Es evidente que la vicepresidenta del Gobierno María Jesús Montero cometió un error el pasado fin de semana cuando se refirió a la sentencia que absolvía a Dani Alves del delito de agresión sexual. También es evidente que la presunción de inocencia que ella cuestionaba es un elemento básico de cualquier ordenamiento jurídico.
Por todo ello resulto reconfortante para quienes la consideran una pieza importante del gobierno de coalición que días más tarde pidiera perdón por lo que resultó un error de libro en la comunicación política por cuanto dejó aflorar lo que muchos y muchas piensan, pero no se atreven a decir.
Resulta cuando menos chocante que casi una semana después hasta cuatro opinadores de un grupo de implantación andaluza formulasen en sus columnas en todas las cabeceras las mismas ideas criticas hacia la vicepresidenta como si de las conclusiones de un café de redacción se tratara. A saber, según todos ellos y ellas, la señora Montoro incurre en ese error por la acumulación de cargos institucionales y orgánicos que produce una especie de subidón oratorio. Nada comparable a la acumulación de figuras relevantes del Partido Popular, entre ellos el propio presidente Moreno que resulta que además de presidir la Junta también preside el Partido Popular andaluz, forma parte del Comité Nacional del partido y figura como presidente suplente por ahora del Comité de las Regiones europeo. Y es que al parecer hay acumulaciones buenas y malas y va a resultar que la de Juanma es de las bondadosas.
Coincidían también en una segunda conclusión los susodichos columnistas que consistía en afirmar que la petición de perdón de la señora Montero resultaba cuanto menos tardía. En un país donde pedir perdón es una costumbre en desuso y mucho más cuando se trata de la clase política resulta ahora que quien lo pide es responsable de hacerlo tarde. Cualquiera diría que la intención de tan sesudos opinadores no es otra que restar valor al noble gesto de reconocimiento de culpabilidad de la vicepresidenta por su exceso verbal, que por cierto no es mayor del que a diario cometen relevantes figuras del Partido Popular y no digamos ya del partido de la ultraderecha y que una y otra vez quedan sin reproche mediático por quienes ahora se rasgan las vestiduras por el error oratorio de Montero.
Ha decidido emprender la guerra sucia contra Montero con portadas que recuerdan los peores tiempos del sindicato del crimen
Junto a esto conviene señalar también como el periódico de las tres letras lleva ya algunos días en un ataque sistemático a la vicepresidenta más allá de su errónea reflexión sobre la sentencia exculpatoria de Alves. Ha decidido emprender la guerra sucia contra Montero con portadas que recuerdan los peores tiempos del sindicato del crimen, que es como se conocía a la acorazada mediática que tiempo atrás se empeñó en derrocar a Felipe González y que ahora tanto lo elogia y alaba. Son portadas que convierten a Montero en la diana del odio antisanchista y que no dejan de ser informaciones no contrastadas pero que alimentan el discurso de los que en San Telmo temen a quien lidera el PSOE andaluz.
Está claro que en Juanmaworld han decidido dirigir todos los cañones contra Montero y hasta la princesa de Ayusoworld ha decidido acudir, cargada de misoginia y antiandalucismo, en socorro del moderado. Va a resultar que, parafraseando el refrán de “algo tendrá el agua cuando la bendicen”, algo tendrá Montero cuando la atacan.