La semana que acaba ha sido pródiga en acontecimientos que permiten vislumbrar la España que nos espera o quizás la que ya ha llegado. Maruja es una mujer septuagenaria de Molina de Segura, en la región de Murcia, que acudió junto a otras mujeres a manifestar su disconformidad en el pleno municipal por la supresión del centro de atención a mujeres en su localidad. Ni que decir tiene que ese gobierno municipal es fruto de la alianza de la derecha extrema y la extrema derecha tan de moda en los tiempos que corren en el partido de Feijoo.
Las imágenes de la resistencia de Maruja a ser desalojada del pleno por la Policía Local han dado varias veces la vuelta a España y buena parte de la Europa democrática por mor de las redes sociales que no siempre sirven para propagar bulos y fake news, y en ocasiones como estas ayudan a conocer los desmanes antifeministas de los nuevos gobernantes y mostrar la resistencia de las mujeres al desmontaje de las estructuras institucionales, en este caso municipales, creadas para proteger su derecho a una igualdad de género real. La negativa de Maruja y de sus compañeras de protesta son un soplo de aire fresco en la atmosfera viciada que estos nuevos ayuntamientos misóginos están creando y por ello su “no nos moverán” se convierte por día que pasa en la banda sonora de nuestras vidas.
Y si la historia de lo acontecido en Molina de Segura ha traspasado las fronteras locales otro tanto ha sucedido con Amparo, una vecina de Vallecas que vive sola y que ha sufrido el acoso inhumano de la denominada Brigada Desokupa, una pandilla de sobredosificados de testosterona que han convertido el acoso a personas con riesgo de exclusión social en la diana de sus traumas infantiles y adolescentes. La escena vivida en el portal de la señora Amparo es la imagen de la nueva España, la de los cachorros de la extrema derecha seudouniformados que se atreven a afirmar en aquel momento que vienen acompañados de los compañeros de la Policía Nacional, pero qué compañeros ni que leches, cuando ellos no son más que presuntos delincuentes que pretenden ejecutar el desahucio de Amparo sin orden judicial.
Otro ejemplo, el intento de desahucio de Amparo sin orden judicial, de la España que les gustaría a los descerebrados uniformados del negocio de la desokupación, una actividad de gran rendimiento económico gracias al discurso de la extrema derecha y que beneficia indudablemente a personajes cuyas actividades con bastante frecuencia tienen un pie y medio fuera de la ley cuando no los dos.
Y lo de Pedro y sus vacaciones en Marruecos es como la nueva canción del verano de la acorazada mediática de la derecha extrema y la extrema derecha, una vez que su particular versión de “Como una ola” no llegó ni a la categoría de olita el pasado 23J. Desde entonces los sicarios mediáticos nacionales y autonómicos andan como locos a la búsqueda de nuevos instrumentos con los que derogar al sanchismo. Con el Falcón aparcado en los hangares de la base de Torrejón y billetes en una compañía lowcost pagados con su propio sueldo, andan los profetas mediáticos del apocalipsis enredados en mil conspiraciones que hagan olvidar que su candidato, Feijoo, pasaba las vacaciones con amistades peligrosas.