Vino el consejero hasta Cádiz para uno de esos habituales desayunos navideños con los medios de comunicación que son el pretexto histórico para intentar colarle a los profesionales mediáticos un balance fin de año para mayor gloria del anfitrión entre pestiño y pestiño.
Y fiel a la tradición se puso Sanz manos a la obra demostrando una vez más su irresistible querencia por los adjetivos que son la piedra angular de sus comparecencias desde que ejerce como miembro del Gobierno andaluz. Porque a falta de algo sustantivo, que diría el plumilla aventajado, bien vale con unos cuantos calificativos que permitan recrear la imagen idealizada que de si mismo y de su gestión tiene el político de turno.
Y entre todos esos adjetivos tres son los que se reiteran continuamente en los parlamentos del consejero omnipresente: sorprendente, histórico e imparable, este ultimo en una especie de remake de aquel “Andalucía Imparable” de Gaspar Zarrias que la Junta Electoral Central prohibió utilizar allá por 2003. Y es que como cantaba Gardel en Volver, que veinte años no es nada cuando de lo que se trata es de lo imparable que puede llegar a ser la gestión de un gobierno andaluz.
Y es que se trate del nuevo hospital de Cádiz o de la Ciudad de la Justicia, anhelos casi centenarios de gaditanos y gaditanas, para el consejero de los adjetivos el futuro de ambas infraestructuras es imparable aunque pronto se vayan a cumplir cinco años de la llegada de Moreno al poder en Andalucía y el consejero quiera hacernos creer que fue ayer. La verdad es que por día que pasa nos hemos instalado cada vez más en el convencimiento de que lo único imparable es el tono hiperbólico de las profecías de Sanz.
Pero además de ser imparable, la gestión de Moreno y sus hombres y mujeres resulta ser sorprendente en palabras del propio consejero de la Presidencia, calificativo este consustancial a la nada en la que naufragan el hospital, los nuevos juzgados o el propio Valcárcel, el tercer ángulo del triángulo de las Bermudas del gobierno de Juanma en la capital de la provincia. Llegados a este punto lo que resulta sorprendente es que todo un consejero de Presidencia venga hasta la provincia y sólo hable de Cádiz capital.
El tercero de los calificativos de cabecera de Sanz es el de histórico, adjetivo que lo mismo sirve para un roto que para un descosido, se trate de inaugurar una emisora del 112 o un puentecito en el Rio San Pedro. Para el consejero cada semana de cada mes de cada uno de los años del PP en el gobierno está llena de días históricos, y a ver quien tiene el valor de discutírselo.
No sé cómo estaban los polvorones del desayuno navideño, ni la bondad del café que se sirvió, pero a tenor de lo leído y escuchado fue sin lugar a duda un día histórico y sorprendente por el discurso imparable del consejero cuando definió la vía andaluza como alejada de la confrontación segundos antes de calificar de fraude la gestión del gobierno de España, no me digan que no es sorprendente, feliz Navidad.
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