Con la publicación en el BOE de la convocatoria de elecciones ha empezado la cuenta atrás para las municipales del próximo 28M. Empieza a cumplirse con ello ese calendario tasado que los candidatos y candidatas devoran inmisericordemente al ritmo de mítines, encuentros sociales y comparecencias de prensa. Es el momento de pronunciar para sus adentros el solemne “alea jacta est”, apretar el cuchillo entre los dientes y encomendarse a la divinidad preferida de cada uno de ellos o, en su ausencia, al asesor de campaña de turno.
Y llegado este momento puede resultar ilustrativa una cierta mirada inquisitiva sobre algunos de los hombres y mujeres que han decidido encabezar las candidaturas de las principales ciudades de nuestra provincia, las ocho grandes en el argot político provincial, que vienen a marcar con sus resultados qué partido ha ganado las elecciones municipales sin desdeñar el papel que pueden jugar en su conjunto los 35 municipios restantes de menor población. Y ello nos daría una idea aproximada de quien puede gobernar la Diputación Provincial.
La más importante de las ciudades gaditanas, a tenor de su población y censo electoral, es Jerez de la Frontera, un clásico del bipartidismo desde que Pacheco se vio obligado a abandonar la política municipal. El Partido Popular ha optado por el modelo Vintage con una candidata que vuelve desde el más allá parlamentario tras haber prescrito el plazo de enjuiciamiento de la Gurtel jerezana.
Mucha confianza debe tener la nueva dirección provincial del PP en su electorado jerezano para desafiar a la lógica y de camino también al paso del tiempo. Por el contrario, el Partido Socialista ha vuelto a encomendar a Mamen Sánchez, la alcaldesa sin estridencias, la tarea de volver a gobernar la ciudad. Mamen ha sabido acabar en sus años de gobiernos con todos esos incendios que asolaban la vida política municipal y por ende el devenir diario de la ciudadanía jerezana.
Bien es verdad que casi siempre el bipartidismo jerezano fue imperfecto y precisó de la participación de terceros a la hora de configurar una mayoría de gobierno, algo que muy probablemente volverá a suceder. Si la lógica se impone a la mirada vintage Mamen precisará de las fuerzas a la izquierda del Partido Socialista que por desgracia no parecen vivir su mejor entente cordiale.
Y en Cádiz, la capital de la provincia, el horizonte que se presenta tras la renuncia de Kichi a volver a presentarse no termina de clarificarse por mucho que algún medio provincial se empeñe, con una intención perversa, en convertir la pugna electoral en cosa de dos, De la Cruz, delfín del actual alcalde, y Bruno García, delfín de Sanz. Se pretende convertir la lucha por la alcaldía de la capital en cosa de dos prescindiendo del tercero en discordia, el socialista Oscar Torres, que puede convertirse en la sorpresa de las elecciones más enigmáticas y también en la lista más votada de la izquierda en la capital gaditana.
Cádiz ha decidido poner fin a la aventura de los últimos ocho años de política municipal y ese puede ser el instrumento del que Torres puede servirse para convertirse en la principal referencia de la izquierda en la nueva Corporación. Al otro lado la figura de Bruno García no ha terminado de confirmar las expectativas que la dirección regional, de la mano de Sanz, manejaba. El modelo Juanma Moreno adquiere aquí sus peores perfiles con lo que se ha venido en llamar los Juanmitas, candidatos aparentemente bonachones que por mor de la imitación terminan por parecer bobalicones.
De confirmarse resultados en estas dos ciudades en la línea de lo aquí apuntado podría pensarse que retener el gobierno de la Diputación Provincial estaría al alcance de la mano, de la de la ciudadanía a la hora de depositar su papeleta en la urna. Continuaremos la próxima semana, feliz Domingo de Resurrección.