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Martes de Carnaval

Yo si fuera ellos, y visto lo visto, retiraba las candidaturas y que dieran la cara los que se ocultan en el anonimato que acostumbran históricamente a tirar la piedra y esconder la mano

08 de marzo de 2025 a las 08:14h
Ruiz Boix y Ruiz Arana, con representantes que apoyan sus respectivas candidaturas.
Ruiz Boix y Ruiz Arana, con representantes que apoyan sus respectivas candidaturas.

La única explicación que encuentro al paseíllo de los precandidatos socialistas en Cádiz es la fecha en que tuvo lugar tal evento y que no fue otra que el pasado 4 de marzo, el último martes de Carnaval. Porque algo de catarsis carnavalera se deja ver en ese recorrido por las calles aledañas a la plaza de San Antonio, epicentro tradicional de eventos carnavaleros, protagonizado por las dos candidaturas que pretenden dirigir el Partido Socialista en la provincia durante los próximos cuatro años.

Hay quienes interpretaron la perfomance como una adaptación del viejo grito revolucionario de “tomar la calle”, mientras que otros creyeron ver una nueva forma de comunicación política más acorde con los tiempos que corren. Fuere lo que fuere las imágenes de una y otra marchas de los avales vienen ocupando espacios en las redes sociales de ambos bandos para mayor deleite de los adeptos.

Pero más allá de estas atrevidas apuestas publicitarias no conviene olvidar que el partido que gobierna España se juega en Cádiz en las próximas semanas algo muy importante y una vez más, como viene ocurriendo en la última década, las espadas están en todo lo alto y las pinturas de guerra cubren el rostro de buena parte de la militancia. Conviene no alarmarse por ello porque el ADN socialista en esta provincia ha protagonizado múltiples enfrentamientos fraternales.

Visto desde mi trastero este congreso provincial huele mucho a aquel otro de 2012 cuando pugnaron por la Secretaría General Irene García y Rafael Quirós. Y no sólo por contar también con dos aspirantes sino sobre todo por el aroma a conspiración que desprende el previo del conclave. Y también porque quince años después muchos de los protagonistas de la confrontación vuelven a ser los mismos y las mismas. De ahí que cuando escucho y leo lo de “nuevos tiempos” y “nuevas formas” no pueda por menos que soltar una carcajada interior capaz de liberar mi memoria histórica de tanta gracia carnavalesca.

Algunas circunstancias que rodean la nueva configuración de bloques del socialismo gaditano pueden resultar sorprendentes para el gran público, pero son fácilmente entendibles con el diccionario histórico de los congresos provinciales en la mano. Puede resultar raro que en Cádiz capital el sector dominante en los últimos años, liderado por Fran González, que hace cuatro años se integró en el grupo ganador del congreso, el de Ruiz Boix, se haya entregado con armas y bagajes a su enemigo local histórico, el llamado romanismo, pero si miramos atrás hasta el congreso del 2012 eso ya fue así, luego nada nuevo bajo el sol de la Caleta.

Lo de “nuevos tiempos” es una tesis difícilmente defendible por quienes la proclaman, por cuanto buena parte de ellos ya formaron parte de algunas de las ejecutivas de las que yo fui secretario general y pretenden ocultar las canas de la experiencia ausentándose del paseíllo del martes donde si aparecían algunos de sus leales colaboradores. Y las “nuevas formas” recuerdan mucho las que se utilizaron en 2012 para promover cambios de voluntades en bastantes miembros de aquel congreso provincial y ellos y ellas saben a lo que me refiero.

Y resulta que los dos candidatos, Javier y Juan Carlos, son magníficos alcaldes con una trayectoria de buena gestión en sus municipios que les ha hecho obtener sucesivas mayorías absolutas y que gozan de la confianza de sus vecinos. Yo si fuera ellos, y visto lo visto, retiraba las candidaturas y que dieran la cara los que se ocultan en el anonimato que acostumbran históricamente a tirar la piedra y esconder la mano, porque el Carnaval se acaba y es tiempo de quitarse la máscara.  

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