Donald Trump ha sido noticia toda la semana y lo será en los próximos años si es que no le ocurre nada malo. Un fantasma recorre el mundo, no se llama comunismo, se llama Donald Trump y el nombre genérico de la especie a la que pertenece podemos conocerlo por humano alfa. Puede ser Trump o puede ser Giorgia Meloni, junto a Vladimir Putin, Xi Jinping y Javier Milei, entre otros y otras que son y serán. Los ha traído el pensamiento débil, el pseudomarxismo woke y el neoliberalismo que de tanta codicia y usura ha destrozado a miles de millones de personas y ha dado lugar a una izquierda de mentira que ha terminado de construirle la autopista a los que no se andan con chiquitas.
La Historia no se repite y además qué paradojas tiene. Los nuevos amos del mundo, respaldados por millones de votantes, no sólo esta vez por los votantes alemanes de Hitler, están apostando por quienes la modernidad bautiza con el nombre de ultras, fascistas, nazis. Musk puede proyectar un saludo al que suponen fascista -Trump levanta el puño con frecuencia, ¿será comunista?-, pero es mentira que su red social sea ultra, ahí puede escribir un ultra, un judío, un marxista, un gitano, un ario y un nazi. No, no, estos no son los años treinta del siglo XX. Ni los años sesenta ni los setenta, la globalización lo impide, para dejar paso tanto a la vida como a la autodestrucción si seguimos siendo imbéciles. Cuando en el XX avanzaba el comunismo en Europa, España y América Latina, los amos del mundo de entonces recurrieron a Hitler, a Franco, a Mussolini, a Pinochet, a Videla o al senador Joseph RaymondMcCarthy, sin mencionar a otros sanguinarios que irrumpieron en Asia y América Latina antes de ellos, al mismo tiempo y después.
Entonces -como ahora, sólo que ahora de forma más compleja- aquel Poder intentaba proteger lo que creía que era suyo que es la obligación de todo poder, incluyendo al que pueda tener nuestro presidente, Pedro Sánchez que, al igual que Trump, aspira a controlar los resortes estatales y privados que le permitan eternizarse con una diferencia, entre otras que veremos: Trump ha barrido en las elecciones con su partido y Sánchez, electoralmente, no barre ni la choza de Los Siete Enanitos.
Precisamente a Trump le temen quienes creen que hablar de Los Siete Enanitos es discriminatorio y vejatorio para las personas excesivamente bajitas y por tanto les dan vitaminas ideológicas para que crezcan. O quienes estiman que La Sirenita debe ser también negra para que no haya desigualdades. A Trump le temen quienes de la excepción han hecho la regla y además canceladora e inquisitorial, quienes creen que el soldado manda igual que el general, quienes logran y roban votos a base de ponerles la vida fácil a la sociedad gracias a las leyes y al dinero de todos, quienes cultivan una caridad hipócrita de asistencia al vulnerable abriéndole las puertas de una casa en la que desde hace siglos habitan personas que se sienten desprotegidas.
A Trump le temen quienes ven que van a tener que doblar la cerviz y dejarse de vivir a hombros del otro y de las argucias que utilizan los cazadores del voto fácil. Se han dado cuenta de que Trump lo hace mejor que ellos. A Trump le temen quienes se creen modernos y avanzados porque aplican aquello de “justicia, señor, pero por mi casa, no”, es decir, yo soy muy progresista, pero a mí que no me llegue ese progresismo, yo impongo mi progresismo a todo el que pueda, ahora, eso sí, no me lo aplico.
Le temen a Trump quienes no están de acuerdo en que todo lo importante exige currar y lo muy importante currar mucho o muchísimo, quienes quieren vivir debajo del paraguas de Trump, como es el caso de Europa, y renuncian a sus señas de identidad, a sus raíces, para apuntarse a la liquidez, a la confusión, al hecho indudable de que la democracia es la demostración de la debilidad del Estado y, mal aplicada, el coladero de los débiles, de los vagos, de los tarados, de los incompetentes, de los que hoy pueden estar aprendiendo a vivir en un aula y mañana, gracias al BOE, se sientan en poltronas ministeriales y se rodean de mediocres y de ignorantes en mayor grado aún que ellos. Todo eso lo sufre el país sobre el que empiezan a gobernar para finalizar gobernando contra ese país.
La llamada tecnocasta está apostando por Trump y apostará por otros Trump en el futuro, no por dinero -que también- sino por principios, por los valores perdidos, afirman. Trump no se ha rodeado de seres humanos vulgares sino de unos dueños del mundo más jóvenes y más ricos que él. Es paradójico y digno de estudio este asunto, vamos a ver cómo termina esta unión no de medianías que no tienen donde caerse muertos sino de sujetos alfa que aúnan sus músculos y combinan juventud y veteranía para defender a su país y a lo mismo que dicen sus “enemigos” mercantiles que están defendiendo: su civilización.
Nuestra civilización creó la inmigración y ahora se defiende ella, crear la inmigración no significa tener que asumir sin más y a cualquier precio sus efectos. Los adinerados sirvientes latinoamericanos de EEUU originaron la miseria humana de sus países y la dejaron en manos de sus amos del norte. EEUU no tiene por qué acogerlas y menos aún si se carece de papeles, ni yo ni nadie entra en un país sin papeles si lo quiere hacer con las reglas de juego establecidas. La obligación de nuestros descendientes latinoamericanos ricos es facilitar el bienestar a sus ciudadanos, no abandonarlos en manos de los yanquis y luego, si llega un yanki llamado Donald Trump “El Rápido” y se niega a recogerles sus insensibilidades para con el prójimo, endosarle a “El Rápido” y a su país la culpa de que no asilen a los millones de sus hijos repudiados por ellos, los criollos. Los wokes se escandalizan jugando a los buenos y los malos, en el fondo les hacen el juego a quienes han empobrecido a sus semejantes.
Europa debe ser Europa, ahora es ella la que tiene que sembrar la inquietud en Trump y en EEUU. Va a ser muy positivo para Europa que Trump haya ganado las elecciones y sea ahora el presidente porque lo que tiene que hacer Europa es ser Europa, terminar con la guerra de Ucrania que nos está jodiendo a todos aunque los medios de comunicación mercantiles lo oculten, y firmar pactos de colaboración comercial con Rusia -que es Europa- como ya estaba haciendo Alemania antes de la guerra y bien que está pagando haber bajado la cabeza ante el capitalismo insensible y líquido de Biden que las mata callando y ha sido un pelele de la casta que siempre ha dominado USA.
Ya veremos qué diría Trump ante quien es su madre si esa madre asume su papel. Qué haría Trump ante una Europa poderosa que eche a un lado a sus gobernantes débiles y neopuritanos para abrazar idéntica pasión por ella misma como la que proyecta Trump en relación con su país (ya veremos qué cumple “El Rápido” que ha comenzado su revolución como el rayo). La Inteligencia Artificial (IA) en Europa va bastante atrasada en relación con EEUU e incluso con Rusia y China y es y va a ser el arma de progreso y desarrollo clave en este siglo. ¿Vamos adelante o seguimos con remilgos?
Este es el mundo de los remilgos, de las formas, de los continentes que no ve contenidos, es el mundo que no soporta a quienes hablan claro, bruscamente, y utilizan expresiones y palabras perfectamente reglamentadas y aceptadas por los expertos en la materia. Este es el mundo de los melindres hipócritas que te dan la puñalada por la espalda en lugar de venir de frente y quieren condenar a un juez porque pregunta a acusado y acusadora con un tono supuestamente elevado. Este mundo con su personal acristalado es el que acaba llevando a los Trump al poder.
Trump está rompiendo con todo eso. Y lleva a cabo decisiones que no hace mucho estaban en manos de Podemos, en España, y supongo que siguen estando: contra la concentración mediática, contra tratados capitalistas internacionales que significan la dictadura absoluta del mercado. Coincide en parte con Podemos hasta en no darle tanta caña a Maduro en contraste con Europa y España que andan todo el día dale que te pega en lugar de mirar la viga en su propio ojo.
No se puede ser así, rotundo, hay que guardar las formas y de tanto guardarlas la casa sin barrer, de tanto tiquismiquis los demás sufriendo lo que no deberíamos estar sufriendo cuando EEUU decae y, por ejemplo, hace tiempo que el coche fabricado allá ha sido desbancado por los europeos y por los coreanos, los japoneses, y ahora llegan los chinos. En USA ha brotado un bruto que quiere defender a su país, no a las aceitunas andaluzas, esas aceitunas se deberán buscar la vida, Europa y Latinoamérica tendrán que espabilar y dejar ya el paternalismo gringo.
Lo que no sé es cómo le va a salir la jugada a Trump. Comprendo las causas que lo han llevado al poder político y al Poder real que es el dinero. Pero hay más alfas en el mundo y los alfas o se ponen de acuerdo para no autoliquidarse o mal asunto. Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), no son para despreciarlos con aranceles del cien por cien.
Según escribe en weforum.org Spencer Feingold, del Foro Económico Mundial, en la cumbre de los BRICS de 2023, el bloque invitó formalmente a otros seis países —Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos-. Argentina decidió no unirse al bloque tras la elección de Javier Milei y Arabia Saudí sigue considerando su adhesión. Otros países —como Cuba, Malasia, Tailandia y Turquía, entre otros — participan como países socios de los BRICS y han solicitado o expresado su interés en convertirse en miembros en el futuro. Tailandia, por ejemplo, ha presentado oficialmente una carta de intenciones de adhesión.
Los países de los BRICS albergan a unos 3.300 millones de personas, más del 40% de la población mundial. Sus economías también representan aproximadamente el 37,3% del producto interior bruto mundial (basado en la paridad del poder adquisitivo). China, por sí sola, representa el 19,05%, mientras que India representa el 8,23%, según el Fondo Monetario Internacional. Por su parte, Estados Unidos y la Unión Europea aportan aproximadamente el 14,5% cada uno.
No es sorprendente que los países emergentes deseen desprenderse del dólar como moneda de referencia internacional desde la Segunda Guerra Mundial cuando estamos viendo que el dólar no obedece exactamente a la doctrina del libre comercio sino que es también un misil nuclear que se le lanza a quien no está de acuerdo con EEUU. Se terminó al mundo unipolar, parece que Trump desea que todo el planeta baile al son de su copla. Eso se acabó, millones de personas han escarmentado y siempre recordaré lo que me dijo en su despacho un general latinoamericano cargado de medallas y con un enorme cuadro de Simón Bolívar en la pared: “A mí me formaron en Estados Unidos y me dijeron que lo que era bueno para Estados Unidos era bueno para América. Ya he comprendido que lo que es bueno para Estados Unidos es bueno para Estados Unidos”.
Ahora, si el señor Trump va de “pacificador” tendrá que pensar en los BRICS y reunirse con la casta hegemónica armamentística de su país para seguir aumentándole el sueldo, ya sabemos lo que le pasó a Kennedy cuando quería firmar un deshielo con la antigua URSS. Con el lobbie petrolero/gasístico no creo que tenga problemas, si no produce lo que USA necesita tiene el petróleo sirio para seguir robándolo o el de Venezuela que conseguirá poco a poco y a la idiota Europa comprándole gas licuado más caro que el de Rusia.
Con el lobbie de los nuevos amos del mundo tampoco existen tensiones visibles, están casi todos sus miembros, por el momento, sentados en la misma banqueta que el pelirrojo. Con Putin y Xi Jinping va a tener que hacer un esfuerzo, son tan alfas como él y también colocan la regla como regla, no la excepción como regla que es el fondo de la cuestión que nos ocupa. Un fondo que habrá que esperar que no se convierta en violencia mundial entre la ciudadanía por xenofobias, racismos, homofobias y demás. La cultura de la cancelación tiene ya otra cancela enfrente, habrá que entenderse o tendremos más violencia y más víctimas.
Empezamos a vivir en un mundo lleno de bombas nucleares y de seres humanos alfas que sostienen sierras mecánicas amenazantes gracias al voto y al apoyo de gran parte del electorado. Los hay machotes que van de frente, tenemos alfas con vestimenta femenina y también machos alfas estéticos, posmodernos, que se cuidan la piel para lograr el elixir de la eterna juventud, como en España. Estos últimos cortan con una sierra silenciosa, sin tanto ruido.
Veremos hasta dónde llegan todos y todas en su apuesta por el tijeretazo y la guillotina y si no vuelven a provocar el regreso de la estupidez posmoderna o terminan por consolidarla con silentes podadores como Sánchez, eso le pasó al “matrimonio” Reagan-Thatcher que de tanto elogio a la iniciativa privada demostraron la crueldad que encierra, en grado sumo, el egoísmo humano, y dieron fuerza a una izquierda que estaba hundida. Luego se sepultó ella sola y ahí sigue, criticando a Trump, sin otro discurso que el de la mojigatería emocional.