Decía el historiador francés Pierre Vilar en su menudo pero alumbrador libro La guerra civil española que entre los primeros grupos fascistas que se crearon en España estaba el conformado por José Antonio Primo de Rivera. Corrían entonces los primeros compases de la II República.
La ideología de José Antonio, no obstante, fue también retratada, nada más y nada menos, que por el profesor norteamericano Herbert Southworth. Fue en aquel esclarecedor El mito de la cruzada de Franco. De forma extensa desmantelaba toda la historiografía que durante años apuntaló el franquismo. Al hablar de las elecciones de 1933, Southworth afirmaba que a pesar de que José Antonio "se presentara como candidato con la etiqueta de conservador, ya se había proclamado como fascista".
Y fijaos ahora. La historiadora Sheelagh Ellwood -sí, la misma que escribió Historia de la Falange Española- no vaciló en deducir de las siguientes declaraciones de José Antonio, a inicios de 1934, que Falange Española podía ser el instrumento para implantar el fascismo en España: "El fascismo es una actitud universal de vuelta hacia uno mismo. Nos dicen que imitamos a Italia. Sí, lo hacemos [...] Pero esa actitud, copiada, si se quiere, aunque sea eterna, da los resultados más auténticos. Italia se ha encontrado a Italia. Nosotros, volviéndonos hacia nosotros, encontraremos a España".
Pero, ¡qué diantre! dejémonos de estudiosos extranjeros. Al fin y al cabo qué sabrán ellos de nuestra España, ¿verdad? ¡Vamos a las fuentes! ¡A los propios amigos del jerezano! Al cuñado del dictador Francisco Franco: Ramón Serrano Súñer, por ejemplo. En sus Memorias llegó a afirmar que Primo de Rivera había creado Falange "por la presión de quienes deseaban promover en España una transcripción del Movimiento Fascista italiano".
Prestad atención que ya vamos concluyendo. No si antes introducirnos en el cogollo del asunto... ¡la propia pluma de José Antonio! Aquella que escribió el prólogo para la edición española de El Fascio de Benito Mussolini. Y que entre otras afirmaciones nos legó la siguiente: "Yo he visto de cerca a Mussolini, una tarde de octubre de 1933, en el Palacio de Venecia, en Roma. Aquella entrevista me hizo entrever mejor el fascismo de Italia que la lectura de muchos libros".
En definitiva, y para no extendernos más. Pueden ustedes seguir difamando la labor del historiador. Insulten incluso en las redes sociales. Pero lo que no se sostiene, y a las pruebas me remito, es que sigan negando la mayor: que José Antonio fue fundador de un partido "filofascista".