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El sistema sigue agotado

Se trata de machacar al disidente se haga lo que se haga, sin respetar su individualismo, su derecho a opinar

06 de abril de 2025 a las 10:09h
El presidente Donald Trump, cediendo gentilmente el paso a su esposa Melania, en una imagen reciente.
El presidente Donald Trump, cediendo gentilmente el paso a su esposa Melania, en una imagen reciente.

Resulta que si Pedro Sánchez dice unas cosas y luego hace otras es un mentiroso y un estafador con la parte del pueblo que lo ha votado y con toda España. Sin embargo, los sondeos afirman que una gran mayoría de sus adeptos lo votaría de nuevo. Resulta que si Donad Trump promete medidas concretas a quien desee votarlo y luego las cumple también es un ser perverso. Esto es como el chiste del burro: si voy caminando al lado de un burro y no me subo a él la conclusión es que soy un gilipollas. Y si me subo a él no tengo piedad con el pobre jumento que me lleva encima y va con la lengua fuera. En el caso de Trump y de Sánchez, si no insulto a ambos es señal de que apuesto por ellos. Eso parecen decirme los medios de comunicación derechosos mientras que los de izquierdas me perdonan la vida si no calumnio ni insulto a Sánchez, pero me meten en la cárcel con cadena perpetua si no condeno a Trump. 

Se trata de machacar al disidente se haga lo que se haga, sin respetar su individualismo, su derecho a opinar. Ambos presidentes están aplicando lo que creen conveniente para sus países y para ellos mismos, poseen el derecho a equivocarse y los votantes el derecho de mandarlos -o no- a tomar viento y, sobre todo, la obligación de enterarse bien de lo que están haciendo en lugar de dejarse llevar por lo que escuchen o por filias y fobias emocionales. 

Volver al proteccionismo del siglo XIX

Las críticas y el “matonismo”, en numerosas ocasiones, no llegan desde la filantropía periodística o política ni desde el rigor, a los jerarcas de la política lo mismo les da ocho que ochenta, ellos van a seguir consumiendo igual haya o no haya aranceles. Nunca les toca apoquinar de verdad. Las críticas pueden proceder de problemas personales no resueltos y de hándicaps psicológicos pendientes desde hace decenios. La existencia de los Trump o los Putin o los Milei o los Sánchez les viene muy bien a los criticones emocionales para disimular y no gastar dinero en el psiquiatra o en el psicólogo. De paso para lograr votos. Y al periodismo, además, para ganar receptores a base de decirles lo que quieren oír.  

Lo de los aranceles y los cálculos que ha desarrollado ese personal de Trump que apunta para que el pelirrojo dispare, es tema de contables y economistas. Los que somos de letras nos las vemos y nos las deseamos para comprender no los aranceles sino el significado profundo del acontecimiento a medio y largo plazo, desde un punto de vista de la perspectiva histórica. Volvemos al proteccionismo del siglo XIX y es el fin de la globalización, dicen. Mentira, la globalización no hay quien la pare, un fin -coyuntural- de la globalización sería ordenar que no entre ni se consuma en país alguno ningún un producto gringo, en especial Coca-Cola, hamburguesas, películas, series, Netflix ni los quehaceres de las tecnológicas ni sus coches. Ni medicamentos, ni otros artilugios inventados para curar enfermedades.

A eso no se atreve nadie para que USA no haga lo mismo. En Rusia lo están soportando a la fuerza. Y no se han muerto aún. Hasta se ha reído Rusia de la UE que ha dedicado 50.000 millones de euros en armamento para Ucrania y ahora se ve como se ve ante USA mientras Rusia se libra de aranceles por las sanciones que ya tiene a pesar de que la BBC nos hace saber que, según la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos, el comercio entre Estados Unidos y Rusia alcanzó un valor de 3.500 millones de dólares en 2024. Este comercio consistió principalmente en fertilizantes, combustible nuclear y algunos metales, según Trading Economics y medios rusos. 

Tanto Europa como Oriente no se han formado a base de consumir en locos excesos

En Cuba van tirando, peor cada vez, pero tirando. En China y sus países satélites más Japón se preparan para un chaparrón especial y ya están dando ellos mismos bofetadas a Trump. Saldrán del chaparrón. Aquí hay un asunto que no se está teniendo en cuenta: la cultura milenaria. EEUU carece de ella y eso juega en su contra, sin consumir patológicamente esa nación no es nada. 

Por otra parte, en España, hay antecedentes muy próximos de un antiyanquismo claro: cuando empezó la democracia, España era el país más antigringo de Europa, USA nos arrebató nuestras últimas colonias en América y Asia; Franco nunca quiso a los anglos ni a los USA y la oposición principal a Franco en la clandestinidad y Transición eran los comunistas prosoviéticos. 

Tanto Europa como Oriente no se han formado a base de consumir en locos excesos, como Estados Unidos. En el país de Trump agarran el coche hasta para ir a miccionar en el excusable situado al lado del salón y se pasan ante la caja tonta más horas que nadie: cinco horas diarias de media. Y es el que más porcentaje de uso de Internet posee: un 91%. Le sigue a distancia China con un 70%. Claro que luego hay una fiebre de trabajo como triunfo ante Dios, fiebre que está desapareciendo, una colaboración universidad-empresa y un programa de patrocinios que es lo que hace que USA esté donde está, agrandada por un marketing que inventó, que domina y que ha calado en los demás gracias al apoyo de gobernantes de aquí y allá. 

Los aranceles van a perjudicar a los vulnerables, sobre todo, afirma Von der Leyen, doña Úrsula. La conclusión es obvia, en Europa, incluso en Oriente, algo queda de milenios de Historia, algo queda de la sabiduría grecolatina, confuciana o de Lao Tse por mucho daño que haya hecho la sociedad de consumo, uno de cuyos iniciadores fue Henry Ford con sus coches y su capitalismo popular. 

En casos extremos, ¿quién podría resistir más sin consumir productos de los otros para obligarlos a bajar los famosos aranceles? ¡Pero si ya se sabe que EEUU necesita dos planetas sólo para él para poder llevar el vacío moral de tren de vida que lleva y eso sin gastar en Sanidad, Educación o transportes públicos todo lo que debiera con el fin de ponerse a la altura de los derechos humanos! ¡Pero si es público y notorio que necesita no sólo su petróleo sino el de México, el de Venezuela y el que extraiga de Groenlandia, entre otros lugares! ¡Si es un gigante con los pies de barro que nos lleva engañando desde la Primera Guerra Mundial! ¡Si las guerras mundiales no las ganó exactamente EEUU, si prescindimos de la resistencia interior y de Stalin no hay victoria de EEUU! ¡Pero si no ha ganado ni una guerra en su vida enfrentándose, solo, con otro más o menos de su estatura! Ahí están los ejemplos de Corea y Vietnam. ¡Si hasta ha salido con el rabo entre las piernas ante las chilabas y las metralletas de los talibanes! 

Doña Úrsula

En cuanto a doña Úrsula, algo queda de Marx en Europa y en el mundo. De Marx y de las religiones cristianas que construyeron Europa, aunque sea de la teoría. En EEUU se calculaban unos de 40 millones de pobres en 2024, más del 11% de la población. En 2023, 94,6 millones de personas en la Unión Europea estaban en riesgo de pobreza o exclusión social, lo que equivale al 21,4% de la población, según Eurostat. Se considera en riesgo de pobreza a las personas que tienen tal riesgo según su renta disponible, graves privaciones materiales y sociales o viven en hogares con muy baja intensidad laboral. 

Doña Úrsula, en EEUU, se supone que los pobres son pobres porque son inferiores, se los ha comido la selección natural socioeconómica por débiles, por no saber adaptarse a ella. ¿En Europa también nos vamos a creer ese rollo? ¿Por qué hay vulnerables? Sencillamente porque el sistema al que usted representa -el del mercado salvaje- considera normal la proyección de pobres, algo repulsivo para los derechos humanos que tanto defiende. No le eche ahora la culpa al presidente de un país que disfruta de más marketing -el que usted y los suyos le han aceptado y fabricado durante todo el siglo XX- que de progreso real. 

Usted y la UE y el señor Sánchez y quienes los han precedido a ustedes, son, en gran parte, los culpables de la existencia de vulnerables, esa idea nos viene de Marx y del cristianismo de la liberación. ¿Sabe por qué son los culpables? Claro que lo sabe, usted y sus compinches son mucho más listos que yo y ya se han encargado de que también tengamos por normal la existencia de harapientos, mi madre ya me lo decía: “Ramón, siempre habrá ricos y pobres”. ¿Por qué me decía eso mi madre? Porque le venía de lejos, de hechos históricos, del subconsciente colectivo. Porque el humano no es un ser social como afirman todavía algunos filósofos que disfrazan sus creencias místicas con trajes filosóficos. Es un ser individual y con frecuencia destructivo, sólo hay que mirar a nuestro alrededor. Hasta sus supuestas bondades brotan de su egoísmo. 

Los vulnerables existen porque, por el momento, somos seres repugnantemente egoístas que luchamos por ser bondadosos y como somos unos desgraciados -por el momento, insisto- no lo logramos y cuando medio se ha logrado se ha venido todo abajo porque se ha atendado contra ese connatural egoísmo, como sugería Freud o incluso afirmó un presidente de la reserva federal de los propios EEUU en tiempos de crisis: Alan Greenspan, quien basó las crisis económicas presentes y futuras en la naturaleza humana.  

La filosofía en USA casi no existe, tenemos como filósofo principal a Woody Allen en un tiempo en el que a todas esas publicaciones superficiales de autoayuda les ha dado por hablar de los filósofos griegos de los siglos VII al V antes de Cristo para alcanzar lo que llaman felicidad (otro engaño).  El arte yanqui, apenas se da o es utilizado para vender y comprar; cuando el mentado Freud fue para allá se encontró con que sus teorías ya se aplicaban para estimular el consumo. Agarró el barco y se vino inmediatamente de vuelta. Su sobrino, Edward Bernays, fue un pionero en el campo de la propaganda y las relaciones públicas en Estados Unidos, usando las teorías de su tío. Y ya se sabe que, según el chascarrillo, si se encuentran dos estadounidenses -no dos americanos que americanos son todos los habitantes de América- uno intenta venderle algo al otro, y que los yanquis colocan en las puertas de sus casas utensilios caseros, con poco tiempo de uso, para venderlos. ¿Quién los compra, sobre todo? Los latinoamericanos, eso, y otras cosas que callo para no enrollarme tanto, lo he visto yo sobre el terreno. 

Así que menos lobos y victimismos en ellos y en nosotros con los aranceles. Lo que sigue sucediendo aquí, doña Úrsula, es lo que se cansó de afirmar José Luis Sampedro: el sistema de mercado es brutal -como se dice ahora-. Está agotado, por eso tenemos aranceles y vulnerables. El gran problema, el grandísimo problema, es que no tiene reemplazo, salvo los apaños fiscales de la socialdemocracia y el liberalismo que son pan para hoy y hambre para mañana. 

Ya vemos cómo está la izquierda postmarxista que no deja de pelearse entre ella y de decir sandeces. Y lo peor de lo peor: lo más grave es que el sistema de mercado somos nosotros mismos, no exactamente ricos contra pobres y pobres contra ricos, todos nosotros, esta brutalidad no ha llegado del espacio en una nave extraterrestre. Unos lo han creado y los demás lo hemos adoptado entre aspiraciones solidarias, deseos caritativos, anhelos de felicidad y paz y protestas de todo tipo. Como las de ahora contra unos aranceles que acompañan al mercado desde siempre y que han estado jodiendo desde siempre a aquellos a los que pretendemos aplicar los derechos humanos, a los vulnerables. Trump no acaba de llegar, ha estado ahí con otros nombres desde hace al menos dos siglos. Ahora que nos ha tocado espabilar nos indignamos, nos acordamos de Santa Bárbara sólo cuando truena en nuestras casas.

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