa línea, ha afirmado preferir a un ateo coherente que a un cristiano hipócrita, todo esto pronunciado muy santamente que para eso es el Papa y no como yo que soy un basto, con b. Por cierto, le deseo a Francisco que salga pronto de su enfermedad -en la medida de lo posible con su edad- se suba al papamóvil y haga lo que pueda por limpiar el estercolero, este hombre me cae muy bien.
En una de las películas de Woody Allen, creo que en Hanna y sus hermanas, andaba Allen en casa de sus padres dándole vueltas a sus obsesiones de siempre: la muerte y la existencia de Dios. El padre estaba intentando abrir una lata de sardinas. Woody le pregunta si cree que habrá algo después de la muerte, un dios, algo, y el padre le contesta: “Hijo mío, si no sé abrir esta lata de sardinas, ¿cómo quieres que te responda a eso?”.
Pues algo parecido digo yo. Si no sabemos cómo darle techo y cubrir las necesidades básicas que los derechos humanos ordenan cubrirles a todos y todas, si no somos capaces de darles dignidad a los harapientos, ¿cómo podemos decir que hay que gastarse 800.000 millones de euros en pistolitas porque va a venir Putin y nos va a esclavizar? ¿Cómo puede ser más fácil gastarse ese dineral que ofrecerle cama y techo a los mendigos y a los jóvenes, sin ir más lejos? De los 800.000 millones de euros, 120.000 millones aproximadamente son préstamos bancarios. ¿A qué banco público se lo van a dar? ¿Al BEI? Me da igual. Y ese banco público, ¿se los entregará a los privados para que hagan negocio con los estados soberanos en los que vivimos o sobrevivimos?
En una de sus homilías laicas matutinas, el excelente comunicador Carlos Herrera afirmó que a ver si vamos a terminar aprendiendo ruso. Pero, ¿qué está pasando aquí? La COPE, esto es, la Iglesia, ¿estimulando que vayamos a la guerra? ¿Los rojos queriéndose salir de la OTAN con su no a la guerra? Al PSOE ya se le están viendo las vergüenzas de siempre, por mucho Pedro Sánchez abogado defensor de los vulnerables y de las mujeres aplastadas por el patriarcado, el PSOE no ha dejado de ser el partido que procede de la gran traición que la socialdemocracia le hizo a la clase obrera a partir de la época de Marx y sobre todo en la Primera Guerra Mundial. Y Ursula Gertrud von der Leyen es la “te sigo, te sigo” de los hombres belicosos, es una especie de hombre patriarcal que se acaba de arreglar en una buena peluquería.
¿Dónde está el feminismo que no lo veo? ¿Todo va a ser gritar el 8 de marzo? El feminismo es como el “hombrismo”, nosotros, unos contra otros como toda la vida. Ellas, unas contra otras, esa es la realidad, una realidad que el feminismo ha convertido en unos contra otras y otras contra unos, un feminismo en el que pagamos justos por pecadores y salen ganando los adefesios del estercolero.
O sea, que Putin va a hacer como Hitler pero peor aún. Como mínimo, va a invadir Finlandia, pero es que después va a llegar hasta Tarifa, se va a dar un baño en La Caleta y un paseo triunfal en un caballo jerezano. El tío rabioso va a meter a su ejército por toda Europa, desafiando a las fuerzas armadas actuales de la OTAN (sin los marines), pasándose por el arco del triunfo la capacidad nuclear de Francia e Inglaterra, los ejércitos de Alemania e Italia y hasta a nuestros legionarios. Y una vez hecho esto, va a poner una tienda de balalaikas en El Corte Inglés y otra de vodka en Mercadona para que los jóvenes se coloquen en las nuevas botellonas made in Moscú.
Además, está dispuesto a que le maten unos cuantos millones de soldados y a que las bombas atómicas de Ursula Gertrud von der Leyen and Friends caigan sobre su país y al final se le subleve la población si es que queda alguien para sublevarse. Y a todo eso lo llamamos defendernos, ¿De qué? Claro, es que Putin está loco y hay que defenderse.
Pedro Sánchez es ahora cuando tiene que demostrar que es progresista de verdad. Y lo mismo Yolanda Díaz que tiene al PCE bajo sus pantalones: “Miren ustedes, socios de la UE, no nos vamos a gastar más dinero en pólvora porque primero tenemos que barrer nuestra casa”. ¡Pero entonces nos quedamos sin los patrocinios de la UE! Desde hace mucho, España no se pertenece, es de la UE que como son nuestros socios han dejado que Puigdemont haga lo que le salga de los cataplines por toda la UE a pesar de estar buscado por la Justicia española. “Líbreme Dios de mis amigos que de mis enemigos ya me libro yo”. Y también España es de nuestros deudores a los que les debemos unos tres billones de euros, el 102 por ciento del PIB.
De modo que cuando la progresista cadena SER nos muestre a mujeres llorando porque la ambulancia ha llegado muy tarde y sus maridos se les han muerto y entre líneas, valiéndose del llanto personal y privado de una persona, deje caer que la culpa ha sido de la mala gestión de la Sanidad por parte de la Junta del PP, que añada también lo que acabo de decir y mucho más que para eso se trata de un buen e histórico medio de comunicación que, como todos los medios, calla mucho más de lo que dice. Por cierto, el PP estará hecho un lío: quiere y tiene que apoyar el rearme y al mismo tiempo no quiere apoyar a Sánchez. El PP y Sánchez no existen, existe la UE, Trump-EEUU y Putin-Rusia. Al PP y a Sánchez les ocurre como Trump le largó a Zelenski: no tienen las cartas.
¿Qué está latiendo bajo este clima bélico del que se ha llenado Europa? No lo sé exactamente, pero si yo fuera uno de los dueños de las fábricas de armamentos de Europa, de Lagardère o Dassault, en Francia, o de Fiat, en Italia, o de Indra, en España, me sentiría muy a gusto. Y también sus hermanas y colegas estadounidenses porque va a haber mamela para todas. Con tanta demanda son necesarios muchos brazos y mucha tecnología, tenemos que fabricar la campana invisible de la UE más Inglaterra para que no llegue a tierra ni un misil del tarambana de Putin.
Estábamos tan relativamente tranquilos, distraídos, entretenidos y confundidos con las pamplinas posmodernas en Europa cuando, de pronto, ha sucedido algo que no se esperaba en un mundo blando y líquido como el que teníamos y tenemos. Dos sujetos -Trump y Putin- hablan claro y no sólo dicen sino que ejecutan de verdad y con prontitud asombrosa. ¡Eso no se hace, señores! Aquí lo que se hace es hablar y hablar de chuminadas y de lo buenos que son los y las vulnerables y de cómo hay que darles sus derechos, aquí se juega, no se actúa.
Basta con que los papás Trump y Putin les hayan dicho a los niños se acabó el juego, os vais de casa y os buscáis la vida para que se hayan acojonado y arremolinado. Europa tendrá que agradecerles a estos dos patriarcas malos y crueles que haya tenido que abandonar sus zonas de confort. Basta con que los papás se hayan puesto los pantalones y en lugar de mimos les den boleto y los obliguen a doblar la cerviz para que los europeos de la ciudad alegre y confiada se líen a dar pataletas de niños consentidos y a meter miedo a la gente.
Sevilla está llena de mendigos que no se pueden hacer respetar porque no tienen bombas atómicas y se resignan. 94,6 millones de personas estaban en riesgo de pobreza o exclusión social en la Unión Europea (UE) en el año 2023, el 21% de su población, según publicó Eurostat, la Oficina Europea de Estadística. Con datos de diciembre de 2024, España es el país con el mayor índice de miseria de la Unión Europea y la eurozona, con un 14,7%.
No importa, toda esa gente no tiene misiles ni está organizada -hasta puede que la recluten para ir a la mili o a la guerra- y los partidos y gente solidaria vive gracias a ellos, al lodazal que hemos creado. Así que vamos a fabricar armas por si los Putin y los Trump, que estamos solitos en el mundo, de los harapientos ya se encargarán el dinero público y los públicos especialmente sensibles al remordimiento de sus conciencias.
En todo caso, si el estercolero estalla, la metralla no llegará hasta sus responsables últimos. En la guerra los soldados mueren, los generales se salvan, aunque eso era antes, ahora ya no hay nadie a salvo. Hay que ser una especie estúpida e inmadura para, sabiéndolo, seguir jugando a darnos tiros. ¿O es que creen los de arriba que todos van a caber en los cohetes de Elon Musk, rumbo a la Luna y a Marte? ¿Qué van a hacer allí? ¿Otro estercolero?