Una nueva especie de insecto ha sido descubierta en nuestra feria, si bien también se cree que podría habitar entre nosotros desde un poco antes. Suelen encontrarse en el suelo, semi enterrados en el albero. Podría pensarse que buscan camuflarse de los operarios de la UTE, su depredador natural. Sin embargo, esta hipótesis queda descartada ya que su fisonomía alargada de unos siete centímetros y sus llamativos colores —rosa, azul, naranja, verde pistacho o amarillo degradado entre otros– imposibilitan un camuflaje efectivo. Los biólogos piensan que se hacen visibles en el suelo cuando llegan a la última fase de su ciclo vital, y que antes de eso pueden escupir hasta 500 proyecciones de humo de sabores para camuflarse y aturdir los sentidos de sus depredadores. Esta especie podría ser descendiente directa de la colilla común. Se está estudiando el asunto.
Más sorprendente aún ha sido el hallazgo de una nueva especie autóctona de homínido, todavía por clasificar. Se caracteriza por tener las palmas de las manos muy endurecidas, lo que les facilita aplaudir durante mucho tiempo, y una lengua muy larga que aparte de estar desarrollada para pronunciar mentiras e injurias posee resistencia a la Escherichia coli, entre otras bacterias fecales. Este descubrimiento ha tenido mayor eco en los campos de la antropología y la sociología que en la biología, ya que su comportamiento como sociedad cerrada es digno de estudio.
Se organizan alrededor de un alfa, que provee a sus seguidores de sustento siempre que la cacería haya sido exitosa. Pueden llevar habitando entre nosotros desde varios años atrás, pero su comportamiento endogámico tendente a la clausura ha dificultado enormemente tender relaciones con el exterior. Esto último conlleva un envejecimiento considerable de la especie, lo que supone una amenaza para su continuidad, ya que además practican el canibalismo con quienes cuestionan cualquier decisión del alfa. Su hostilidad y crueldad son notablemente superiores a las de otras subespecies similares halladas en territorios limítrofes.
Durante las misiones diplomáticas para establecer relaciones con esta sociedad de extraños homínidos se realizó un análisis psicológico con sorprendentes resultados. El rasgo más notable es una esquizofrenia general, detectada cuando dicha sociedad acusó a la misión diplomática de inactividad a la vez que nunca invitaba a la misión a observar sus costumbres o a realizar trabajos en común. Dicha esquizofrenia también se manifiesta en forma de memoria selectiva, olvidando todas las invitaciones que la misión envió a dicha sociedad.
Todo apunta a la extinción de la especie de no cambiar su comportamiento. Otras especies competidoras locales están desarrollando nuevas técnicas de caza y liderazgos que ponen en grave riesgo la adquisición de alimentos. Si bien el alfa podría salvarse emigrando, dejaría al resto de su tribu morir de inanición. Una posibilidad de supervivencia sería buscar otras presas. Se está estudiando el valor nutricional de los nuevos insectos de colores. Ante las continuas negativas de esta sociedad de homínidos a relacionarse con la misión, esta ha decidido defender la no intervención en lo que a proveer alimentos se refiere. A fin de cuentas, no se puede desafiar eternamente a la selección natural.
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